Una kayakista rosarina de 52 años murió este sábado en una travesía deportiva en el río Carcarañá, a la altura de la localidad santafesina de Lucio V. López y a 36 kilómetros de Rosario. La víctima fue identificada como Marisa Gabriela Cassin y salió esta mañana de la ciudad para hacer la recorrida de dos días de la que participaron más de 80 personas. Según fuentes policiales, el kayak que manejaba se dio vuelta en una correntada y quedó atrapada en la horqueta de un árbol. Cassin vivía en Rosario y tenía un hijo de 20 años. Era hincha de Rosario Central y formaba parte del grupo de kayakistas del club.
La tragedia ocurrió durante la travesía náutica denominada Raid El Desafío del Carca, una convocatoria regional de la que participaron más de 80 remeros y remeras. De acuerdo con el Ministerio Público de la Acusación, el kayak maniobrado por la mujer fue arrastrado por una correntada del río, que provocó que la embarcación se dé vuelta y sea arrastrada hacia una bifurcación. La víctima quedó atrapada con el bote en la horqueta de un árbol y murió por ahogamiento.
Según pudo saber El Ciudadano, la travesía de dos días de duración arrancó este sábado por la mañana. El recorrido incluía los ríos Carcarañá y Coronda. Lucio V. López era una de las localidades a bordear. El accidente fue pasado el mediodía a la altura de un lugar conocido como la Usina Vieja y a un kilómetro del puente de la ruta 34. En la zona no suele haber señal de celular.
Al lugar llegaron Bomberos Voluntarios de Salto Grande para rescatar el cuerpo. La investigación del siniestro está en manos del fiscal Maximiliano Nicosia, de la Regional de San Lorenzo, el cuerpo de Bomberos y la comisaría 10ª de Lucio V. López.
Nicosia pidió que el cuerpo sea enviado al Instituto Médico Legal para la realización de la autopsia. Ordenó se constituya médico de policía, el secuestro de la embarcación para realización de pericias, toma de testimonios a los organizadores del evento, competidores y posibles testigos.
Apasionada del canotaje
Cassin formaba parte de Rosario Central Kayak, un grupo de hinchas del club auriazul apasionados del deporte de remo. En febrero, compartió en Facebook un texto en el que describía su amor por el canotaje:
¿Por qué canotaje?
Cuando un viernes a la noche te tenés que acostar temprano mientras todos se van de fiesta y te preguntan: Por que te vas? Mañana tengo una regata, compito… Y vos que haces? Yo hago canotaje, soy palista. La cara del que pregunta expresa admiración y/o se ríe. El bote es ese cacharro que alguna vez todos usaron, de pequeños, adolescentes o grandes. Canotaje es ese deporte tan duro que te hace perder la conciencia, capaz de ponerte el corazón a 220 pulsaciones, capaz de hacerte vomitar.
Un deporte tan duro, como desesperante, en el que hay que ser paciente y tener la sangre fría, no solo se necesitan piernas y brazos, sino tener una cabeza que te lleve a la victoria, que te haga ver los puntos débiles de los contrarios. Un estilo de vida, el deporte de más orgullo personal, donde solo, y repito SOLO el propio esfuerzo de tu cuerpo te hace ser capaz de recorrer kilómetros donde cada entrenamiento es una superación personal, donde cada día que remas llegas a casa con una anécdota, un deporte que te hace brillar a vos solo, donde por mucho equipo que tengas no sos nadie sino sos bueno, sino tenés huevos.
Hay que ser de otra clase para ser palista, no cualquiera lo hace. Nadie se levanta un sábado helando a las 5 A.m. para ir a una regata. Un deporte tan duro que las caídas al río, los elongamientos, las paladas, los tirones, los calambres son el pan de cada día, ese es el amor por deporte, por canotaje, por el sacrificio y el sufrimiento. Es un sacrificio que te hace tocar el cielo, con recorridos de 12 Km., con oleaje que ni un velero ni una lancha soporta, pero el palista y su sacrificio, si, hasta el borde del infarto, cuando pensás »soy el mejor, lo voy lograr, vamos vamos».
Cuando entrenas y llegas a tu casa de noche, congelado y cansado después de correr una regata, cuando te haces daño en un entrenamiento, cuando competis con tendinitis o con la muñeca esguinzada, cuando te chocan, cuando la gente te grita, cuando das un espectáculo, cuando cada día subís a un bote y te sentís muy orgulloso, cuando el bote te lo dio todo, remar te hizo ver los problemas y las soluciones de otra manera. Sos de otra clase de persona, sos un palista. Te da igual el reconocimiento, la prensa, las medallas y el dinero; vos solo queres más competencia, mas recorrido, un bote, una pala, amigos, y un club que te apoye. Hay que ser muy corajudo para remar recorridos largos que se hacen infinitos, remar bajo lluvia, y con frío, dejando de lado que del agua del rio te separan 2 cm de fibra de vidrio.
Por todo eso, porque te sentís orgulloso de llevar puesta una remera con los colores de tu club, que representan a tu ciudad y al deporte, porque todo aquel que goza de un bote, sea amateur, sea profesional, merece la admiración. PORQUE SOS UN PALISTA ORGULLOSO Y HACES CANOTAJE CON EL ALMA .