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Inspectores de tatoos

La Municipalidad capacitará en prácticas higiénicas a 120 empleados que, entre otras, controlan la actividad de tatuadores. Así, buscan reducir los riesgos de transmisión de enfermedades.

La Secretaría de Salud informó que esta tarde, a las 18, en el Auditorio del Cemar (San Luis 2020), se dará inicio a los cursos de capacitación higiénico sanitaria en prácticas de tatuaje, perforaciones y piercing destinados en esta oportunidad a 120 inspectores municipales con el objetivo de controlar la actividad. Los cursos se realizan en el marco de la ordenanza 8.028, aprobada en 2006 y modificada al año siguiente por la ordenzanza 8.157, que regula la actividad del “diseño artístico plasmado en la piel mediante la utilización de pigmentos de origen mineral o vegetal” y de la “decoración del cuerpo humano con joyas u ornamentos que consiste en la sujeción de estos al cuerpo atravesando la piel, mucosas y otros tejidos corporales”

Atendiendo a la normativa que regula al sector, el curso será coordinado por profesionales de la Dirección de Enfermería Municipal y se tratarán diversos temas. Elementos de trabajo: métodos de esterilización, materiales de reuso y descartables, equipos de esterilización, uso de materiales y herramientas. Disposición de residuos bio-contaminados.  Vacuna: carnés de vacunación, registros, consentimiento informado, cartelería. Higiene de manos: uso de alcohol en gel, piletas, dispenser de toallas, etcétera.

Según se explicó, la iniciativa tiene como objetivo fundamental capacitar en los aspectos higiénicos y sanitarios a los agentes municipales que realizan inspecciones de los locales dedicados a la realización de tatuajes y piercing. En una primera etapa –como lo establece la normativa– el municipio capacitó en cuestiones de higiene a 80 artistas que se dedican a dicha actividad. Ahora le toca a quienes harán los controles.

En ese marco, desde la Secretaría de Salud municipal se recordó que el tatuaje es un motivo decorativo corporal, de carácter permanente, cada vez más frecuente entre los jóvenes y adultos. Por utilizarse elementos quirúrgicos, dichas prácticas deben realizarse con precaución y tomando medidas preventivas y de seguridad higiénicas para evitar citaciones irreversibles. Ante malas prácticas pueden aparecer riesgos de infecciones, alergias e incluso la transmisión de enfermedades por vías hematógenas como HIV, hepatitis B y C, teniendo en cuenta que agujas y jeringas contaminadas son vehículos de dichas enfermedades.

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