La exposición inmersiva Imagine Van Gogh, que inauguró en febrero en predio porteño de La Rural y visitaron más de 300 mil personas, significó el desembarco en Argentina de una tecnología de avanzada que permite ver las obras magnificadas, coreografiadas y en movimiento, un fenómeno ya consolidado en otras partes del mundo que finalmente encontró su correlato en estas latitudes y se propagó luego a muestras como las de Piazzolla y Leonardo Favio en el Centro Cultural Kirchner.
Sin dudas, el 2022 será recordado como el comienzo de un tipo de exposiciones que parecen haber llegado para quedarse: las inmersivas permiten acercarse al arte tradicional o a cualquier tipo de arte desde una perspectiva completamente distinta, poniendo todos los sentidos en juego. Hasta la llegada de Van Gogh ninguna muestra de ese estilo se había visto antes en el país.
Una selección de 200 obras del pintor neerlandés Vincent van Gogh (1853-1890) se pudieron ver desmenuzadas en más de 3 mil imágenes en simultáneo, en formato de gran tamaño gracias a 48 proyectores de video láser de alta definición sobre las paredes, el suelo y los lienzos de ocho metros de altura distribuidos en el predio de mil metros cuadrados.
Pero estos números son lo primero que uno olvida apenas se ingresa a esta exposición: Imagine Van Gogh es una muestra que invita a sentir, que potencia los sentidos, que deja de lado lo racional para poner en primer plano lo emocional. Los visitantes recorren la exposición en oscuridad total, sólo iluminados por las proyecciones gigantescas de las pinturas más reconocidas del artista, acompañadas por la música de grandes compositores como Camille Saint-Saens, Mozart, Bach, Delibes y Satie. Hay que pensar en cada obra de Van Gogh como una pantalla de cine, inmensa, en una danza coreografiada de imágenes, además de la música clásica envolvente que se desprende desde los parlantes.
La muestra que el empresario y productor argentino Daniel Grinbank decidió traer a la Argentina fue presentada por primera vez en La Cathédrale d’Images, en Francia, en 2008. Desde entonces, ha viajado por cincuenta ciudades del mundo y la han visto un millón de personas.
Las obras más famosas de Van Gogh realizadas hace cientos de años cautivaron la atención del público en La Rural a lo largo de cinco meses, de febrero a julio, extendiendo su permanencia debido al éxito de convocatoria: 300 mil espectadores, una cifra que nada tiene que envidiar a los 263.373 visitantes que tuvo en el Museo Nacional de Bellas Artes por Joan Miró (2017) o los 252 mil que pasaron por Malba para la muestra Liminal de Leandro Erlich en 2019, si se piensa en las más convocantes de la historia.
Pero el gran acierto de Imagine Van Gogh fue sin dudas convocar a toda clase de público, a ese que, muchas veces, no suele acudir a museos de arte ni a espacios o instituciones de este tipo. La muestra atrae a niños, jóvenes y adultos por igual por su capacidad de ver magnificadas y, por ende, desde nuevos puntos de vista, estas famosas obras. Sin contar con la posibilidad de apreciarlas todas juntas en una única oportunidad.
«La noche estrellada», «Los Girasoles», «Los Lirios» o «Dormitorio en Arles», entre otras, forman parte de prestigiosas colecciones como el Museo d’Orsay de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el Museo de Arte Moderno y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Una impresionante selección que, sencillamente, no podría coincidir físicamente en el mismo lugar y al mismo tiempo.
Además, este tipo de exposiciones posee el espacio adecuado para el distanciamiento social preestablecido que dejó la pandemia, y entradas que se venden en bloques de media hora, lo que conduce a un aforo limitado, otra enseñanza post covid. De todos modos, la permanencia en este tipo de exhibiciones no tiene un tiempo preestablecido.
De la mano de la tecnología, y con la posibilidad de fotografiarse con las obras en la era de las redes sociales, el efecto contagio «hashtag Van Gogh» se propagó enseguida a la agenda nacional local con la inauguración en el mes de marzo en el Centro Cultural Kirchner de la sala inmersiva dedicada al compositor y bandoneonista Astor Piazzolla, el primer espacio de su tipo emplazado en una institución cultural del país, con entrada libre y gratuita.
