El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, adelantó este lunes lo que consideró una muestra del poder tecnológico de su país: la primera imagen del telescopio espacial James Webb que muestra una pequeña parte del universo con una definición jamás lograda y la particularidad de que se trata de galaxias distantes 13 mil millones de años luz de la Tierra. O lo que es lo mismo, de cómo era esa región hace esa misma cantidad de años. Si se tiene en cuenta la teoría del Big Bang, la que goza de mayor consenso científico para explicar el origen del espacio en una gran explosión ocurrida hace 13.787 millones de años, entonces las fotos reveladas ahora presentan una porción del mismo tal como era poco después el inicio de todo. Nada menos.
El telescopio espacial James Webb, en realidad, es una colaboración internacional entre la Nasa (agencia espacial de Estados Unidos), la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense. Fue lanzado al espacio el 25 de diciembre de 2021. Su desarrollo insumió una inversión cercana a los mil millones de dólares. Reemplazará, en breve, a su antecesor, el Hubble, enviado al espacio en 1990 con el mismo objetivo: obtener imágenes del universo lejano y, cuanto más lejano, fotos de cuando era más joven.
El anuncio explica que se trata de la imagen infrarroja más profunda y nítida del universo lejano hasta la fecha. Conocida como el primer campo profundo de Webb, es del cúmulo de galaxias llamada SMACS 0723, a unos 4.600 millones de años luz de la Tierra.
Pero hay mucho más: ese cúmulo actúa como una “lente gravitacional”, un concepto predicho por Albert Einstein y observado por primera vez en 1979. Su enorme masa crea una especie de efecto de lupa que permite en principio observar galaxias mucho más distantes, imposibles de ver sin que medie ese fenómeno, y en un tamaño mucho mayor.
No es tan simple, porque hay distorsiones debidas a las interacciones espacio-tiempo, por lo que algunas galaxias se retratan con una forma curvada. En las imágenes publicadas, los puntos blancos muy brillantes son las galaxias más cercanas. Las huellas rojas deformadas son las más lejanas, esas que, posiblemente, acerquen una visión muy cercana al Big Bang.
Las fotos del llamado campo profundo del universo fueron tomadas por la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam, por sus siglas en inglés) del Webb. Se trata de imágenes compuestas en diferentes longitudes de onda de luz. La exposición para conseguirlas fue de 12,5 horas. Con ello, consiguieron una definición muy superior a la que puede conseguir el Hubble, que además necesita semanas de exposición para componer una foto.
El nombre, homenaje a un homofóbico
James Webb, nombre con el que se bautizó el telescopio espacial, fue un político estadounidense nacido en 1906 y fallecido en 1992. Entre 1961 y 1968, se desempeñó como jefe de la Nasa, en plena época de la Guerra Fría con la entonces Unión Soviética.
El Gobierno de Estados Unidos le había encargado a Webb la misión de superar a la URSS en la carrera espacial. Y lo consiguió. Dirigió a los científicos que desarrollaron el programa Apolo, que en 1969 le permitió a Estados Unidos jactarse de poner el primer hombre en la superficie de la Luna.
Pero Webb tenía, además de su anticomunismo, otro costado conservador. Durante su administración al frente de la Nasa, varios científicos LGBT+ denunciaron haber sido interrogados por las autoridades a causa de su orientación sexual. Explicaron que esa persecución era permitida y hasta fomentada por el director, en la saga de emparentar homosexuales como comunistas, dos adjetivos en ese momento, y ese país, equiparables a enemigos.
Clifford Norton, un empleado de la Nasa, por ejemplo, fue detenido e interrogado por la Policía y agentes de la agencia espacial bajo acusación de activismo gay. En 1963, Webb firmó su despido por supuesta “conducta inmoral”.
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