La bronca por el arbitraje de Pablo Echavarría, y en especial por el desempeño de Mauro Vigliano en el VAR, sigue merodeando por el Parque. Newell’s tenía un partido controlado y en ventaja ante Unión, y en una jugada muy discutida, el árbitro a instancias del VAR le anuló un gol a Brian Aguirre que pudo ser decisivo para una victoria leprosa, que luego de ese fallo terminó en empate. Y esos dos puntos, hoy tendrían al equipo de Heinze en zona de clasificación a Copas.
El primero en expresar su enojo público fue Gabriel Heinze. El entrenador fue a pedirle explicaciones a Echavarría al final del partido, y no lo conformó la respuesta. «No se cómo es la historia del VAR pero depende de la importancia del partido traen 2 cámaras en otros 4, 8 ó 16. Tendrían que traerse las mismas cámaras todos los partidos. Le dije al árbitro: ‘cuando ustedes se equivocan no pasa nada, si lo hago yo me echan'», comentó el Gringo con evidente enojo en la conferencia de prensa tras el partido.
Más allá del enfado por un gol anulado que pareció lícito, incluso en las cámaras de TV que vio el VAR en Ezeiza, el entrenador de Newell’s puso en la mesa una discusión que viene desde la implementación del VAR en Argentina. No siempre hay un mismo números de cámaras en los distintos estadios. En Boca, River, Independiente, San Lorenzo o Racing hay un número mayos, como en otras canchas de Capital Federal, mientras que en el interior, la empresa encargada de la transmisión lleva menos cámaras, como sucedió en el Coloso el lunes. Y así es difícil tener distintos planos o más precisión, en especial en las jugadas de off side, donde las rayas que se trazan y el momento de salida del pie del jugador que cede el pase son muy difíciles de determinar con exactitud.
Justamente Federico Beligoy, el cuestionado director de arbitraje de AFA, reconoció en la semana que en el gol convalidado a Boca ante Lanús, donde pareció estar adelantado Pol Fernández, «hubo un problema de software, del plano de las cámaras, y no se pudieron trazar bien las líneas». «Siempre se traza una parte oscura, no se pudo hacer”, reconoció Beligoy.
El lunes en el Coloso las cámaras eran sólo cuatro, por lo cual las imágenes que pudo utilizar Vigliano en el VAR fueron pocas. Y hubo todo tipo de objeciones a la decisión de anular el gol, desde la imprecisión de parar la imagen al momento del impacto de Ferreira al dar el pase (trazaron la línea cuando el volante ya había soltado el balón, como en la señalización de la línea, donde se explica que Sordo estaba adelantado por el hombro, aunque no está claro en la imagen e incluso no se midió el hombro del defensor que habilitaba.