Cualquiera que recorra la prensa internacional encontrará que, para bien o para mal, en tono de polémica, de asombro, de entusiasmo o de advertencia se habla aquí y allá a diario de la “revolución” del gas y el petróleo no convencional, de la que el yacimiento de Vaca Muerta en la Argentina es por el momento una muy pequeña porción.
De esta forma, los lectores del The New York Times pudieron ver días atrás cómo una crónica sobre los “riesgos” de este tipo de producción en China se convertía en la nota más destacada en el sitio web del diario norteamericano.
En el texto se describe la situación en Jiaoshizhen, la localidad donde la gigantesca compañía china Sinopec concentra sus esfuerzos en el marco de su primer descubrimiento de shale oil comercialmente viable.
“Amenazas a la seguridad laboral, la salud pública y el medio ambiente se agrandan en el debate sobre el shale gas y la cuestión es si esos riesgos de corto plazo amenazan o son un obstáculo para el objetivo de largo plazo de China” de independencia energética, señaló el diario.
En Estados Unidos, mientras tanto, la agencia internacional Bloomberg dedicó una larga nota a analizar cómo la escasez de mano de obra calificada puede ser un obstáculo en la “revolución” del petróleo no convencional que está teniendo lugar en ese país.
Así, en la nota, un ejecutivo vinculado con el negocio petrolero señaló que uno podría “tomar a cada persona entre la edad de 5 y 85 años” en la localidad de Lake Charles, en el Golfo de México, y “enseñarles a todos cómo soldar y aún así no tendría suficientes soldadores” requeridos para atender la demanda laboral para ese tipo de puestos en la zona.
La crónica da cuenta cómo una universidad en Pasadena, estado de Texas, ofrece clases de cuatro horas en el turno noche para capacitar a personas que quieran incorporarse a la industria petrolera.
Según los cálculos, las compañías dedicadas al petróleo, el gas y el sector químico ubicados en esa zona del sur de Estados Unidos deberán encontrar 36 mil obreros calificados para 2016, sólo en lo vinculado con la construcción de nuevas plantas y edificios.
“La falta de mano de obra, que causa retrasos en la construcción, amenaza con hacer más lento el boom (del petróleo no convencional) y retrasar así el momento en que el país pueda autoabastecerse de energía”, fecha calculada por el momento para 2035.
A su vez, el diario británico The Guardian informó en las últimas horas sobre los planes del grupo estatal PetroChina, que planea invertir este año unos 1.600 millones de dólares en la explotación de petróleo y gas no convencional, luego del anuncio del hallazgo de shale por parte de su rival Sinopec.
La inversión implica triplicar lo que PetroChina –el mayor productor petrolero de Asia– gastaba hasta el momento en ese tipo de actividad.
Según la nota, la compañía, responsable por alrededor del 70 por ciento de la producción gasífera del gigante asiático, aumentó su objetivo de producción de shale gas de 1,5 billones de metros cúbicos a 2,6.
No serán seguramente las últimas noticias sobre esta actividad, en la que la petrolera nacional YPF quiere también hacer su parte asociada con capitales extranjeros en los yacimientos neuquinos, de los que también se ha comenzado a hablar a nivel internacional.