Dos años después del inicio de la pandemia por Covid-19, la OMS confirmó que había aumentado un 25% la cantidad de casos depresión en el mundo. Era “la punta del iceberg” en padecimientos por salud mental. “La depresión es como un circuito cerrado del pensamiento, un loop que se va haciendo cada vez más chico hasta que no queda salida. El hongo abre caminos, genera nuevas conexiones a nivel neuronal y permite pensar diferente”, dice Brian Houlin, integrante de Venado Planta Salud, una asociación que busca romper los tabúes sobre el uso de hongos y cannabis, y lograr que profesionales de la salud se abran a sus potencialidades terapéuticas.
Hongos contra la depresión y otros padecimientos
Venado Planta Salud empezó en 2020 y consiguió su personería jurídica en 2022, reuniendo hoy a profesionales en abogacía, medicina, cultivadores y toda persona interesada en compartir los beneficios del cannabis y los hongos. Incluso los psilocibes –también conocidos como “cucumelo”–, prohibidos por la actual ley de drogas de Argentina.
Según explicaron desde la asociación de Venado Tuerto, el uso de hongos psilocibes pueden ayudar a tratar la depresión, la ansiedad y acompañar en tratamientos por consumos problemáticos o adicciones a otras drogas. “No generan dependencia física ni psicológica. Algunas veces su efecto es tan profundo que las personas no quieren repetir”, explica Houlin.
Una sesión de hongos psilocibes –que pueden encontrarse en cualquier campo usado para la ganadería– puede durar hasta 6 horas. No necesita cocinarse ni mezclarse como la Ayahuasca, el peyote o el cactus San Pedro. Una dosis baja está cerca del gramo y una alta alrededor de los 5. Hace falta comer kilos y kilos para que su ingesta sea letal. Incluso muchas personas eligen mantener microdosis en su alimentación para tratar problemas de ansiedad.
Entre los estudios más recientes que avalan los efectos terapéuticos está la experiencia de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), donde compararon uso de antidepresivos convencionales y de hongos en 59 pacientes con depresión. Junto a un acompañamiento psicológico, la mayoría de quienes recibieron los hongos entraron en remisión.
En Argentina, uno de los referentes en uso medicinal de psicodélicos es Enzo Tagliazucchi, investigador en Conicet, director de Cocucolab y que en la actualidad estudia cómo la meditación puede potenciar los efectos medicinales de los hongos, entre otras sustancias.
“Queremos que la inquietud por los potenciales de las sustancias llegue a profesionales de la salud para que lo puedan incorporar a sus herramientas, como ya lo hicieron otros hongos habilitados para tratar cáncer y Parkinson”, pide Houlin y agrega: “Existe mucho desconocimiento y resistencia en Argentina. Australia legalizó su uso y algunos estados de Estados Unidos también”.
Comandante Espora, una productora venadense que invita a saborear y mejorar la salud con hongos