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Imputan por crimen de un joven a un policía de 26 años

Fiscal Fabbro lo acusó de ser quien asesinó a un chico de 16 años en la madrugada de Año Nuevo en zona sur, basada en dichos de testigos, uno de ellos también efectivo de la fuerza. No se podrá cotejar bala homicida porque el plomo está deformado.

El policía de 26 años sospechado de perpetrar el crimen del adolescente Brandon Cardozo en la madrugada de Año Nuevo, en la zona sur, fue formalmente imputado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. En su descargo, el uniformado sostuvo su inocencia, dijo que le están haciendo “una cama” y pidió que se investigue a fondo el caso. Por su parte, la fiscal citó la evidencia en su contra; entre la más relevante se encuentra el testimonio de otro uniformado –familiar de un ex jefe policial– y la similitud de los proyectiles secuestrados en la vivienda del imputado y del plomo extraído al cuerpo de la víctima. La funcionaria solicitó la prisión preventiva sin plazo, que fue admitida por el juez Luis María Caterina, por lo que el policía continuará preso mientras se avanza en la investigación.

Brandon Cardozo era un chico de mirada franca y sonrisa amplia. Un adolescente como cualquier otro, apasionado por el fútbol: practicaba ese deporte desde muy pequeño y desde hace 4 años jugaba en la localidad de Sanford (departamento Caseros), contaron sus padres, Rubén y Laura. Para ello no escatimaba en esfuerzos; iba al colegio por la tarde y dos veces por semana corría para  llegar a las 17.30, horario en que pasaba la trafic que lo llevaba a las prácticas. Los sábados eran los días de partido, donde defendía la camiseta de su club.

Laura, que en ningún momento de la audiencia imputativa de ayer dejó de apretar la foto de su hijo contra el pecho, sostuvo que Brandon era querido en todos lados y detalló que siempre evitaba todo tipo de confrontación y por eso no tenía problemas con nadie, mientras que Rubén afirmó que odiaba las injusticias y contó su amor por los animales.

La audiencia

Durante la audiencia la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro imputó al policía Emiliano Martín G. de participar en una fiesta callejera donde se produjo un enfrentamiento entre diferentes grupos, circunstancia en la que el uniformado extrajo un arma y disparó.

Uno de esos proyectiles impactó en el mentón de Brandon y le causó la muerte.

La víctima llegó, cerca de las 2.30 del 1º de enero pasado, a la intersección de Centenario y Entre Ríos con su primo y otros tres amigos; allí se había armado una fiesta callejera.

Los acompañantes de Brandon contaron que en el lugar se tiraban cuetes, después botellazos y se armó un desmán, por lo que corrieron para alejarse y, antes de llegar a calle Corrientes, Brandon se cayó por lo que volvieron a buscarlo y lo trasladaron algunos metros, hasta que se dieron cuenta de que estaba herido. Los chicos afirmaron que no tuvieron problemas con nadie, ni se produjo altercado alguno con ellos, sostuvo la fiscal.

Testigo

El hecho se produjo cerca de las 5 y en las siguientes horas de la mañana se presentó otro uniformado ante la División Judiciales, quien adujo ser testigo del crimen. Se trata de un policía que en noviembre pasado se hizo conocido cuando trascendió una foto que se publicó en una red social donde mostraba gran cantidad de entradas para el partido que disputaba Rosario Central y Boca por la Copa Argentina. Es familiar de un ex jefe policial y, según relató, esa madrugada se trasladaba en su auto con su novia, su cuñado y otras dos personas cuando se cruzaron con la fiesta, por lo que decidieron quedarse. El grupo descendió del auto y en un momento la gente comenzó a correr en distintas direcciones, por lo que se subieron al vehículo pero no pudieron salir, porque había motos y heladeritas de bebidas que les cortaban el paso, refirió. En un momento, desde atrás del auto apareció un joven con un arma en la mano y su novia le dijo: “Salgamos de acá que éste tira a la cabeza y va a matar a alguien”, mientras  el agresor disparaba y del otro lado tiraban botellazos que pegaban en el auto.

El uniformado sostuvo que bajó de su vehículo para intentar calmar al tirador y ahí lo reconoció como empleado policial, a quien le dijo que dejara de tirar, pero éste hizo caso omiso. La gente comenzó a arrojar piedras y el testigo adujo que se retiró con su auto marcha atrás.

La fiscal afirmó que este testimonio fue avalado por las versiones de los otros ocupantes del auto, quienes describieron físicamente al tirador. Fabbro agregó que el testigo entregó su pistola reglamentaria y otras dos armas que tiene registradas, las que fueron peritadas con resultado negativo, y detalló que su versión coincide en parte con la mecánica del hecho descrita por los amigos de la víctima. La funcionaria refirió que con estos elementos ordenó la detención de Emiliano G. y en su casa de la zona sur se secuestraron prendas similares a las que tenía el agresor y 5 proyectiles calibre 9 milímetros teflonados y de punta azul, que coinciden con el extraído a la víctima, aunque Fabbro detalló que no se podrá realizar la pericia balística porque el plomo se encuentra deformado.

El imputado

Emiliano G. declaró y sostuvo su inocencia: dijo que le están haciendo una cama. “Esa fue una pelea generalizada, botellazos, tiros por todos lados. Yo no fui, no vengo de una familia policial, quiero que se investigue muy a fondo y si tengo que estar detenido mientras se investiga no hay problemas”, refirió. Mientras que su defensor Marcos Cella sostuvo que la evidencia se asienta sobre el testimonio de un personal policial y sus amigos, que no se determinó que el plomo extraído se corresponda con el del arma de su cliente y afirmó que hubo otras detonaciones de arma de fuego en el lugar. El letrado solicitó ruedas de reconocimiento y pidió una limitación a la prisión preventiva solicitada por la fiscal. Por su parte, el juez Caterina admitió el acuerdo de partes, respecto de la medida cautelar contra el uniformado, y entendió que corresponde que se fije por el plazo de ley, es decir un mínimo de 60 días, atento a que la Fiscalía no ha terminado de recolectar evidencia.