Sandra Bembo, directora de la Escuela Bernardino Rivadavia, recibió esta semana la distinción de maestro ilustre que otorga la Nación, que también premió a 23 docentes de otros distritos. “Significó muchísimo porque visibiliza a la escuela pública y lo que se hace a diario para trabajar la inclusión, la diversidad y todas las temáticas hoy presentes en las aulas. Es un reconocimiento a un trabajo en equipo de la gestión escolar que integro, que siempre está alerta a lo que sucede y que transforma eso en un aprendizaje”, dijo Bembo, quien puso en marcha, entre otras medidas, los baños mixtos en 2017.
Carrerón
A los 10 años Sandra Bembo descubrió sus atributos como maestra enseñando a leer y escribir a los niños del edificio donde vivía. Su pasión por la Historia llegó unos años más tarde, y la llevó a estudiar profesorado al entonces Instituto Nacional del Profesorado de Rosario (hoy Instituto de Educación Superior N° 28 Olga Cossettini). Se recibió 1987. En 2009 terminó una maestría en Ciencias Sociales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Empezó a dar clases en la Cossettini hace 30 años. En paralelo, dio clases en la Escuela Secundaria 240 Lola Mora, donde tenía que llevar su grabador de música para trabajar la conquista de América a través de canciones de Víctor Heredia, ya que la institución no tenía los recursos. Logró entrar al sistema educativo de la provincia en 1999 dando clases en la escuela secundaria de la Villada, a 100 kilómetros de Rosario, y en una secundaria de Funes. A la par había constituido su familia con dos hijos.
Mientras daba clases, se presentó para rendir un concurso de ascenso para cargos directivos. Lo ganó y asumió en la Escuela Secundaria N°258. En 2006 tomó la vicedirección de la Escuela Rivadavia, donde trabaja actualmente como directora. “Es una escuela muy particular, abierta, transversal e inclusiva”, opinó Bembo, quien comparte la cúpula de las decisiones con otras cuatro mujeres. “De los chicos aprendo mucho. El contacto me hace repensarme a mí misma. Son mucho más plurales que esta generación nuestra”, agregó Sandra. “Mis inspiraciones fueron mis compañeras, la maestría y, por supuesto, mi familia. Aprendo todo lo que puedo dar en la escuela”, confesó.
Entre los proyectos más importantes que llevó adelante en la Rivadavia, Bembo recordó cuando establecieron los primeros baños mixtos en una escuela del país. Fue en 2017 y la puesta en práctica de trabajar y discutir los lineamientos de la Educación Sexual Integral (ESI).
La Rivadavia también fue pionera en el cumplimento de la disposición ministerial de cambio de nombre de los estudiantes de acuerdo con su identidad de género autopercibida, aprobada en 2013.
Bembo luchó por diseñar trayectorias singulares para trabajar con estudiantes. Este tipo de trabajo permite atender las particularidades de cada persona y lograr que terminar los estudios secundarios.
A futuro busca poner en marcha una aplicación para celulares y tablets para facilitar la preparación de un examen. “Son acciones que tienden a la inclusión socioeducativa y a la construcción de aprendizajes de calidad, y que se pueden observar en los resultados. Cuando Sandra asumió la dirección aumentó la cantidad de estudiantes que ingresaron y egresaron”, explicaron desde la provincia.
La huella
“Es un premio muy significativo cuando se está llegando al final de la carrera. Lo mejor que nos puede pasar es dejar una huella en nuestros alumnos. Estoy muy feliz”, señaló la directora este miércoles al recibir el premio de Nación. La ministra de Educación provincial, Claudia Balagué, la acompañó y opinó: “Significa un incentivo a seguir firmes en la tarea que vienen desarrollando nuestros educadores cada día en las aulas”. Días atrás la provincia premió a 200 docentes que habían sido postulados por sus propias comunidades educativas.
“Nuestros docentes, como Sandra, son quienes llevan adelante las políticas educativas para lograr una escuela inclusiva, de calidad y con anclaje en lo social”, sumó Balagué. “Lo hacen de forma colaborativa, con otros, con propuestas innovadoras, de gran sensibilidad y compromiso social, lo cual es clave precisamente en momentos de grandes crisis”, concluyó la ministra.
El acto de entrega del premio estuvo encabezado por el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro. También participaron Orlando Macció, secretario general de la Secretaría del Consejo Federal de Educación; y ministros y funcionarios de las jurisdicciones.