Los dos ciudadanos rumanos que cayeron in fraganti en Pellegrini y San Martín en la noche del pasado jueves fueron imputados ayer de dos estafas consumadas y una tentativa con la modalidad de pescadores y continuarán detenidos, dijeron voceros judiciales.
El sistema utilizado es clásico: un artefacto consistente en dos planchas de metal que colocadas en cajeros automáticos impide que salgan los billetes que pretende obtener quien los opera y terminan en manos de los embaucadores –que los pescan con un gancho– una vez que el frustrado cliente se va. Ante reiteradas denuncias, personal de Seguridad Bancaria de la UR II y de la red Link monitoreaba cajeros automáticos en la noche del jueves cuando advirtió la presencia de dos hombres que hacían maniobras en el cajero que posee la sucursal del Nuevo Banco de Santa Fe en San Martín 1696, y que ya habían cometido estafas en otras dos entidades en la misma noche: en otra sucursal de la misma entidad crediticia, en Alberdi 1101, y en una del Nuevo Banco de Entre Ríos, en Santa Fe 1382. Alrededor de las 23 los sospechosos entraron al cajero de San Martín y Pellegrini y fueron detenidos in fraganti por la Policía de Investigaciones. Fueron identificados como Marius V., de 39 años, y Gabriel C., de 20, a quienes les incautaron unos 18 mil pesos, el dispositivo para retener los billetes y tres ganchos para pescar el efectivo.
Los detenidos son investigados en la capital provincial y también en Buenos Aires, Mendoza y Córdoba. En esta última provincia fueron detenidos en marzo pasado y están a la espera del juicio.
En Rosario, ayer fueron acusados por la fiscal Valeria Haurigot por los tres casos mencionados más arriba, en una audiencia que contó con un traductor aportado por el consulado de Rumania en Rosario. Recibieron prisión preventiva sin plazo a la espera de que puedan aparecer víctimas de más hechos similares, mientras que el juez Juan Carlos Curto aceptó la imputación de estafa, aunque no se descarta que pueda variar a robo, dijeron fuentes judiciales.