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«Inodoro Pereyra», el gran regreso de la “historieta en movimiento”

La actriz y directora María Caila, al frente de un gran equipo artístico, retoma el mítico personaje de Roberto Fontanarrosa en “Inodoro Pereyra, el Llanero Sanitario”, que este viernes por la noche desembarca en el Galpón Tablada, de 1° de Mayo al 3000

“El Galpón Tablada es choripanes, encuentros, abrazos y teatro para todos y todas, pero en particular para la gente del barrio”, dice María Caila acerca del espacio de 1° de Mayo al 3000, en la zona sur de la ciudad, que este viernes por la noche verá renacer a Inodoro Pereyra, el emblemático y bizarro gaucho creado en los años 70 por Roberto Fontanarrosa que vuelve como Inodoro Pereyra, el Llanero Sanitario, obra teatral a cargo del grupo Crespinteatre cuyo equipo integran, además de Caila, Cesar Artero, Andrea Boffo, Pablo Ruiz Díaz, Catalina Vittaz Caila, Atilio Basaldella y Lisandro Quinteros, con la colaboración de Lorena Fenoglio (vestuario) y Pablo Rodríguez (luces).

Caila es actriz, docente y directora de vasto recorrido en la ciudad, e histórica discípula de Norberto Campos, quien falleció en 2003, en particular como integrante del Grupo de la Acción con el que montaron una inolvidable versión de Inodoro Pereyra que fue mutando con el paso de los años y que se presentó por varias temporadas en los escenarios locales y nacionales.

Precisamente, aquella inolvidable puesta fue revisitada para abordar ahora una nueva versión de este clásico que a mediados de los 70 se instaló, junto a sus entrañables compañeros Eulogia Tapia y el Perro Mendieta como una de las historietas más leídas del país, por entonces, en el diario Clarín.

Dueño de un vendaval de palabras disparatadas pero no ajenas a la bajada de línea, el personaje, que el propio Norberto Campos supo cargarse en tiempos del Grupo Litoral, antecesor de La Acción, está de regreso dentro de una “historieta en movimiento”, con aires de radioteatro y folletín criollo. “Los personajes escapados del plumín de Fontanarrosa invaden la sala teatral; ellos son Inodoro, Mendieta, Eulogia, el Comisario, los indios, un mandinga y hasta la mismísima Telesita, acompañados por música en vivo, y canciones inspiradas en lo popular”, adelantan desde el equipo creativo de Crespinteatre.

Y completan: “Con relatos de «raíz mineral», propia de los festivales folclóricos, esta parodia popular y familiar que por momentos presenta reminiscencias de nuestra literatura gauchesca, da cuenta de las aventuras del mítico Inodoro Pereyra, que en su andar gana un interlocutor: el Mendieta, y se aquieta en su rancho junto a la Eulogia, que conquistara «carnavaliando»”. Y así reflexiona Inodoro: “¿Escucharon hablar sobre la división del trabajo?, bueno, a nosotros nos tocó hacer reír”.

Volver a un clásico

“Hace dos años, en el marco del décimo aniversario del fallecimiento de Fontanarrosa, nos convocaron de Colectividades; fue una convocatoria abierta a todos aquellos artistas locales que en algún momento habíamos hecho teatro a partir de los textos y los personajes del Negro”, adelantó María Caila quien además de actuar tiene a su cargo la coordinación general del montaje. Y detalló: “Fue así que parte de lo que fue en su momento el Grupo de la Acción, que creó y dirigió Norberto Campos (a partir de 1987), hicimos algunas escenas. Ahí surgió la idea de remontar la quinta y última versión del Inodoro, con la que viajamos mucho; estuvo en escena casi seis años”.

“La convocatoria se terminó transformando en una especie de empresa familiar, porque está mi hija, su compañero, que es Lisandro Quinteros, que también es actor, Andrea Boffo, que es una hermana de la tablas; Pablo Ruíz Días, amigo querido y también integrante del Grupo de la Acción; Chiquito César (Cesar Artero), un maestro del humor que es el Mendieta y en el camino se incorporó otro gran actor y músico como Atilio Basaldella que más allá de la música para la obra también se sumó como actor y generó un gran cambio en la puesta en escena; todos ellos fueron una gran inyección de energía y creatividad para volver con esta obra”, dijo a El Ciudadano la también directora de Prohibido concurrir con zapatos de baile.

Versión renovada

“Luego de dos años de ensayos y encuentros, donde en principio las charlas buscaron transmitir lo que fue aquella experiencia de La Acción, lo que hicimos fue virar el camino hacia algo diferente respetando mucho el aporte de la gente más joven que se sumó al equipo”, comentó Caila acerca de lo que definió como “un proceso muy divertido porque apareció una especie de comedia musical medio bizarra donde la música en vivo nos llevó a buscar material en nuevas historietas, a incorporar canciones; hay cuadros que remiten a la pantomima y tengo la sensación de que apareció otro mundo de Inodoro por supuesto en blanco y negro porque no se me ocurre pensarlo de otra manera”.

“Un día, en tiempos del Festival de Cosquín –continuó–, nos pusimos a escuchar a ese locutor tan singular que marca el pulso de ese encuentro, y eso terminó dejando una huella en lo que es hoy el personaje de Atilio: un relator de la historia con un tono muy gauchesco, en el que aparecen, incluso, fragmentos del Fausto Criollo de Estanislao del Campo, sobre todo en el tema del demonio y sus apariciones; tomamos algunos versos que abrieron otro clima dentro de la obra”.

Respecto del resultado final, la actriz y directora revelo que, gracias a esta serie de licencias estéticas y poéticas, el material “tomó un color gauchesco”.

“Después llegó Lorena Fenoglio –continuó–, que se incorporó como vestuarista, y también generó una renovación en relación con el vestuario, que si bien evoca algo del original, siempre en blanco y negro, a partir de las mismas historietas, propuso algo muy moderno”.

Finalmente, respecto de este nuevo “proyecto familiar”, donde la familia elegida del teatro se mezcla con la de sangre, Caila rememoró: “Me hace muy feliz, es un emprendimiento familiar, como lo era antes La Acción; ahora puedo darme el lujo de actuar junto a mí familia nuevamente, y volver a pensar en el maestro que fue Norberto Campos para todos nosotros. Él está en todas mis obras: como decíamos con (el actor y director) Omar Serra, Norbeto aparece en cada escena, en palabras que nunca pensé que podría llegar a decir. Me encuentro diciendo cosas que sé que salían de su boca. Es imposible pensar que tantos años de trabajo juntos no sigan estando en cada escena. Norberto fue maestro, no sólo mío, sino de tantos. Cada vez que veo mis manos en el aire de algún escenario me vuelve la imagen de las manos de Norberto”.

Para agendar 

El grupo Crespinteatre dará a conocer Inodoro Pereyra, el Llanero Sanitario, este viernes, a partir de las 21, en el Galpón Tablada, de 1° de Mayo 3024, con entradas populares y servicio de buffet

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