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Chete Ojeda, goleador total

Ídolo y símbolo de Alianza, anotó más de 200 goles en sus doce años en la Rosarina.

De físico menudo. Con piernas finitas. Humilde y sencillo. Pesadilla para los rivales y gozo total para sus compañeros. Símbolo de Alianza Sport, su lugar en el mundo. Enamorado de su mujer Soledad y de sus hijas Morena y Naila. Ricardo Ojeda o simplemente “el Chete”. Goleador de raza, que hace muy poco superó la barrera de los 200 gritos en doce años en la primera de la Rosarina. Admirado por todos. Sus amigos, los chicos del baby aurinegro y también por los rivales.

Con apenas 28 años, Chete Ojeda demostró que la Rosarina le queda chica. Que por esas cosas del destino no pudo cruzar las fronteras del fútbol local, pero que no reniega para nada su amor por Alianza.

En una charla con El Hincha, Ojeda habló de su pasado, su presente y de su futuro. “No llevaba la cuenta, me la pasaron hace poco. En 12 años de Rosarina y 10 desde que estoy en Alianza. Es importante para uno y también para el club. Que un jugador de un club de barrio tenga tantos goles es todo mérito de la institución y de mis compañeros”, dijo el Chete demostrando su humildad. Y agregó: “Alianza es mi casa, cuando no jugamos voy y veo a los chicos. Trato de aportar. El club me dio mucho y siempre estaré agradecido”.

En cada partido que juega Alianza como local, el Chete es abordado por chicos de inferiores y baby del aurinegro para sacarse una foto con el símbolo del club. Una clara señal de la idolatría genuina que sienten por él.

“Da un poco de vergüenza ese tipo de cosas, porque ellos son como yo. Uno salió de ahí y trato de sacarles una sonrisa a todos y no negarle nada a ninguno”, explicó el goleador.

En cuanto a su pasado, Ojeda detalló club por club desde sus inicios en el baby y su actualidad en Alianza.

“Jugué en Amigos, luego en Semillero (hoy Defensores de Zona Sur), tuve un breve paso en las inferiores de Central y a los 15 fui a Oriental, en donde debuté en Primera. Dos años más tarde llegué a Alianza. Además jugué un año y medio en Central Argentino de Fighera, un club que me trató muy bien y espero poder volver en alguna oportunidad”, dijo el Chete. Y añadió: “En Central me dijeron que era muy chico de físico y que mi altura no era la que buscaban en esos tiempos”.

El delantero aurinegro nunca se enloqueció por jugar en otros clubes. “El único equipo en el que me probé fue en Argentino, pero no se arregló por diferentes motivos. Igual con el presidente no hablamos mucho. Estuve una semana en Paraguay, pero no tuve suerte. Igual tengo siempre ofertas para jugar en el campo, pero priorizo la familia y Alianza”, afirmó el capitán.

Alianza siempre se caracterizó por tener buenos planteles. Muy buenas individualidades, pero siempre quedó a medio camino en la lucha por el título del Molinas.

“El tema del entrenamiento es clave. El año pasado nos propusimos practicar tres veces por semana y lo pudimos hacer y en consecuencia llegamos lejos. Este año la idea es practicar todos los días, a veces se puede, otras no. Central y Newell’s ahí nos sacan diferencias. Además, tanto yo como los demás chicos del plantel tenemos familia y en varias ocasiones se hace difícil ir a los entrenamientos. El trabajo es otra traba que nos impide juntarnos todos los días”, sentenció Ojeda.

“Quiero ganar algo en Alianza, mi familia es hincha del club y mis amigos van a todos los partidos. Si me voy de Alianza seguramente no van más a la cancha”, agregó el Chete a modo de deseo.

El fútbol rosarino es cuna de grandes jugadores y la liga quizás sea una de las más competitivas del país.

“Se hizo más parejo que en otros años. La Rosarina es la liga más competitiva de Santa Fe. En otras siempre sale campeón el mismo equipo. Acá en Rosario hay muy buenos jugadores y que a veces no se aprovechan”, analizó el atacante.

Sobre lo que viene para Alianza, el Chete contó que “ahora se vienen los octavos de final del Ivancich. También vamos a ir por el Molinas, el año pasado estuvimos cerca y hay plantel para lograrlo. Igual el objetivo de clasificar a la Copa Santa Fe ya lo logramos (NdR: Alianza accedió al certamen por haber llegado a las semifinales de la Copa Federación).

En cuanto al futuro personal deportivo, el jugador afirmó que “escucharé ofertas y veré con la familia lo que se puede hacer. Hay que priorizar el trabajo. Cuando estuve en Fighera me iba las 7 y volvía a las 11 de la noche. Eso repercutió en mi familia y no quiero que vuelva a pasar”.

Por último habló con suma devoción de su familia y destacó que “mi mujer y las dos nenas están primero. Si ellas están bien donde yo estoy nos vamos a quedar en el club, si no tenemos que ir a otros lados a buscar suerte”.

Y cuanto al heredero, entre risas expresó: “Estamos buscando, pero con tranquilidad. En la segunda había comprado botines y todo, pero salió otra vez nena. Pero primero para ellas, todo, y después más adelante veremos que pasa”.

El Chete Ojeda, una clase de jugador en extinción. Potrero en estado puro. Humildad total. Un delantero que le hizo un Monumento al gol.

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