Una familia con ingresos mensuales de 10.000 pesos, ¿es clase media o está en la cima de la pirámide en la distribución del ingreso? Cualquiera tendería a pensar que se ubica en el medio-alto, pero no es así. Un trabajo de un grupo de economistas demuestra que la percepción sobre dónde se ubica uno con el nivel de ingresos que tiene es, en la mayoría de los casos, errónea.
Guillermo Cruces y Martín Tetaz, de la Universidad de La Plata (UNLP), y Ricardo Pérez Truglia, de Harvard, escribieron desde el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) sobre cómo la mayoría de las personas, influenciadas principalmente por el grupo social en el que se mueven, cree que pertenece a la clase media. De hecho, una nota publicada a fines de abril en el blog Economix, del The New York Times, se titula “Todo el mundo es clase media, ¿no?”.
De acuerdo con una encuesta del Cedlas, seis de cada diez personas en el Gran Buenos Aires tiene una diferencia significativa entre su posición real y su estimación. En ese sentido, los hogares en el 50 por ciento de mayores ingresos se creen relativamente más pobres y, en el otro extremo, los del 50 por ciento de menos recursos se sienten relativamente menos pobres de lo que son. En síntesis: todos tienden a “correrse” hacia el centro.
“La principal motivación del trabajo era demostrar a la gente que nos rodea, que se sentía muy de clase media y que no creía que se encontraba entre el 20 por ciento o el 10 por ciento más rico de la población, que estaba equivocada”, explicó Cruces.
En la página en internet del Cedlas se puede testear esta falsa percepción, con datos actualizados a fines de 2010, los últimos disponibles. “En la Argentina hay aproximadamente 10 millones de hogares. ¿Cuántos millones cree usted que tienen un ingreso total mensual inferior al del suyo?”, invitan a jugar los economistas. Luego de llenar los casilleros con cuál es el ingreso familiar y responder, se calcula la respuesta.
“Que uno tienda a pensar que es clase media se da por el efecto grupo de referencia”, señaló Tetaz. En ese sentido, ejemplificó que “el simple hecho de vivir en la ciudad de Buenos Aires hace pertenecer a muchas personas al 10 por ciento más rico de la población”.
Una de las conclusiones del trabajo “Percepciones sesgadas de la distribución del ingreso y preferencias por la redistribución” es que la incorrecta idea de dónde uno está parado tiene relación directa con las políticas públicas, en el sentido de la demanda de subsidios.
Otra explicación de por qué se produce la distorsión con la realidad es que existe una elevada concentración del ingreso en el 1 por ciento más rico. “Como uno está tan lejos en dinero del 1 por ciento más rico, piensa que también lo está en cantidad de gente, pero esto no es así”, resumió Tetaz.
