Ignacio Montoya Carlotto, nieto restituido de Estela de Carlotto, afirmó que no la ve por televisión, y que prefiere «tomar mate con ella, pero como abuela», al definir su relación con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, la entidad que busca a los nietos apropiados por la dictadura cívico militar.
«Trato de darme cuenta de que es una abuela, porque si la pongo en lugar de Estela de Carlotto no va. Tomo mate con ella, no la miro por TV, porque tiene que ser la abuela como la abuela Hortensia (la mamá de su padre) con quien tiene muchas cosas en común como su actividad docente, su cargo de directora de escuela y por ser luchadoras y muy lúcidas», señaló.
El músico, hijo de Laura Carlotto y de Oscar Montoya –asesinados durante la dictadura cívico militar– que nació en cautiverio durante el secuestro de su madre y que fue apropiado, resignificó la figura de Estela al señalar: «Es tu abuela que te buscó 36 años por el mundo entero y te encuentra y tenés la oportunidad de establecer una relación cuando tenés plena conciencia de lo que hacés y lo podés disfrutar», señala la agencia Télam.
Durante la entrevista, admitió que conocer su verdadera identidad «fue como una explosión de verdad que se revela», y que representó «completar la identidad en el sentido amplio de tener conciencia de saber quiénes fueron mis padres y el periplo de llegar al mundo».
Desde la noticia de su recuperación, el 5 de agosto de 2014, Montoya Carlotto aseguró que se convirtió en «fuente de consulta» para muchas personas que tienen dudas sobre su identidad.
«Desde ese día ocurrieron una serie de procesos no sencillos que tienen que ver con crecer», recordó y aseguró que la situación del encuentro familiar «fue un poco violenta» por el acoso mediático que, admitió «fue justificado» por ser el nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
«Es violento que de un día para otro te llamen Guido (como su madre pensaba llamarlo) por no resguardarse mi identidad y no pensar que los nietos somos víctimas, aunque tengo el consuelo de que a partir de mi caso eso no va a suceder y los nuevos nietos tendrán la libertad de presentarse cuando quieran y con el apellido que quieran», remarcó.
Sobre el año que transcurrió del primer contacto con su familia biológica, aseguró que «fue un proceso muy fluido y fácil» y que se combina con «una parte de la historia anclada en Olavarría», donde habita el matrimonio que lo anotó como propio.