«Tenemos el corazón roto», dijo David Kumaritashvili delante de su casa de Bakuriani, estación de esquí del centro del país junto a la que vive la familia. «Era muy joven, tenía la vida por delante», apuntó.
El piloto de luge, de 21 años, falleció el viernes en un entrenamiento, tras haberse salido de la pista de Whistler y golpear con un poste metálico a una velocidad de unos 140 km/h.
«Toda su vida, quiso ser un atleta, era su sueño ir a unos Juegos Olímpicos. Estaba muy excitado con ello, nunca le había visto así», añadió David Kumaritashvili, de 46 años, rodeado de nieve.
Su mujer Dodo permaneció sentada en el salón del domicilio, rodeada de fotos de su hijo. En los últimos días ha recibido la visita de sus vecinos y parientes, que le han trasladado sus condolencias por la muerte.
El padre del fallecido sabe que las imágenes del accidente se están retransmitiendo en todo el mundo, pero él prefiere no verlas. «No puedo ver cómo ha pasado. Mi corazón está débil. No sobreviviría si las veo», explicó.