“Manos Libres”, una experiencia asociativa de un grupo de mujeres que atravesaron el encarcelamiento en la cárcel de Santa Fe, inaugurará su espacio de trabajo este martes 4 de octubre a las 11 horas en su local ubicado en barrio Candioti (Alberdi 2860). Se trata de una cooperativa a la que UNL se vincula a través de un proyecto de Extensión universitaria, en el marco de las actividades en cárceles del programa Delito y Sociedad.
La cooperativa Manos Libres LTDA. es una experiencia asociativa surgida en contexto de encierro durante 2021, de servicios de lavandería y producción textil a partir de la iniciativa del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), del Servicio Penitenciario Provincial y del Ministerio de Producción de la Provincia. Cabe señalar que el grupo actualmente se encuentra constituido por cinco mujeres y la mayoría de ellas han atravesado el encarcelamiento en la cárcel de Santa Fe.
Extensión universitaria
La Universidad Nacional del Litoral se vincula con esta cooperativa desde el PEIS “Fortalecimiento de emprendimientos colaborativos con mujeres y personas trans que sobreviven al encierro carcelario”, por estudiantes y docentes de Abogacía, Trabajo Social y Ciencias Económicas.
Este proyecto, que forma parte de las diversas inserciones que la universidad sostiene en las cárceles santafesinas tiene como finalidad fortalecer las oportunidades de acceso laboral para las mujeres y personas trans encarceladas, tanto durante el encierro como una vez en libertad, como mecanismo central para fortalecer su autonomía económica.
Articulación cooperativa – Universidad
La articulación cooperativa-universidad estuvo definida a través de una agenda pautada inicialmente y por medio de la cual se llevaron adelante jornadas de socialización de experiencias asociativas atravesadas por contexto de encierro, instancias para la construcción de la identidad de la cooperativa, talleres de herramientas y estrategias económicas para el ejercicio en el análisis de costos y establecimiento de precios, vinculación con programas y políticas públicas así como actividades de consolidación y fortalecimiento de la cooperativa en general.
Este conjunto de iniciativas apuntaban a consolidar el grupo cooperativo mientras se avanzaba en la construcción de condiciones para abrir el local e iniciar las actividades laborales en sí mismas, lo que se concreta en esta instancia tan esperada. Este momento marca una nueva fase para la cooperativa y plantea un nuevo piso en las respuestas pospenitenciarias, ya que permite avanzar en la posibilidad de seguir construyendo la integración de mujeres con salidas transitorias y condicionales a espacios laborales.
Además de ello, este tipo de experiencias genera un impacto simbólico e identitario significativo para aquellas personas que han atravesado experiencias tan duras como el encarcelamiento y que hoy pueden pensar la vida en libertad de otra manera, con mejores condiciones para afrontar su situación económica en el afuera, pero también como un espacio de integración distinto.
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