Las autoridades chaqueñas, la Administración de Parques Nacionales y la Fundación Rewilding Argentina confirmaron el nacimiento de dos yaguaretés en el Parque Nacional El Impenetrable de Chaco, hijos de Qaramta, un macho silvestre que habita en la zona, y Tania, una hembra rescatada del zoológico de Batán, en Mar del Plata, que dio a luz el 30 de enero en un corral construido en el área protegida más extensa del Norte argentino.
El yaguareté es el mayor felino de América y atraviesa una situación crítica en la región chaqueña: hay apenas 20 en las 4.000.000 de hectáreas de ese territorio, acechados por la caza furtiva y corridos por los desmontes.
“Su nacimiento es un paso importantísimo para la conservación del yaguareté en la región chaqueña argentina, donde se estima que sobreviven menos de 20 ejemplares”, ratificó en un comunicado la Fundación Rewilding, que se dedica a la reintroducción de especies para el restablecimiento de ecosistemas.
El proyecto comenzó hace un año y medio, cuando a través de cámaras trampa se detectaron las huellas de Qaramtá, un macho silvestre de 5 años que pesa 110 kilos.
En junio de 2020, comenzó la construcción de tres corrales de 1,5 hectárea, donde los dos ejemplares de yaguareté empezaron a convivir desde mediados de octubre.
Tras el período de apareamiento, Tania se adentró en el monte nativo el 29 de enero de 2021 y no volvió a salir para buscar su ración diaria de comida. Fueron las cámaras trampa –fotográficas– las que permitieron comprobar que los nacimientos se produjeron en la madrugada del 30 de enero.
«Estamos a 6 kilómetros de los jaulones donde están ellos, y observamos todo por las cámaras, pero nos llamó la atención que Tania no reclamara comida así que decidimos ir a verla. Llegamos al lugar, le dejamos comida y nos acercamos a la paridera, y ahí estaban los dos cachorros”, contó Sebastián Di Martino, director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina.
Los dos cachorros se encuentran en perfectas condiciones y serán criados por su madre en los corrales del monte chaqueño, sin contacto con humanos. Recién podrán ser liberados al hábitat, donde ya se los daba por extintos, en dos o tres años.
“Esta extraordinaria idea de crear el Parque Nacional El impenetrable que venimos sosteniendo desde 2011 fue un sueño hecho realidad en 2014, y empieza a mostrar sus resultados con este aporte extraordinario a la restauración ambiental como es la reintroducción del yaguareté, como símbolo del trabajo integrado entre el sector público y el privado”, se ufanó el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich.
La caza ilegal y el desmonte para agricultura o tala, causas del peligro de extinción de los yaguaretés, persisten y hasta se incrementan. La Administración de Parques Nacionales intenta articular mecanismos de participación local con la provincia del Chaco con el objetivo de sensibilizar a los pobladores rurales y otros actores locales frente a las nuevas etapas del proyecto de conservación.
La historia de Qaramta, Tobuna y Tania
Di Martino relató que tras el descubrimiento del macho, al que niños del Impenetrable bautizaron Qaramta, expresión qom que significa “el que no puede ser destruido”, se construyó un jaulón en el que ingresaron a Tobuna, una hembra de cautiverio proveniente de Iberá que utilizaron para «atraer a ese macho, capturarlo momentáneamente y colocarle un collar que porta un emisor satelital para rastrearlo”.
Lo capturaron finalmente. Y los pobladores vecinos al Parque colaboraron para construir un entramado de grandes corrales, incorporándose al proyecto. La hembra elegida para el apareamiento fue Tania, hija del «anzuelo» Tobuna.
Las dos permanecen en cautiverio como parte del proyecto de conservación del yaguareté. “Tania ya había dado a luz a dos cachorros en el proyecto de reintroducción de la especie en el Parque Nacional Iberá (Corrientes). Sus bisabuelos fueron silvestres y capturados de cachorros luego de que hubieran matado a sus respectivas madres, en 1989”, repasó la historia Di Martino. La flamante mamá, además, perdió una pata cuando era cachorra por el ataque de un tigre desde una jaula contigua en el zoológico de Batán.
Experiencia de apareamiento única en el mundo
“Nunca antes en el mundo se había intentado cruzar a un gran carnívoro silvestre con una hembra en cautiverio, los riesgos eran muchos, pero el comportamiento de Qaramta y Tania, que ya llevaban meses interactuando a través de una reja, nos dio tranquilidad. Sus encuentros fueron muy tranquilos y relajados”, contó el logro el referente de la Fundación Rewilding.
El 17 de octubre pasado se activaron las trampas de entrada a los corrales, y Qaramta ingresó. Poco después se liberó a Tania. “El macho estaba encerrado por primera vez en su vida, pero sin sentir el encierro porque los enormes corrales cumplieron su misión y los dos felinos pasaron cuatro días juntos, lo que duró el celo de Tania. Qaramta pudo recuperar su libertad y Tania continuó en los corrales”. Tania dejó de entrar en celo y el abultamiento de su panza, más el tamaño de los pezones, alimentaron la sospecha del embarazo.
Tompkins, el terrateniente y los animales
Si en la parte argentina del Gran Chaco, que incluye a parte de Formosa, sólo se tienen calculados unos 20 yaguaretés en libertad, con pocas hembras y escasas chances de procreación, en los esteros del Iberá, al sur de Misiones, el yaguareté se extinguió en la década de 1950, víctima de los ganaderos que temían por sus vacas y de los cazadores que los mataban por sus pieles. Había hasta entonces unos 1.000 ejemplares. “En el pico de la demanda de pieles, Europa llegó a pagar hasta 10.000 dólares por animal cazado en el Iberá”, contó la bióloga y directora ejecutiva de Rewilding Argentina, Sofía Heinonen. Allí hay otro proyecto de preservación del «gran felino».
Rewilding es heredera de CLT Argentina, una organización ecologista creada por el estadounidense Douglas Tompkins, que amasó una gran fortuna gracias a marcas como North Face y Esprit. En diciembre de 2015, murió en un accidente de canotaje en Chile y la fundación quedó en manos de su esposa, Kristine McDivitt Tompkins.
Fue ella quien completó el sueño de Douglas: restaurar y donar más de un millón de hectáreas de tesoros naturales a los Estados de Argentina y Chile, que, a cambio, debían convertirlos en zonas protegidas.
En 2019, Iberá sumó 150.000 hectáreas compradas por Tompkins. En esos terrenos, que incluyen lagunas, embalses, palmerales, bosques y pastizales, los yaguaretés esperan también su regreso a la vida natural. Allí Tania, la flamante madre, parió antes otros dos cachorros.