La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, reconoció este domingo que «la inflación más alta de lo esperado es el peor impuesto para las familias vulnerables», pero aseguró que el gobierno tomó «medidas para solucionarlo».
La funcionaria celebró la cantidad de partida presupuestaria que tiene el Ejecutivo para programas sociales y resaltó que el ingreso de las personas «no es lo único que tiene que ver con la pobreza estructural».
«Cambiamos realidades muy concretas. Hemos transformado muchos barrios populares que ahora tienen cloacas, que tienen asfalto y en los que ahora hay transporte público. Son familias que han mejorado su calidad de vida», destacó.
En diálogo con radio Mitre, Stanley precisó que «siete de cada diez pesos» del presupuesto nacional «son destinados a inversión social», pero aclaró que «no son sólo planes», sino que también «es trabajar en infraestructura, educación y salud».
En este sentido, remarcó que los tres grandes objetivos de su cartera son «cuidar los ingresos de las familias, cuidar los precios de la canasta básica y atender la emergencia alimentaria».
«Soy una persona que gestiona, soy parte de un equipo que cree en una Argentina que merece estar en otro lugar y que está atravesando una situación difícil. Hay que entender a los argentinos y frente a eso tomar las medidas necesarias», agregó.
Por otra parte, Stanley sostuvo que el gobierno ha «hablado mucho» con los movimientos de trabajadores informales sobre la posibilidad de que haya saqueos en diciembre y señaló que «a quienes más perjudica ese tipo de cosas es a las familias vulnerables».
Además, comentó que los episodios de este estilo ya registrados en algunas provincias «fueron situaciones muy puntuales que estuvieron orquestadas por las redes sociales y tenían que ver con cuestiones delictivas o con algo muy armado».