La segunda jornada del fútbol argentino mostró a Newell’s y Central empatando sus respectivos partidos. Los dos uno a uno, y ambos arrancaron perdiendo. Pero ese mismo resultado ofrece diferentes lecturas.
Por el lado de los rojinegros la convicción que se jugó bien, preferentemente en el segundo tiempo, en donde Estigarribia, Formica y Velázquez generaron una buena dosis de fútbol. Aunque esto no tuvo correspondencia en ataque por la falta de puesta a punto de Taborda. El uruguayo asume culpas, declara bien, pero juega mal. Es lento y no puede sacar ventaja de su importante físico, claro que nada es definitivo ya que apenas van dos partidos. De él depende, Sensini seguirá confiando en lo que puede dar y Tigre en Rosario su tercera chance.
Con solidez defensiva, un Mateo incansable y el juego que tuvo en el complemento pareció que Newell’s estuvo más cerca de ganar que Lanús, aunque Castillejos en la última jugada del partido, errando un gol imposible recordó su traumático paso por Central. Eso sí, River, Racing, Banfield, Vélez y Estudiantes ya le sacaron cinco puntos por lo que el partido del viernes impone un triunfo impostergable.
Central se divide en dos, los de adentro y los de afuera. Los de adentro, conjunto integrado por dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, quedaron conformes porque no se perdió. Y el torneo cuenta con 38 fechas, además ningún competidor ha podido ganar en sus presentaciones lo que marca una cabal paridad de fuerzas. Y “Central es un equipo en formación”, según dice Merlo.
A favor quedó el trabajo de Lucho Figueroa, se lo notó muy comprometido con el equipo, Shaffer mostró el camino escalando siempre por la izquierda y Rivero es buen jugador en serio. El resto entre nerviosos y aturdidos, sumados a que Merlo no creyó que Darío Franco (técnico de San Juan) iba a poner tres puntas y fracasó con la línea de tres atrás, cosa que cambió rápidamente, no estuvo a la altura del acontecimiento. No es una categoría sencilla, los equipos están bien trabajados, San Martín fue solo una muestra y hasta pudo ganarle en el Gigante.
Los de afuera, en ésta compleja historia, son los hinchas. Ellos armaron una parafernalia propia de una final para recibir a su equipo, reventaron el Gigante, le pusieron color y gritos, caravana incluida, pero se desilusionaron con inusitada rapidez. Pensaron que los quince minutos Central iba a ir ganando por tres goles, y ahí comenzaría la vuelta olímpica. Están en otra sintonía respecto al equipo, si no se ponen a la par, van a terminar sufriendo. Al equipo le falta tiempo y juego, no fue malo empezar empatando.
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