Search

Inédito estudio de los glaciares de los Andes refuerza alarma por su destrucción

Participaron investigadores del Conicet junto a colegas de Francia. Es en base a imágenes satelitales tomadas entre 2000 y 2018. Su nivel de detalle lo hace referencia para el mundo científico. Las masas de agua dulce que contienen mitigan las grandes sequías en Cuyo

Científicos argentinos del Conicet publicaron, junto a colegas de un equipo internacional, un estudio de la evolución de los glaciares en la Cordillera de los Andes inédito por su precisión y basado en imágenes satelitales tomadas entre 2000 y 2018. El relevamiento, de un detalle no conseguido hasta el momento, refuerzan la preocupación sobre el futuro de esas masas de agua dulce congeladas: uno de los investigadores alertó que se está vaciando esa «caja de ahorro» que permite, con recientemente ocurrió en la Argentina, mitigar las sequías, entre otros usos para el ambiente y las poblaciones.

Una de las experiencias más singulares del turismo en Argentina es observar de cerca la belleza gélida de un glaciar como el Perito Moreno, a orillas del Lago Argentino de la provincia de Santa Cruz. Los glaciares son mucho más que esos espectáculos naturales: ocupan más de 31 mil kilómetros cuadrados de hielo a lo largo de toda la Cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego. Son a veces la única fuente de agua para ciudades asentadas en regiones áridas, como en La Paz, en Bolivia. En el sur del continente, repercuten en el aumento del nivel del mar. Son, además, uno de los mejores indicadores del cambio climático.

Los glaciares son muy sensibles a los cambios del clima. Si la temperatura general aumenta, se derriten más, pero si crecen las precipitaciones, aumentan su volumen. Esos cambios son los que estudió un grupo internacional de científicos, entre los que participaron tres investigadores del Conicet. Pudieron acceder y comparar por primera vez imágenes satelitales de toda la Cordillera de los Andes tomadas entre 2000 y 2018. El trabajo acaba de publicarse en la revista Nature Geoscience.

“Pudimos analizar por primera vez la evolución de todos los glaciares de las diferentes zonas climáticas de los Andes durante los últimos veinte años. Comparamos más de treinta mil modelos digitales de terreno, realizados a partir de pares de imágenes estereoscópicas del satélite Aster, que nos permitieron alcanzar un nivel de precisión inédito”, explicó el investigador del Conicet Lucas Ruiz. Junto a Pierre Pitte y Mariano Masiokas –los tres investigadores del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianiglia)– participaron del paper desde Argentina.

El equipo de científicos, liderado por Inés Dussaillant, de la Universidad de Toulouse, se completa con colegas de otras varias instituciones de Francia.

Al superponer los distintos modelos digitales de terreno en el tiempo, los científicos pudieron observar las diferencias de elevación de los glaciares y medir los cambios en el volumen de los mismos.

Monitor del cambio en el clima

“Registramos si un glaciar se adelgazó o se engrosó”, explicó Ruiz. “Además, pudimos verificar que el cambio de volumen de los glaciares varía espacial y temporalmente. Vimos, por ejemplo, que la pérdida de masa en los glaciares ubicados en los trópicos y en el sur de la Patagonia se mantuvo a una tasa elevada y constante en los últimos veinte años. Los de los Andes Áridos y los del Norte de la Patagonia, desde Salta hasta el sur de Chubut, entre perdieron entre 2009 y 2018 masa a una tasa más elevada que entre 2000 y 2009, lo que marca que hubo un cambio de régimen climático”.

Megasequía en Cuyo

Los científicos asociaron este aumento en la pérdida de masa glaciar en la región central de los Andes con la megasequía que está sufriendo la región en el último tiempo.

En los Andes de Mendoza y San Juan, puntualmente, entre el 2010 y el 2018, se registró uno de los períodos más secos de la historia.

“Este aumento en la pérdida de masa de los glaciares en esta región coincide temporalmente con la sequía y parcialmente el aumento del derretimiento de los glaciares logró mitigar su efecto: como nevaba menos en la cordillera, el caudal del río debía ser menor, pero al tener un aumento en el derretimiento de los glaciares, estos entregaron más agua en el río y mitigaron este efecto. Tener estos glaciares en la región hizo que la sequía no sea tan severa. El problema –advirtió Ruiz– es que si los glaciares se siguen achicando, en el futuro no vamos a tener esa «caja de ahorro» de la que sacar agua, que son los glaciares”.

Un estudio de referencia

Este paper marca una referencia para otros colegas, por el nivel de detalle que tiene el estudio que realizaron los científicos y la posibilidad que brinda de ver cómo está cambiando el derretimiento o el cambio de volumen de los glaciares. “Tener esta información a lo largo de la Cordillera nos va a permitir calibrar mejor los modelos que usamos nosotros para ver cómo van a ser los glaciares en el futuro y así hacer mejores pronósticos a largo plazo. Nuestra incertidumbre sobre qué va a pasar con los glaciares en el futuro va a disminuir, gracias a este trabajo”, aseguró Ruiz.

Un 30 por ciento menos a fin de siglo

Los estudios sobre las proyecciones de cambio de los glaciares en el futuro hasta ahora vaticinaban que hacia finales de este siglo, en los escenarios más optimistas, el volumen perdido de los glaciares sería de un treinta por ciento del volumen actual.

Los escenarios más pesimistas apuntan a que, si las emisiones de dióxido de carbono al medio ambiente se mantienen como hasta ahora, la pérdida de volumen de los glaciares sería el doble: desaparecería un sesenta por ciento del volumen actual.

“Estos estudios, hasta ahora, estaban hechos en base a modelos calibrados con datos puntuales de algunos glaciares. Con este nuevo estudio, tenemos información de referencia mucho más fidedigna sobre cómo cambiaron todos los glaciares a lo largo de los Andes y cómo influirá eso en el medioambiente», concluyó Ruiz. «Así podremos tener más certezas de los escenarios futuros”.

10