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Incautan otra ametralladora

Es la tercera hallada en poder de civiles en las últimas dos semanas.

Ayer por la mañana, casi por azar, uniformados de Gendarmería secuestraron una pistola ametralladora. Fue en una casa de Nuevo Alberdi, mientras buscaban a un muchacho denunciado por su mamá por violencia doméstica. Si bien el joven buscado no tiene en principio nada que ver con el hallazgo, el caso puso al descubierto una situación que se repite: en las últimas dos semana, es la tercera arma de este tipo que se incauta en un operativo. Se trata de subfusiles de asalto que se fabricaron en el país hasta hace casi 25 años.

Todo arrancó por otro tema. Una madre de Nuevo Alberdi denunció a su hijo de 26 años, porque el muchacho le había roto la puerta de su casa y la había amenazado. Lo hizo ante efectivos de Gendarmería que patrullaban por Pedro Servellera al 2800. La mujer les dijo que el joven estaba en la casa del cuñado, a pocas cuadras del lugar, por lo que los hombres de verde lo fueron a buscar.

De acuerdo con voceros oficiales, los uniformados fueron atendidos en el lugar señalado por una chica, que los dejó pasar. Allí encontraron a Luis Alejandro N., de 26 años, el hijo de la denunciante; pero mientras entrevistaban a Ángel Fabián A., de 27, el dueño de casa, uno de los gendarmes vio que encima de un ropero el muchacho tenía escondida un arma de fuego: era una pistola ametralladora FMK3, un subfusil de asalto, cargada con dos balas calibre 9 milímetros. Por ello Ángel A. fue arrestado y quedó a disposición de la Fiscalía de Flagrancia. Hoy el investigador Lucas Altare lo va a imputar de tenencia de arma de guerra. El fiscal mandó a peritar el arma, para saber si es apta para disparo y si pudo haber sido usada en algún hecho delictivo.

Luis N. también fue detenido, en principio, por las denuncias de su madre; de todas maneras, desde el Ministerio Público de la Acusación buscaban determinar si el muchacho tenía alguna relación con la tenencia del arma.

Las metras

Las FMK3 se fabricaron en el país desde 1974, para el Ejército. Es un arma preparada para disparar 650 tiros por minuto y sus cargadores pueden almacenar, dependiendo del tamaño, 25, 32 o 40 proyectiles. En 1991, con el cierre de las fábricas militares, esta arma se dejó de producir y, las que quedan en funcionamiento, deberían estar en los polvorines del Ejército. Pero, en lo que va de agosto, ya fueron incautadas tres pistolas ametralladoras a civiles.

El lunes 3, policías de la Inspección 3ª Zona detuvieron a un adolescente de 15 años, en el marco de la investigación por el homicidio de Jonathan David Rodríguez, un joven de 20 años asesinado de un tiro en el tórax dos días antes en Grandoli y Sánchez de Thompson. En el operativo, que se realizó en un departamento de Olegario Víctor Andrade al 100 bis, los uniformados hallaron al menor y secuestraron una ametralladora FMK3 que se presume fue utilizada en el crimen.

El martes 11, personal de la comisaría 11ª de barrio Saladillo se incautó de otro rifle de asalto, en este caso un subfusil Halcón, también de fabricación nacional, que se produjo en el país en la década del 40. Mientras patrullaban la zona de Sánchez de Thompson y Alice, los policías vieron a un muchacho que cargaba un bolso; cuando le dieron la voz de alto, el joven tiró su mochila y salió corriendo. Adentro estaba el arma que, se presume, fue la usada para atacar a tiros a un grupo de muchachos que jugaba al fútbol 5 en Arijón 30 bis, que dejó un herido.

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