Dos policías del Comando Radioeléctrico y un inspector de Tránsito municipal que en diciembre pasado agredieron a un repartidor de 37 años en el centro de Rosario, lo golpearon y falsearon las actas para complicar su situación fueron acusados este miércoles por el fiscal de Violencia Institucional Rodrigo Fernández Bussy. Luego de la audiencia, los tres funcionarios públicos que habían sido demorados un día antes recuperaron la libertad bajo compromiso de cumplir con medidas cautelares, entre ellas no acercarse a la víctima.
Los dos agentes policiales, el subinspector Ismael Velázquez y el oficial Luciano Rodríguez, fueron imputados por los delitos de falsedad ideológica de instrumento público y abuso de autoridad; mientras que el empleado de Tránsito Rosario Cristian Picerni fue acusado de falsedad ideológica en dos oportunidades.
Según la investigación del fiscal Fernández Bussy, los hechos tuvieron lugar durante la tarde del 14 de diciembre pasado en Mitre al 900, en el microcentro rosarino y quedaron registrados en las cámaras de seguridad de dos comercios, además de haberse consumado frente a numerosos transeúntes que hicieron de testigos presenciales en la causa y algunos de ellos tomaron registros con sus celulares.
Mal día para estacionar
Esa tarde, Ricardo C., un repartidor de 37 años que conducía un utilitario, estacionó su vehículo en un lugar que no estaba permitido. Esa infracción, que ya saldó con el tribunal de Faltas con el pago de una multa, fue una suerte de pesadilla, ya que una inspectora de Tránsito lo acusó en falso de querer atropellar a su compañero, llamó a la Policía y los agentes que llegaron, uno de ellos bajo los efectos de la cocaína, lo golpearon a dúo sin mediar palabra.
Para el fiscal no se trató de una “reacción” de los uniformados ante una resistencia del conductor, sino de una “acción” desmedida sin justificación que encasilló como delito de abuso de autoridad y no de apremios ilegales, figura penal más gravosa con la que se especuló en un primer momento.
La violenta escena no sólo quedó filmada por cámaras de seguridad de comercios de la zona, sino que también fue registrada con los celulares de numerosos testigos que luego subieron a las redes sociales, colaborando para que el accionar ilegal de los empelados públicos tenga repercusión masiva y no pase desapercibida ante la Justicia.
El repartidor admitió en todo momento que había cometido una falta de tránsito, pero negó que se haya resistido al accionar policial, argumento esgrimido por los uniformados para justificar los golpes y los malos tratos.
La saga comenzó cuando el hombre estacionó su Fiorino en un sector prohibido de la cuadra de Mitre al 900, y luego discutió con una inspectora de Tránsito que le labró una multa. El primer video de la saga los filmó la víctima cuando discutía con la inspectora, quien lo acusaba de intentar embestir a su compañero, lo que no fue real según más tarde se pudo corroborar con las imágenes.
Entonces la empleada municipal le pidió los papeles del auto y que se identifique. No conforme con la controversia verbal, la mujer llamó a la Policía y todo se desbordó.
Los dos policías lo emprendieron a golpes sin que mediara justificación, lo tiraron al piso, lo golpearon y lo sujetaron del cuello dificultándole la respiración.
Uno de los policías fue pasado a disponibilidad. No por el hecho en sí: voceros de la Unidad Regional II del Departamento Rosario explicaron que fue porque el test de narcolemia tras el procedimiento bajo la lupa judicial le dio positivo para cocaína.
“Admito la falta de tránsito y la voy a pagar como pago todos mis impuestos, pero me pareció muy irregular todo el procedimiento”, resumió al día siguiente el repartidor, que pasó la noche de ese martes en la comisaría 2ª y quedó sometido a una causa por resistencia a la autoridad, que ya fue desechada.
Detienen a dos policías que agredieron a repartidor a fines de 2021 y los imputan este miércoles