El coloso de Rodas, el templo de Artemisa, el faro de Alejandría, la gran pirámide de Guiza, la estatua de Zeus en Olimpia, el mausoleo de Halicarnaso y los jardines colgantes de Babilonia formaron parte de una lista de monumentos o lugares que eran dignos de ser conocidos.
Aunque solo permanece en pie la gran pirámide de Guiza, gracias a los grabados y pinturas que elaboró el pintor neerlandés Maarten van Heemskerck –quien se basó en las descripciones de los relatos griegos–, podemos hacernos una idea de cómo podían ser estas siete maravillas.
Ahora, con el avance de la tecnología, la inteligencia artificial (IA) ofrece nuevas formas de explorar el pasado. Ante la pregunta sobre cómo eran las siete maravillas del mundo antiguo, esta ha sido la respuesta de ChatGpt, a quien también le hemos pedido que realice una imagen de cada una de ellas.
La gran pirámide de Guiza
Empezamos con la única de las siete maravillas del mundo antiguo que continúa en pie: la gran pirámide de Guiza. Fue construida alrededor del 2.600 a.C. para albergar el sepulcro del faraón Keops. Según ChatGpt «originalmente alcanzaba los 146 metros de altura y estaba formada por más de dos millones de bloques de piedra caliza y granito, algunos de hasta 80 toneladas».
«La precisión con la que fue alineada con los puntos cardinales y la sofisticación de su diseño interno, incluyendo cámaras ocultas y un sistema de ventilación, demuestran el impresionante conocimiento arquitectónico y astronómico de los antiguos egipcios. Fue durante siglos la estructura más alta jamás construida por el ser humano», describe el chatbot.
Los jardines colgantes de Babilonia
Se dice que los jardines fueron un regalo del Rey Nabucodonosor II a su esposa Amitis, «quien añoraba los paisajes verdes de su tierra natal, Media (actual Irán)», indica ChatGpt.
ChatGpt recoge que, «supuestamente, consistían en terrazas escalonadas cubiertas de exuberante vegetación, árboles frutales, flores y palmeras, que crecían sobre plataformas de piedra sostenidas por columnas. Un avanzado sistema de riego permitía transportar agua desde el río Éufrates hasta la cima de la estructura. Sin embargo, no se han encontrado pruebas arqueológicas concluyentes, lo que ha llevado a algunos estudiosos a pensar que su existencia pudo haber sido un mito o una confusión con jardines similares en Nínive».
La estatua de Zeus en Olimpia
Esta majestuosa estatua fue «realizada por el célebre escultor griego Fidas hacia el año 435 a.C. en el templo dedicado al dios en Olimpia, lugar sagrado de los antiguos Juegos Olímpicos», describe la IA. Esta estatua, de dimensiones colosales: medía unos 12 metros de altura, «representaba al dios Zeus sentados sobre un trono de madera ricamente decorado con marfil, oro y piedras preciosas».
Zeus estaba representado con «un cetro en una mano y una figura de la diosa Niké (la Victoria) en la otra», advierte el chatbot. Asimismo, comenta que «esta obra transmitía una imagen poderosa y serena del rey de los dioses del Olimpo». Sin embargo, fue destruida, «probablemente por un incendio o durante el cierre de los templos paganos en el Imperio romano». En la actualidad, «solo quedan descripciones literarias y algunas monedas que representan su forma», concluye ChatGpt.
El templo de Artemisa en Éfeso
Según explica esta inteligencia artificial, el templo «fue una de las construcciones religiosas más grandes y ornamentadas de la antigüedad» y estaba dedicado a la diosa Artemisa, protectora de la caza, la fertilidad y la naturaleza. Por otro lado, indica que fue «reconstruido en varias ocasiones, siendo su versión más famosa la del siglo VI a.C.», la cual estaba construido en mármol blanco, contaba con más de 120 columnas de unos 20 metros de altura, decorada con relieves y esculturas.
También considera que fue «un centro cultural, económico y espiritual para toda Asia Menor» y repara en que, según las crónicas, «su belleza era tal que superaba incluso al Partenón». Fue destruido por un incendio provocado por un hombre «que buscaba fama (Eróstrato) y posteriormente por los godos y terremotos». En la actualidad sólo quedan algunas ruinas de su antigua grandeza.
El mausoleo de Halicarnaso
Erigido en el siglo IV a.C., el mausoleo de Halicarnaso fue «una tumba monumental» para «Mausolo, gobernador de Caria, y su esposa Artemisia II, quien ordenó su construcción». Esta maravilla del mundo antiguo estaba situada en la ciudad de Halicarnaso (hoy Bodrum, Turquía) y fue «diseñado por los arquitectos griegos Sátiro y Piteo, y decorado con esculturas de reconocidos artistas de la época».
La inteligencia artificial describe de la siguiente manera: «El edificio medía cerca de 45 metros de alto, con una base rectangular, una serie de columnas jónicas y una pirámide escalonada coronada por un carro de caballos en mármol. La combinación de estilos arquitectónicos griegos, egipcios y orientales lo convirtió en un modelo para futuras tumbas monumentales. Aunque resistió durante siglos, fue finalmente destruido por terremotos en la Edad Media, y parte de sus restos fueron reutilizados en construcciones locales».
El coloso de Rodas
Esta gigantesca estatua de bronce del dios Helios fue erigida en la isla griega de Rodas «alrededor del 280 a.C. para celebrar la victoria sobre un ejército invasor», explica la IA. Su escultor fue Cares de Lindos y «alcanzaba los 32 metros de altura, lo que lo convertía en una de las estatuas más altas del mundo antiguo».
ChatGpt puntualiza que, «aunque muchos relatos lo describen como ubicado a la entrada del puerto, lo más probable es que se alzara en una colina cercana». Un dato que la historiadora Bettany Hughe también desvela en su libro Las siete maravillas del mundo antiguo (Ático de los libros, 2025).
Por último, la IA advierte que el Coloso fue «destruido por un terremoto apenas 56 años después de su construcción, y sus restos yacieron en el suelo durante siglos, asombrando a quienes los veían» hasta que en el siglo VII d.C. «fue desmontado por comerciantes árabes».
El faro de Alejandría
Según ChatGpt, el faro de Alejandría «fue una de las más grandes proezas de ingeniería helenística». Su construcción se debe al faraón Ptolomeo II en el siglo III a.C. «Tenía una altura estimada entre 100 y 140 metros, lo que lo convertía en uno de los edificios más altos del mundo antiguo», recoge.
Estaba compuesto de tres niveles: «una base cuadrada, una torre octogonal y una sección superior cilíndrica, coronada por una estatua». Para guiar a los navegantes hacia el puerto, el faro utilizaba unos «espejos pulidos y fuegos nocturnos».
Sin embargo, «fue gravemente dañado por una serie de terremotos entre los siglos X y XIV y sus restos fueron utilizados para construir la fortaleza de Qaitbay. Su diseño inspiró a los faros modernos y su legado perdura en la palabra misma: faro».