Durante la tarde de hoy tendrá lugar la audiencia oral donde se imputará a los detenidos por la megaestafa con propiedades. La jueza Mónica Lamperti, la misma que firmó las órdenes de allanamientos que utilizó la Fiscalía para llevar adelante la veintena de procedimientos de anteayer, dirigirá la audiencia. Al cierre de esta edición eran diez los detenidos que escucharán las imputaciones y según trascendió la misma se dividirá en dos partes: hoy se realizará la audiencia imputativa y el martes tendrá lugar la discusión de la prisión preventiva.
Uno de los detenidos, Jorge Oneto, a través de su abogado, requirió en varias oportunidades a la Fiscalía el acceso al legajo de la investigación. El defensor tenía conocimiento de que su cliente estaba nombrado en la pesquisa y quería información. El letrado no logró su cometido y la Fiscalía solicitó una audiencia, que tenía fecha para ayer, para discutir la cuestión pero el planteo quedó desvirtuado con la detención de su cliente.
Hoy está previsto que el fiscal impute a los diez sospechosos por defraudación, falsificación de documentos y asociación ilícita –de los tres delitos el que tiene la escala penal más alta es el último, que prevé un mínimo de tres años y un máximo de diez, que puede ser mayor si se trata de un jefe u organizador–, en tanto un punto aparte se dará en el caso de que se les achaque lavado de dinero. El fiscal Sebastián Narvaja sostuvo que también investigan este delito que tiene arista federal, pero que dependerá de la estrategia fiscal y cómo se presente esta parte de la investigación dónde tramitará, ya que hay jurisprudencia para ambos lados.
A su vez se conoció ayer que el escribano Eduardo Torres tiene al menos siete causas en el viejo sistema procesal por este tipo de delitos y una condena cumplida a seis meses de prisión en suspenso. Una de ellas la comparte con Jonatan Zárate y otra con Juan Roberto Aymo, un vendedor de autos que también cuenta con varios procesamientos por delitos similares en el lapso donde compró una propiedad que está siendo investigada. Otro dato que surgió está vinculado a los secuestros realizados en las distintas propiedades allanadas. El más curioso fue una caja fuerte colmada de billetes de distintas nacionalidades. Una fuente del caso confió que se trata de una altísima cantidad de efectivo conformado por libras esterlinas, euros, dólares y pesos argentinos y que pertenece a uno de cinco sospechosos aún no detenidos.
Por su parte en otras de las propiedades allanadas en Pueblo Esther había caballos de carrera, un gimnasio y un spa, entre otras comodidades. En esta propiedad, donde había varias construcciones y muchas cámaras de seguridad, se encontraron armas.
Según trascendió ayer, el contador Marcelo Jaef y el agenciero de autos Leandro “Lelo” Pérez serán representados por los abogados Adrián Martínez y Carlos Varela, quienes estudian si también patrocinarán a Maximiliano De Gaetano. Este último integra el Sindicato Único de Monteros Argentinos.
Por su parte, el empresario Juan Roberto Aymo y su mujer Ramona Rodríguez serán representados por el abogado Hugo Leguizamón, mientras que Jonatan Zárate tendrá el patrocinio de Ignacio Carbone. De los tres escribanos detenidos, Luis María Kurtzemann será defendido por Juan Lewis, ex ministro de Justicia de la gestión socialista, en tanto se desconoce quiénes patrocinarán a sus pares Juan Bautista Alliau y Eduardo Martín Torres.
Jorge Oneto, titular de la agencia de bolsa que lleva su apellido y uno de los constructores de la torre Aqualina, será patrocinado por Héctor Superti. En tanto uno de los buscados, un gerente del diario La Capital, será defendido por Daniel Cuenca, ex ministro de Seguridad provincial durante gobierno socialista, y según trascendió llegará hoy al país, tras finalizar la audiencia imputativa.
Uno de los apresados y la banda de los Monos
Juan Roberto Aymo, uno de los acusados en la investigación por asociación ilícita, estafa y lavado de dinero del fiscal Sebastián Narvaja, figura como quien, en su función de empresario dedicado a la compra y venta de vehículos, recibió de manos de un sindicado integrante de la banda de Los Monos el auto que según la Justicia se usó en el crimen de Diego “Tarta” Demarre, considerado una venganza por el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero, ambos ocurridos en mayo de 2013. La jueza de Instrucción Alejandra Rodenas procesó en mayo de 2014 a un hermano del Pájaro, Ariel “Guille” Cantero, como autor material del homicidio y a Jorge “Ema” Chamorro y Leandro “Gordo” Vilches, como partícipes secundarios, mientras que Bernardo Carlos Domínguez fue encausado por encubrimiento. Es que para la pesquisa existe semiplena prueba de que este último se deshizo del Volkswagen Bora blanco del que partieron los tiros en Seguí y Maipú, mientras la víctima llegaba a su casa en otro vehículo. De acuerdo con el fallo de Rodenas, Aymo prestó declaración informativa (intermedia entre la indagatoria y la testimonial) en la que aceptó haber recibido el Bora de manos de Domínguez en parte de pago de una Dodge RAM perteneciente a un hombre apodado Pinino que, en realidad, conocía a Domínguez, con lo cual él sólo hizo de intermediario. El auto estaba a nombre de una mujer domiciliada en Córdoba al momento del crimen de Demarre, y luego fue vendido en aquella localidad.
Según Pinino, al comprar el vehiculo estaba pintado de negro pero la pintura “estaba fea”. Aymo le dijo que lo “había agarrado la piedra en Buenos Aires y que lo habían pintado a los apurones”, dijo el testigo. En la causa además está procesado Andrés “Gitano” Fernández, como conductor del Bora al momento de los disparos, ocurridos en el mediodía del 27 de mayo de 2013; el mismo auto había sido visto en la madrugada del día anterior frente al Heca, a donde había llegado agonizante el Pájaro, también al mando del Gitano.
