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Imputan a policía por facilitar fuga de detenido en sede de AIC de barrio Echesortu

Fue en el marco de una audiencia en libertad. En Navidad un joven que había sido detenido escapó o lo dejaron escapar de la sede de la Brigada Antidrogas de San Luis al 3200. Sólo había un uniformado a cargo que ahora fue acusado. Hallaron candado violentado

La fuga de un detenido que estaba alojado en la sede de Drogas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), de San Luis al 3200, entre la noche del 24 y las primeras horas del 25 de diciembre, recién fue confirmada oficialmente con la imputación en libertad de un subinspector que había quedado a cargo de la guardia en Navidad. Las hipótesis del fiscal José Luis Caterina señalan un favorecimiento doloso de la evasión, es decir con intención, o una posible negligencia.

Según se supo a partir de fuentes judiciales, Maximiliano Fabián P., de 22 años y oriundo de barrio Las Flores, había sido detenido el 23 de diciembre pasado en jurisdicción de la comisaría 32ª. Personal del Comando Radioeléctrico (CRE) le secuestró drogas y Maximiliano fue a parar al calabozo de la sede de Drogas de la AIC, donde funcionaba la comisaría 6ª, previa consulta con el Juzgado Federal N° 4.

Maximiliano P., según la imputación, había dado una identidad falsa. Dijo llamarse Ulises Isaías Vallejos, pero ello no fue descubierto hasta bien entrada la tarde del 24 por un llamado del personal de la comisaría 32ª que alertó sobre el engaño. Todo el procedimiento del acta debió realizarse nuevamente, al igual que las fotos de identificación. A las 21.30, el subinspector Hugo Ariel Rivero, de 43 años, quedó solo a cargo de la guardia de la sede ya que otros cuatro uniformados asignados ya se habían retirado. El único detenido era Maximiliano P.

¿Qué pasó entre las 20 y las 2.40 de la madrugada? En ese lapso Maximiliano P. escapó, o lo dejaron escapar, del penal, donde se halló un candado cuya rotura propició el escape.

El testimonio de un policía que dijo volvió a su trabajo a las 2.30 lo explicó así: “Cuando regreso, mis compañeros van a buscar a P. al penal y se percatan de que el mismo no estaba, la puerta del primer perímetro se encontraba cerrada, la puerta del ingreso al penal se encontraba cerrada y tenía colocado el candado de seguridad. Y la puerta donde se encuentra los pabellones que actualmente se usa como depósito no tenía candado, por este depósito hay una puerta que sale a un patio, mis compañeros realizaron una búsqueda en el perímetro, pero no encontraron nada, sólo un candado tirado que sería el de la puerta del depósito”.

Para el fiscal José Luis Caterina existen dos posibilidades: la complicidad de Rivero en la fuga o la negligencia en la custodia del detenido.

La hipótesis principal, bajo calificación de favorecimiento doloso de la evasión y abuso de autoridad, señala que Rivero “habiendo quedado solo y a cargo del lugar, hizo posible que P. se fugara, lo que fue descubierto recién a las 2.40 cuando llegaron otros policías a la dependencia”.

La otra calificación, alternativa, es la del favorecimiento de evasión culposo. “Usted como oficial de cuarto y guardia no observó los deberes de cuidado propios de su función en relación al control de un único detenido alojado en el lugar, quien además ya había evidenciado su peligrosidad procesal al declarar una identidad falsa al momento de su aprehensión, por lo que debió haber redoblado dichos deberes”, dijo Caterina.

Y le reprochó: «Durante seis horas el único sujeto alojado en el penal de la dependencia policial no fue custodiado por usted quien no observó lo normado por las leyes policiales que le incumbía cumplir». 

En la audiencia, de la que participaron la Fiscalía y el abogado del policía Rivero pero no un juez, ya que no se solicitaron medidas de prisión preventiva para el investigado. Más bien, fue anoticiado de la imputación en su contra. Fuentes judiciales señalaron que la pesquisa continúa ya que a Rivero y otros cuatro policías entregaron sus celulares para que sean peritados en busca de indicios de posible complicidad.

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