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Inauguró en Jujuy el primer laboratorio público de cannabis medicinal del país

El Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación de la empresa Cannava SE funciona en la finca El Pongo, a 27 kilómetros de San Salvador de Jujuy

Jujuy se convirtió en la primera provincia en producir aceite de cannabis para uso medicinal como resultado de su plan piloto, según afirmaron las autoridades, y proyecta en el 2021 producir sobre 35 hectáreas en terrenos de la finca El Pongo, en el sur del distrito.

El gobernador jujeño Gerardo Morales, acompañado de su par de Corrientes, Gustavo Valdés; de San Juan, Sergio Uñac; la directora nacional de Articulación de Asuntos Productivos con las provincias, Natalia Del Cogliano, y autoridades de la empresa Cannava S.E., inauguraron el laboratorio de producción de aceite de cannabis y presentó el primer derivado de grado médico de industria nacional, “los ingredientes farmacéuticos activos”.

“Vamos a ser grandes productores de cannabis los argentinos, vamos hacia un cambio en la matriz productiva como aquí también lo estamos haciendo con el litio”, dijo Morales luego del acto realizado en la finca El Pongo, de administración estatal, a 27 kilómetros de San Salvador de Jujuy.

El Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación de la empresa Cannava cuenta con una superficie de 218 metros cuadrados y fue construido sobre una estructura existente. Sus instalaciones cuentan con dos cámaras de secado, una de germinación, una sala de análisis y otra de extracción.

A través de un proceso que se inicia con la selección de las semillas, y continúa con el cultivo en invernaderos y en campo, donde crecen bajos diversos controles de bioseguridad, la planta de cannabis produce una flor de la cual se extraen sus componentes (cannabinoides).

Los primeros lotes de aceite en producción serán sometidos a los controles de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), lo que durará entre tres y seis meses, y luego se podrá comenzar el proceso de envío a hospitales públicos y farmacias de la provincia y del país.

“El cannabis es una planta virtuosa”, sostuvo Morales mientras se exhibían a través de imágenes los frascos de aceite de 30 mililitros, producto que llegará también a los laboratorios.

Para la extracción de los componentes se utiliza etanol, que luego es retirado completamente y queda como resultado “un aceite refinado, seguro y eficaz”.

Morales, junto con Valdés y Uñac firmaron un convenio de cooperación científica y tecnológica con la Universidad Hebrea de Jerusalén, de Israel, a través de su Embajada para capacitar al personal de Salud de sus provincias en el tratamiento médico con cannabis medicinal.

Valdés recordó cuando en la Cámara de Diputados «se debatía si era posible hacer aceite de cannabis y hoy venimos a aprender de la experiencia jujeña”.

“El camino emprendido por ustedes es un ejemplo para muchas provincias argentinas”, sostuvo el mandatario correntino.

Por su parte Uñac dijo que “no le tenemos miedo a los nuevos emprendimientos”, y resaltó que la finalidad es “llevar bienestar en mucha gente que necesita» de los medicamentos.

Durante el encuentro se mantuvo una comunicación virtual con el embajador en Israel, Sergio Urribarri, quien felicitó a Jujuy porque “está marcando un hito” en la producción de cannabis medicinal.

“Lograr esta cooperación con Israel también es parte de la premisa que me indicó el presidente (Alberto Fernández) y arribamos a este momento en articulación con varias provincias”, dijo el funcionario.

Por su parte, el presidente de Cannava, Gastón Morales, afirmó que la inauguración del laboratorio de cannabis es un «gran avance», y aseguró que “nunca antes un medicamento tuvo tanta fuerza» como el cannabis, y esto «nos acera a experimentar el alivio para muchas familias”.

Durante la visita a la finca jujeña, los funcionarios e invitados realizaron un recorrido por los invernaderos donde se cultivan más de tres mil plantas de cannabis, trasplantadas luego de quince días de germinación.


El lugar cuenta con ocho naves de 10×42 metros donde las plantas se cultivan con ventilación para mantener la temperatura, tienen luz artificial para realizar la fotosíntesis y hay una sistema con biocontroladores para el control de plagas.

Las plantas cumplen un ciclo reproductivo de cinco meses aproximadamente desde germinación hasta cosecha, y son “híbridas entre sativas e índigas», porque se busca combinar la estructura de la primera con la floración de la segunda.

En La finca El Pongo se realizan dos métodos distintos de cultivo, bajo cubierta y en campo, debido a que “se está experimentando, hay varios ensayos donde estamos viendo las densidades, cómo se comportan porque no hay muchos datos de estos cultivos en la zona”, dijo a Télam Ignacio Bonutto, del área de Producción de Cannava S.E.

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