Los restos de Araceli Ramos, encontrada anteayer estrangulada y atada con alambres en un descampado de la localidad bonaerense de Villa Madero, fueron inhumados ayer, en tanto que se buscaba el cuerpo de la anciana Aída Amoroso, la dueña de la casa a la que la joven fue a una supuesta entrevista laboral antes de desaparecer.
En medio del profundo dolor de sus familiares, amigos y compañeros de la Escuela Media 10 de Loma Hermosa, la chica de 19 años fue enterrada a las 14 en el cementerio de Pablo Podestá, en una ceremonia íntima a la que se pidió que no accediera la prensa.
Media hora antes, en la puerta de la casa velatoria, Criselda, la mamá de Araceli, recibió abrazos y la contención de los presentes, mientras que lo único que se escuchaba por parte de la gente era el reclamo de “justicia” y “perpetua” para el asesino.
A las 13.30 partió una caravana desde la cochería Paraná, en la avenida Márquez y Las Malvinas, de Pablo Podestá, rumbo al cementerio, pero previamente un familiar pidió a la prensa que no se filmara ni concurrieran los periodistas porque querían “algo muy íntimo”.
El velatorio de la chica había comenzado anteanoche y asistió el jefe de la Policía bonaerense, comisario general Hugo Matzkin, quien se acercó a saludar a la familia.
Julieta, una compañera de la víctima, contó a Télam que “pasó mucha gente por la casa velatoria para despedir a un chica excelente y muy querida por todos”.
“No lo podemos creer, parece una pesadilla. Teníamos la esperanza de que apareciera con vida, pero pasó lo peor. El asesino no tiene que salir más de la cárcel, no tiene cura”, afirmó la joven entre lágrimas.
“La noticia dejó frío a todo el país y el crimen de Araceli tiene que servir para que no les pase a otras chicas”, agregó.
Por otra parte, en el marco de la búsqueda de Amoroso (81), ayer por la mañana se hallaron restos óseos en el cementerio Jardín de los Ceibos de González Catán, los cuales fueron remitidos a la morgue policial de La Matanza para ser analizados, aunque en principio se cree que no son humanos, dijeron fuentes policiales y judiciales.
Los huesos estaban en avanzado estado de descomposición dentro de una bolsa plástica y fueron encontrados enterrados debajo de una antena perteneciente a una empresa telefónica de esa zona del partido de La Matanza, en el kilómetro 32 de la ruta 3.
En el lugar trabajó un grupo interdisciplinario de la Policía bonaerense, integrado por expertos en Seguridad, en Investigaciones y en Científica bajo las órdenes de Matzkin y cerca de las 13 se sumó el fiscal Enrique Velazco Cerviño.
Según dijeron los voceros consultados, los investigadores contaban con diferentes pistas que indicaban que el único imputado y detenido por el caso de Araceli, el ex suboficial de Prefectura Naval Walter Vinader (38), pudo haber arrojado el cuerpo de Amoroso en ese lugar.
Al igual que había ocurrido anteayer con el hallazgo del cadáver de Araceli, los investigadores contaron en las últimas horas con el testimonio de un remisero que dijo que llevó hasta el lugar a un hombre al que reconoció como Vinader y que éste llevaba unos bultos importantes: supuestamente partes de antenas que, por su trabajo, tenía que instalar en ese lugar.
Por esta razón, el fiscal Velazco Cerviño envió ayer por la mañana al cementerio a personal de la Dirección de Infantería de la Policía Bonaerense, que ingresó al predio con una excavadora para facilitar las tareas de remoción de tierra.
Amoroso, desaparecida desde el 20 de agosto, es la dueña de la casa de Puán 3754, en Caseros, a la que Araceli fue a una supuesta entrevista laboral, según le había dejado anotado a su madre.
La principal sospecha de los investigadores es que Vinader pudo haber asesinado a Amoroso y haber hecho desaparecer el cuerpo para apropiarse de su vivienda.
Las fuentes destacaron que, tras detener a Vinader por la desaparición de Araceli, los pesquisas se dirigieron a su casa en la Capital Federal, y allí encontraron una escritura de la vivienda de Amoroso, como así también el certificado de defunción de su hijo, Emilio Razzónico.
