El papa Francisco, en su avión de regreso a Roma, ayer, luego de concluida su gira por México, declaró que el multimillonario Donald Trump, aspirante a la nominación del Partido Republicano para la presidencia de Estados Unidos, no puede proclamarse cristiano por su promesa de construir un muro en la frontera con México contra los inmigrantes. Poco después, el magnate neoyorquino respondió a través de un comunicado: “Que un líder religioso cuestione la fe de alguien es vergonzoso”, dijo, y sostuvo que el Papa argentino está siendo usado como un peón en el debate migratorio.
“Una persona que quiere construir muros y no puentes, no es cristiana”, afirmó el Papa.
“Votar o no votar, yo en eso no me meto. Sólo digo, no es un cristiano”, agregó el jefe eclesial, consultado por los periodistas sobre la posición anti-inmigración del candidato a las primarias republicanas.
El magnate, que lidera las encuestas y viene de ganar las primarias en New Hampshire, había criticado en una entrevista al Papa, cuestionando sus posiciones por ser políticas y reiteró su promesa de construir un muro de 2.500 kilómetros para sustituir la valla actual entre México y Estados Unidos si es elegido presidente, y deportar a unos 11 millones de indocumentados.
El Vaticano había aclarado entonces, respecto de los dichos de Trump, que el Papa no hablaba como un líder político sino como un hombre de fe. “La política no es el oficio del Papa. Es un hombre de fe. Pero no hay que sorprenderse si su mensaje pastoral tiene repercusiones políticas y sociales”, había advertido el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, en una rueda de prensa.
Y fue la antesala del cierre anteayer de la gira papal, en donde no faltaron conceptos de Francisco muy duros. En la misa justo en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, el Papa fue frontal y denunció la tragedia humana que sufren los migrantes cuando huyen de la violencia y la pobreza de sus países, por donde pasan millares de indocumentados en busca de una vida mejor. Allí es justamente donde Trump desea construir el muro.
Y al ser requerido de regreso por el mismo tema el pontífice criticó con dureza al millonario.
Como era de esperarse, Trump subió la apuesta contra Francisco con cinismo: “El Papa desearía y rezaría por que yo fuera presidente si el Vaticano fuera atacado por el Estado Islámico”, dijo en un acto en Kiawah Island, Carolina del Sur. Estoy orgulloso de ser cristiano y como presidente no toleraré que se debilite y ataque de forma constante a la cristiandad, como sucede ahora, con nuestro actual presidente”, proclamó Trump en referencia a Barack Hussein Obama.
En su opinión, el gobierno mexicano y sus líderes han hecho al Papa comentarios en los que me menosprecian, porque su intención es seguir saqueando a Estados Unidos, tanto en el área comercial como en la frontera.
El papa había cerrado antenoche su visita en la frontera caliente: “Aquí en Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al otro lado. Un camino cargado de terribles injusticias”, advirtió el prelado.
Antes de la misa, el Papa ofreció una bendición a la distancia a unas 400 personas que se congregaron al otro lado del río Bravo, que divide a México y Estados Unidos. Entre ellos había numerosos solicitantes de asilo.
Centenares de personas cruzaron la frontera desde Estados Unidos para acompañar la misa, mientras otros optaron por participar desde el estadio de El Paso.
El papa reconoció la lucha de Benedicto XVI contra pedófilo fundador de Legionarios de Cristo
El papa Francisco pidió ayer aplaudir a “su predecesor” jefe eclesial, Benedicto XVI, por haber “luchado solo”, como cardenal para denunciar la pedofilia del poderoso fundador de la congregación mexicana los Legionarios de Cristo, un esfuerzo “que fue bloqueado” por años, admitió el pontifice.
Con ese pedido, el papa argentino respondió a la pregunta de un periodista en el vuelo que lo conducía de México a Roma sobre el hecho de que no había recibido a las víctimas del padre Marcial Maciel, el fundador de la influyente congregación conservadora, castigado y relevado del sacerdocio bajo el pontificado de Benedicto XVI por haber abusado de menores, llevar una triple vida, con dos mujeres y varios hijos, entre otras acusaciones de abusos sexuales.
El Papa evitó responder a las quejas por no haber querido recibir en México a las víctimas y prefirió rendir homenaje a Joseph Ratzinger, pidiendo un “aplauso” para el papa alemán por haber sido el primero en denunciar en 2005 la “suciedad” dentro de la Iglesia, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recordó.
“El cardenal Ratzinger –un aplauso para él– es un hombre que tuvo toda la documentación. Siendo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe tuvo todo en su mano, hizo las investigaciones y llegó, y llegó, y llegó, y llegó, y no pudo ir más allá en la ejecución”, reconoció Francisco en una alusión a la protección que gozaba Maciel bajo el pontificado de Juan Pablo II.
Francisco reiteró “la firmeza” que la jerarquía de la Iglesia entiende observar ante ese fenómeno, un escándalo que desprestigió a la institución y alejó a numerosos creyentes.
“Un obispo que cambia un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia, ¿clarito?”, afirmó.
Francisco aseguró que actualmente, tras las decisiones de la Santa Sede, la congregación mexicana esta “semi intervenida”, dado que el Vicario y dos consejeros son elegidos directamente por el Papa.
“De tal manera que así vamos ayudando a revisar cuentas antiguas”, subrayó al respecto Bergoglio.
Zika, abortos y anticonceptivos
En otro orden, el papa Francisco abrió la puerta al uso de anticonceptivos por la crisis generada por el brote del virus zika en América latina, pero condenó el aborto como “un crimen”, pese al pedido de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a autorizar el acceso legal para las mujeres.
“El aborto no es el mal menor, es un delito, un mal absoluto, es echar fuera a uno para salvar a otro, como hace la mafia”, afirmó el pontífice en declaraciones a la prensa a bordo del avión que lo condujo de México a Italia.
Junto a la dura condena del aborto, el Papa tuvo palabras menos severas sobre los métodos anticonceptivos, algunos prohibidos por la Iglesia, como la píldora.
“Evitar el embarazo no es algo malo en absoluto”, explicó el pontífice a los periodistas.