En la segunda planta del edificio del antiguo Palacio de Correos, equipada con catorce proyectores, un sistema de sonido de 24 parlantes y un revestimiento acústico especialmente diseñado, la sala de 200 metros cuadrados y seis de altura, logró generar una sensación de inmersión en un entorno envolvente a través de las proyecciones en todo el espacio y de la utilización de técnicas de espacialización sonora.
En paredes, piso y techo se pudieron ver reproducciones de animaciones, fotografías, videos, material de archivo y obras de arte inspiradas en momentos, ciudades y piezas fundamentales en la vida de Piazzolla. La experiencia sensorial fue acompañada de grabaciones originales de clásicos como «Otoño porteño», «Fuga y misterio» o «Adiós Nonino».
En noviembre fue el turno de dedicar la sala inmersiva del CCK a la figura de Leonardo Favio (1938-2012), a diez años de la partida de este popular artista, referente indiscutible del cine y la música local, cuyo repertorio de canciones y de películas son de culto, incluido su primer disco, Fuiste mía un verano.
La sala inmersiva en honor a Favio que todavía sigue en exposición propone un recorrido por su obra como director, cantante y actor, por medio de fragmentos de imágenes y sonidos que recrean un universo a través de archivos muy diversos, películas (Juan Moreira, Nazareno Cruz y el lobo, Gatica, Aniceto), fotografías, entrevistas, guiones y material de rodaje inédito, para ofrecer un recorrido dinámico de su vida y su obra.
El efecto rebote ya es palpable de cara al 2023 cuando lleguen a la Argentina, por lo pronto, tres exposiciones inmersivas aunque podrían sumarse más: en enero Frida Kahlo, en febrero Van Gogh y en marzo Leonardo da Vinci.
La experiencia inmersiva Vida y obra de Frida Kahlo inaugura el 20 de enero en el CEC, Centro Convenciones de Buenos Aires (Figueroa Alcorta 2099) y propone adentrarse en la icónica figura de la pintora mexicana desde la narración tomada de su fascinante y casi desconocido diario personal, un libro de vida que fue custodiado bajo llave durante décadas.
Más de un centenar de obras plásticas, literarias y fotográficas prometen cobrar vida en un espectáculo que fusiona arte, tecnología y una narrativa emocionante (una producción de Move Concert y Ozono Producciones, creada por Acciona Cultura), donde no faltan sus famosos autorretratos, piezas como «La venada herida» o el dedicado al «Doctor Eloesser» y otras menos conocidas como «El suicidio de Dorothy Hale», o «Lo que el agua me dio». Se incluye además la recreación de la famosa Casa Azul de México, el hogar donde Frida Kahlo nació, vivió, pintó y murió.
La muestra Meet Vincent van Gogh, la exposición oficial creada por los expertos del Museo Van Gogh de Amsterdam, llegará a Buenos Aires a partir del 24 de febrero, al Campo Argentino de Polo, donde se verán seis escenarios distintos que permitirán adentrarse, literalmente, en la obra del artista a través de escenificaciones en 3D de sus paisajes, junto a proyecciones y réplicas a gran escala.
En este itinerario habrá salas inmersivas, reproducciones que el visitante podrá tocar, fragmentos de cartas, recreaciones de paisajes e incluso escenificaciones de pinturas icónicas donde ingresar, como por ejemplo poder sentarse en la famosa cama de la habitación de Arles.
Curada por Willem Van Gogh, bisnieto de Theo (el hermano de Van Gogh), la exposición, basada justamente en las casi 800 cartas que el artista dejó a su familia, se presentó por primera vez en el 2016 en Beijing y desde entonces ha itinerado por numerosas ciudades del mundo, convocando a más de un millón de visitantes.
Finalmente, en el mes de marzo llegará a Córdoba Da Vinci: Il Genio, una muestra inmersiva que honra la vida, obra y pensamiento del genio italiano, padre del Renacimiento, en el Centro de Convenciones Complejo Ferial de la ciudad de Córdoba, del 11 de marzo al 22 de abril.
Las muestras inmersivas, una nueva concepción del arte tal como se lo conoce, ya son un éxito de taquilla en todo el mundo. Y en Argentina, esto recién comienza.