Lionel Messi quedó desde hoy retratado en un mural frente a la escuela que lo tuvo como alumno en el barrio rosarino de La Bajada, en aquellos años en que el pequeño «Leo» jugaba en los potreros del barrio, se ponía la camiseta rojinegra del fútbol infantil de Newell’s y soñaba… con jugar en Primera.
Y el mural desata los recuerdos: «Cuando ‘Leo’ tenía diez años, un día nos metimos por un hueco del alambrado del Batallón para cruzar el campo y no dar toda la vuelta hasta la escuela, pero cuando llegamos al otro lado nos esperaba un militar, que nos hizo volver a salir por donde nos habíamos metido y tuvimos que dar toda la vuelta», dijo a Télam Cintia Arrellano, amiga y vecina de la infancia en el barrio La Bajada.
Ese campo del Batallón encierra al barrio hacia el oeste y por eso ‘Leo’ y su amiga Cintia, como otros chicos de La Bajada, lo cruzaban para evitar caminar unas cuatro cuadras más hasta llegar a la escuela.
La Bajada, el barrio natal de Messi, es un rectángulo mágico que se extiende entre las calles Buenos Aires al oeste, bulevar Seguí al norte, avenida Grandoli al este y Estado de Israel al sur.
Este rectángulo irregular tiene callecitas sin tiempo que serpentean -como las gambetas de su vecino más ilustre- por el perímetro norte y este del campo del exBatallón 11 de Infantería, que fue copado por la Resistencia Peronista el 30 de noviembre de 1960 y que, en castigo a los soldados y suboficiales peronistas que participaron del copamiento, fue enviado a Mendoza y en su lugar instalaron el Batallón de Comunicaciones de Comando 121.
La Escuela Número 66 General Las Heras, en la cual estudió Messi, está situada en Buenos Aires al 4.800, del lindero barrio Presidente Perón, de casitas y monoblocks de tres pisos, hecho por el primer peronismo a fines de la década del ’40 para oficiales y suboficiales del Ejército.
Frente a la escuela, en Buenos Aires y el pasaje Azara, el grupo de muralistas rosarinos Imagina y el marplatense Sismo pintaron un mural de «Leo» en la pared lateral del primer monoblock.
«Para nosotros hacer un mural sobre Messi era un sueño que pudimos lograr con Maxi Ledesma, del grupo Sismo, y con Lisandro Urqueaga y Marlén Zuriaga, del grupo Imagina», señaló Fernando Lerena, un marplatense de la generación de Messi, con 33 años recién cumplidos.
Consultado sobre su idea de recuperar la historia del crack del Barcelona y del seleccionado argentino en La Bajada, Lerena cuenta que «hace tres meses vinimos a hacer un recorrido por el barrio para conocer qué calles pisaba, en qué campito jugaba al fútbol y quiénes eran sus vecinos y sus amigos. Algo ya conocíamos del encuentro de muralistas que hicimos en 2018 en La Bajada».
El oro y el barro
«El mural es un Leo descamisado, que no tiene ninguna casaca de ningún color porque Messi es de todos, es de la gente, con dos botines colgados al cuello: uno clásico, roto y embarrado, como el que usa cualquier jugador, y el de oro (que el Diez ganó en seis oportunidades)», explica Lerena la obra.
Ese loco berretín con Messi los llevó a plasmar este proyecto autogestivo, «en el que algunos creían que ganábamos plata, pero es al revés y tenemos que agradecer el apoyo de la Municipalidad de Rosario, de la Red de Pinturerías Universal y de IMG Rental».
Messi tiene una gran cantidad de murales pintados en las calles internas del barrio, como los pasajes La Bajada, Lavalleja y Australia, uno en una pared interna de la Escuela Las Heras y ahora este, en la ochava noroeste de Buenos Aires y el pasaje Azara.
Y Lerena pone en palabras el sueño del mural: «Lionel siempre mantuvo el amor por sus orígenes: no jugó para España sino para Argentina y se vino a casar a Rosario. Compartimos la idea de lo que significa Messi, no sólo como jugador sino como persona: alguien que salió del barrio La Bajada y llegó a ser el mejor del mundo».