Razzónico fue un ex compañero de celda de Vinader y falleció en circunstancias que ahora también investiga la Policía.
El cadáver de Araceli fue hallado en la madrugada de anteayer en un descampado de Crovara y General Paz, en la localidad de Villa Madero, con las manos y pies atados con alambre y se hallaba envuelto en cuatro bolsas de consorcio.
Para lograr encontrar el cuerpo, los investigadores contaron con la declaración de otro remisero, que fue quien explicó a la Policía que Vinader lo contrató para trasladarlo desde una casa en Mataderos hasta ese descampado y que llevaba un bolsón grande en el cual, le dijo, que llevaba antenas viejas.
La pista del video que lleva al ex comando por otro caso de homicidio
El ex prefecto Walter Aníbal Vinader también es investigado por el homicidio de una mujer que en noviembre del año pasado fue hallada asesinada en la costa de Vicente López a orillas del Río de La Plata, informaron fuentes policiales.
La clave para vincular a Vinader con ese crimen es el video que estaba entre sus pertenencias y fue aportado anteayer a la Justicia por un ex empleador, en el que la propia Araceli, aparentemente bajo presión y secuestrada, hace referencia a ese homicidio.
El video fue encontrado en una tarjeta de memoria que estaba en un bolso que Vinader tenía en su trabajo en una empresa de instalación de antenas, cuyo dueño ayer se presentó a la Justicia para entregarlo a los investigadores.
Fuentes de la investigación informaron a la agencia <Télam> que en la filmación Araceli habla a cámara sobre el homicidio de Verónica Celeste Fernández (32), una mujer que fue hallada asesinada el 24 de noviembre de 2012 en un arroyo afluente del Río de la Plata, a la altura del corredor vial de Vicente López, en la zona norte del conurbano.
“Con toda la apariencia de estar intimidada y repitiendo un libreto, la chica dice en el video que investiguen por ese crimen a una ex mujer de Vinader y a los tres policías bonaerenses que lo detuvieron por última vez”, dijo uno de los investigadores. Según la fuente, esa ex pareja de Vinader que lo denunció y los policías fueron los responsables de que fuera detenido en la localidad bonaerense de Suipacha en una causa por extorsión por la que fue condenado y estuvo preso hasta que obtuvo la libertad condicional en 2011.
Los pesquisas creen que Vinader pudo haber obligado a Araceli a decir datos falsos para desviar la pesquisa y vengarse de los responsables de su última estadía en prisión, por lo que ahora sospechan que en realidad pudo haber sido él mismo el autor del crimen descubierto en Vicente López.
Por eso, en el mismo sitio donde hace casi un año se encontró el cadáver de Fernández, anteayer por la mañana se montó un intenso rastrillaje ante la posibilidad de encontrar allí el cuerpo de Aída Amoroso, la anciana dueña de la casa de la calle Puán al 3700, de Caseros, que está desaparecida y donde Araceli desapareció cuando fue a una supuesta entrevista de trabajo. El rastrillaje en Vicente López dio resultado negativo, según confiaron fuentes policiales.
El cuerpo de Fernández apareció de una forma similar a la que ayer fue hallado el cadáver de Araceli. El cadáver fue encontrado de casualidad por pescadores envuelto en bolsas de basura, del tipo de las de consorcio. Fernández estaba completamente desnuda, atada con sogas y alambre y en posición fetal.
La autopsia determinó que la mujer de 32 años había sido violada vaginal y analmente y asesinada a golpes en el cráneo con un objeto contundente.
En la causa hubo una identificación errónea cuando los investigadores creyeron que se trataba de Leticia Elizabeth Patiño, una adolescente de 14 años y nacionalidad paraguaya desaparecida en La Plata, que finalmente apareció sana y salva. Fue gracias a la División Búsqueda de Personas de la Policía Federal que al fin identificaron a la víctima como Fernández, una mujer que, según informaron en su momento, solía ejercer la prostitución y estaba denunciada como desaparecida desde el 12 de diciembre en la comisaría 12ª de Caballito.
La causa por el homicidio de Fernández está a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Vicente López, hoy dirigida por la fiscal Laura Capra, pero en su origen la investigación estuvo en manos de Alejandro Guevara y Verónica Di Tomasso.