El camión había partido desde Yacuiba, en el sur de Bolivia, y se dirigía hacia la provincia de Santa Fe. Los gendarmes estaban apostados sobre la ruta 34, en Salta, cuando dieron la voz de alto al conductor. Cumpliendo las directivas impartidas desde el Ministerio de Seguridad de la Nación que conduce Patricia Bullrich, analizaron los distintos componentes del vehículo, desde distintos ángulos. Así, percibieron la anomalía en la parte inferior del acoplado y dieron cuenta de que estaban frente al tráfico de estupefacientes.
“Nuestro trabajo consiste en invertir recursos en inteligencia criminal y despliegue territorial. Junto a las fuerzas federales, hemos diseñado un plan integral para fortalecer la presencia del Estado en zonas estratégicas que nos permiten combatir la ruta de la droga entre Tartagal, Santa Fe y Rosario”, aseguró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien instruyó políticas expresas a la Secretaría de Seguridad que dirige Eugenio Burzaco.
Para que la “Operación Cilindro” fuera exitosa resultó clave la requisa exhaustiva que desarrolló el personal del Escuadrón Aguaray de la Gendarmería Nacional, institución que comanda Gerardo Otero. Siguiendo el protocolo dispuesto en el marco del programa “Argentina sin Narcotráfico”, los uniformados identificaron al conductor del camión y su acompañante, ambos de nacionalidad boliviana. Luego revisaron las distintas partes y observaron que, debajo del acoplado, había dos tubos que habían sido colocados recientemente.
Frente al hallazgo, los uniformados que efectuaban el control sobre la Ruta Nacional 34 profundizaron la pesquisa y, ya en la parte superior, divisaron una apertura de madera atornillada. Debajo de ésta había un cilindro de metal color bordó, en cuya parte superior habían puesto una tapa sujetada con tornillos. La apertura confirmó todas las sospechas: allí había 25 paquetes rectangulares tipo “ladrillo”.
Al lado había otro tubo, pero de color negro, que presentaba un peso excesivo. Otro de las mismas características había sido escondido debajo de la cabina del tractor. Con la utilización de distintas herramientas y las precauciones del caso, los gendarmes abrieron ambos tubos. El resultado fue el descubrimiento de una sustancia blancuzca a granel.
El narcotest arrojó positivo para cocaína por un peso total de 90 kilos 899 gramos. A instancias del Juzgado Federal de Tartagal, que tramita la causa, se arrestó a los dos responsables del traslado de la droga y se secuestró también el rodado, de patente boliviana, y documentación que permitirá estudiar las distintas conexiones de la organización criminal.