El personal de la Agencia de Control Policial (ex Asuntos Internos) realizó el sábado pasado allanamientos que terminaron con la detención de dos uniformados de la Policía de Santa Fe. Los operativos tuvieron lugar en la comisaría 7ª de la localidad de San Lorenzo y en los domicilios particulares del jefe y subjefe de esa dependencia, donde el primero y un sumariante quedaron detenidos.
Este lunes, los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y Aquiles Balbis los imputaron por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento. Además, al comisario le sumaron la tenencia de dos armas de fuego.
El juez les dictó la prisión preventiva; para el sumariante por el plazo de un mes y tres meses para el jefe policial. En los operativos del sábado, el personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) llevó adelante otros 12 allanamientos en Rosario, Villa Gobernador Gálvez, Coronda, Roldán y San Lorenzo, donde detuvieron a otras 9 personas, quienes serán imputadas este miércoles en aquella jurisdicción judicial.
Los procedimientos se realizaron en el marco de una investigación por asociación ilícita y por dos crímenes donde se investiga un trasfondo vinculado al narcotráfico.
De los 11 detenidos que hubo el sábado pasado, varios de los cuales quedaron a disposición de la Justicia Federal tras el hallazgo de estupefacientes en los distintos allanamientos, este lunes fueron imputados fueron el jefe de la comisaría 7ª de San Lorenzo, Marcelo Fleitas, y su suamariante, Marcelo Álvarez, ambos de 41 años. Mientras que el resto será sometido a imputativa este miércoles en los Tribunales de la ciudad de San Lorenzo, indicaron voceros judiciales.
En el despacho del comisario la pesquisa encontró un revolver calibre 22 con 7 cartuchos junto a un envoltorio con marihuana. El arma estaba apoyada en un cable canal detrás de una cortina. Mientras que en el procedimiento que se hizo en su casa en la localidad de Roldán, los investigadores secuestraron una pistola calibre 9 milímetros Hipower con numeración limada, una escopeta calibre 16 y una escopeta de fabricación casera (conocida como tumbera). Mientras que al sumariante le encontraron en el interior de su Chevrolet Corsa que estaba estacionado frente a la seccional una pistola 9 milímetros con la numeración limada.
Según un informe policial que se dio a conocer en la imputación, los fiscales Edery y Schiappa Pietra de la Unidad Fiscal de Criminalidad Organizada junto a su par Balbis con jurisdicción en San Lorenzo quedaron a cargo de la investigación de dos hechos de homicidio. Los indicios recolectados en la pesquisa dieron cuenta sobre el manejo territorial vinculado a la venta de drogas al menudeo y una disputa que se estaría dando vinculada al intento de desembarque en la zona de otra gavilla, oriundo de otra localidad.
Entre los crímenes investigados se encuentran el de Eduardo Luis Carlos «Chulo» Villegas. La víctima tenía 28 años, vivía con su pareja en San Lorenzo y la noche del 31 de julio pasado ambos se trasladaban en su auto Chevrolet Corsa gris por Nerbutti y Sargento Cabral de Puerto General San Martín cuando se les cruzó un automovilista que les cortó el paso, el acompañante bajó, caminó hasta coche y disparó. Villegas murió en el lugar de varios impactos y su pareja resultó herida en el rostro. En el auto de las víctimas, debajo de la rueda izquierda, los investigadores encontraron 5 bochitas con cocaína, contó la pesquisa.
Una semana después mataron a Rodrigo Gigena en Clemente Albelo al 3600, de San Lorenzo. Según el relato de Estela, madre de la víctima a Diario Síntesis, su hijo se cruzó desde su casa a la de ella para buscar una gaseosa y en esas circunstancias pasó un auto y disparó contra un búnker que hay en las cercanías e hirió gravemente a Rodrigo.
La víctima peleó por su vida pero murió tres días después. El lugar donde los vecinos aseguraron que funcionaba un punto de venta de drogas fue destruido. Su familia organizó varias marchas en reclamo de Justicia.
Reclamos similares se produjeron en estas últimas semanas, cuando los vecinos sanlorencinos volvieron a manifestarse y mostrar su hartazgo por dos homicidios: uno ocurrió el 25 de mayo cuando Gerardo Marcelo “Pecho” Pérez, de 55 años, murió en la guardia del hospital Granaderos a Caballo. Lo hirieron en su casa de Díaz Vélez al 4100 en un aparente conflicto intrafamiliar derivado de la comercialización de drogas al menudeo. Por este caso buscan a un sospechoso.
A los tres días, los ocupantes de una moto mataron a tiros al adolescente Brian Ezequiel Sánchez e hirieron a un joven de 24 años en una de sus piernas cuando se encontraban en Mitre y Montevideo, de dicha localidad.
Antes los atacantes, habían baleado a unos 200 metros del lugar una casa con custodia policial que los vecinos señalaron como un punto de venta de drogas. El crimen del chico de 16 años generó la reacción de los habitantes, quienes se manifestaron y prendieron fuego la casa sindicada como un búnker. Luego, los manifestantes se dirigieron a la comisaría 7ª para mostrar su furia. Contaron que la comunidad vive una guerra por el narcomenudeo y no dejaron de deslizar que también existe connivencia policial.
En tanto, este miércoles serán imputados el segundo grupo de imputados en el marco de una investigación por asociación ilícita.