Los balazos alcanzaron el flamante edificio del Centro de Justicia Penal (CJP) por segunda vez el pasado 10 de diciembre. La Justicia imputó este sábado a una mujer de 40 años por ese hecho. Le adjudica una participación secundaria: simular una descompostura para distraer a la guardia apostada en el lugar –blanco de un atentado previo el sábado 4 de agosto– para que los autores de la nueva saga de disparos conocieran la posición y cantidad de custodias. Marta Elizabet AG. fue detenida el jueves último en su domicilio de Pasaje Avellaneda entre Ayacucho y Pasaje 531. El juez Hernán Postma ordenó su prisión preventiva por 45 días.
Fiscalía deduce que Marta AG. formó parte de la táctica de los atacantes la madrugada del 10 de diciembre. Que por eso, fingió un desmayo para que los guardias apostados en el edificio que ocupa la manzana de Sarmiento, Virasoro, Mitre y Rueda salieran a auxiliarla y de esa manera quedar en evidencia en cuanto a cantidad y posición. De hecho, 10 minutos después de esa circunstancia, se escucharon las detonaciones.
La mujer quedó detenida al cabo de un allanamiento realizado el último jueves en barrio Saladillo, sobre Pasaje Avellaneda. Allí, de acuerdo a Fiscalía, vive con su pareja. En el lugar encontraron varias armas de fuego y municiones. El personal policial que encabezó el operativo secuestró en la casa siete celulares, memorias digitales, documentación de automóviles y motocicletas, una moto tipo enduro blanca y roja, un auto Chevrolet Prisma con vidrios polarizados y dinero en efectivo.
El magistrado Postma dio crédito a la presunción de los fiscales. La ambulancia del Sies que atendió a Marta AG. el 10 de diciembre, tras el llamado de los custodios del CJP que salieron a auxiliarla. El médico del sistema de emergencias que asistió a la mujer señaló luego que se trató de un cuadro “exagerado”, aunque admitió que tenía niveles de azúcar bajo en sangre.
Tras el incidente, un patrullero y una ambulancia acompañaron a la mujer a su casa. A los 10 minutos, balearon el edificio judicial donde se había realizado el emblemático juicio de la Justicia provincial a cabecillas de la banda Los Monos.
Marta AG. había relatado su versión, que sonó inconsistente a los fiscales primero y al juez penal luego: en la audiencia imputativa dijo que en la madrugada de aquel lunes de diciembre de los disparos se sentía mal, que había vomitado en un árbol sobre calle Mitre, a metros del edificio atacado, y que además desde un vehículo le dijeron que le iban a secuestrar a su hija.