En este año electoral ya finaliza abril y hasta el momento la izquierda y el oficialismo organizaron sus respectivas “patas agrarias” en búsqueda del voto del campo.
El miércoles 20, el kirchnerismo lanzó la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo) en un acto en el porteño Luna Park que fue liderado por el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez y con la clausura a cargo de Cristina Kirchner.
En el caso de la izquierda se trata de “Chacareros en Proyecto Sur”, una pisada fuerte de Federación Agraria Argentina (FAA) ya que participan militantes de la entidad y dirige el grupo Pedro Peretti, uno de sus directores.
El lanzamiento de Canpo y Chacareros en Proyecto Sur, el partido encabezado por Fernando “Pino” Solanas, tuvieron una semana de diferencia y en los postulados más de una coincidencia.
Sin embargo el gran interrogante por estos días es saber cuál es el voto del campo que los políticos deben capturar.
Algunos dirigentes aseguran que se trata del 15 por ciento del padrón electoral, otros más pragmáticos apuntan a la realidad: se trata del chacarero vinculado con su pueblo o la ciudad chica.
A esos enclaves fueron los llamados agro-diputados a hacer campaña en 2009 además de que en esa oportunidad se votaron a más de un centenar de concejales, consejeros, diputados provinciales, provenientes del campo.
Es decir que ahora la campaña está lista y espera en las calles del interior.
La falta de unidad de la mesa de enlace, con Eduardo Buzzi, titular de Federación Agraria, como el principal ausente de la comisión le quita sal y pimienta al voto del campo.
Al ser definida por Buzzi como una buena garantía en caso de agresión externa, le extrae el factor aglutinante que arrastra la poderosa fuerza del “agro para generar movimiento y empleo en los pueblos del interior”, según Hugo Luis Biolcati, presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Para Biolcati, el voto del campo será negativo para el kirchnerismo porque el productor ha sido lacerado, no en su bolsillo, sino en su dignidad.
Por eso Canpo y Chacareros en Proyecto Sur se transformaron rápidamente en las “patas agrarias” de las militancias oficialista y de izquierda para que en el cedazo queden productores recuperados del largo conflicto entre el agro y el gobierno, pero también técnicos, profesionales, afiliados a los gremios de organismos estatales como el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria).
El portal de internet Agrositio realizó un sondeo que no alcanza a ser una encuesta: simplemente puso los nombres de quiénes podrían ser presidenciables y surgieron, de gente de campo que votó (no se puede sufragar dos veces desde la misma computadora), Mauricio Macri, Eduardo Duhalde, Elisa Carrió y Ricardo Alfonsín.
Mientras tanto, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien se prepara para las lides electorales como ratifican los afiches y la gigantografía que lo muestran junto con la presidenta se anotó un punto en el Luna Park y además recibirá a Buzzi a fin de mes.
Todo este río revuelto se produce en un contexto donde priman los agro-negocios y también poner en crisis a simples agricultores y ganaderos con su propio medio local.
El voto del campo, por lo tanto, será una sorpresa, de esto hay más certezas que dudas.