Un policía de 32 años que le disparó por la espalda a un muchacho de 18, quien estaba desarmado e intentaba huir, fue imputado este jueves por tentativa de homicidio calificado por el empleo de arma de fuego en exceso del cumplimiento del deber, luego de varios elementos de prueba recolectados por la Fiscalía que determinaron que el agente Adrián Matías Antonio A. tuvo intenciones de matar al joven, a quien hirió de gravedad.
Tras ser acusado formalmente, el uniformado recuperó la libertad aunque sin su arma reglamentaria y la prohibición de acercarse tanto a la víctima como a los testigos del hecho, que se cometió el miércoles de la semana pasada en el barrio policial de Santa Fe.
Durante la audiencia que se hizo este jueves, los fiscales Mariela Jiménez y Ezequiel Hernández acusaron al policía de disparar su arma reglamentaria sin dar la voz de alto contra un muchacho, de 18 años, quien estaba desarmado, de espaldas e intentaba huir –según se investiga– luego de tratar de robarle a una chica, con un golpe en la boca, una bolsa en cuyo interior había un trapo de piso y una calculadora.
Según la acusación de los fiscales de la Unidad de Violencia Institucional y Delitos Complejos, el agente estaba de franco y al ver la escena abrió fuego contra dos muchachos que corrían desarmados y de espaldas, sin dar la voz de alto.
Uno de ellos, con 18 años recién cumplidos, recibió un balazo en el glúteo que le afectó la vía urinaria, y le provocó lesiones en un riñón y en el colon. Al muchacho debieron operarlo, colocarle dos sondas luego de realizarle una colostomía y una nefrostomía.
Durante la acusación, los fiscales resaltaron que la intención del policía fue matarlo, un resultado que “no se produjo por circunstancias ajenas a su voluntad”.
En ese sentido dijeron que para esa imputación tuvieron en cuenta “elementos objetivos que no pueden soslayarse”. Así aclararon que “una persona resultó gravemente herida a raíz de un disparo ejecutado con el arma reglamentaria por un policía que estaba de franco” y agregaron que disparó sin dar la voz de alto contra el joven en momentos en que se encontraba de espalda, desarmado y huía del lugar.
Por eso remarcaron que el policía “disparó con la intención de darle muerte” y mencionaron que no pudieron determinar cuántas veces gatilló, ya que el fiscal de la Unidad de Flagrancia que investigó la tentativa de robo “no secuestró el arma reglamentaria” del agente.
No obstante, el joven herido dijo haber escuchado al menos siete disparos, mientras que un llamado al 911 mencionó que se escucharon “muchos tiros».
La imputación por los delitos de tentativa de homicidio calificado por la utilización de arma de fuego cometida con exceso en el cumplimiento de un deber fue aceptada por la jueza Sandra Valenti quien, pese a la gravedad de la acusación, le otorgó la libertad al policía aunque acordó la imposición de medidas alternativas a la prisión preventiva.
Entre las normas de conducta dispuestas se prohibió que el agente tenga y porte armas de fuegos, y se le restringió cualquier contacto con el joven al que le disparó, al igual que a los testigos del hecho, perpetrado en inmediaciones de Bernardo de Irigoyen y La Pampa.
Mientras se desarrollaba la audiencia imputativa, un grupo de personas se manifestó frente a los tribunales santafesinos para pedir la libertad del uniformado, quien brindaba servicios en una comisaría de Rosario. “Basta de atacar a la policía por trabajar” y “Estamos cansados de vivir con miedo”, son algunas de las pancartas que acompañaron el reclamo.