El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cuestionó este martes con una expresión de doble sentido, que fue interpretada como un insulto sexista, a la periodista del mayor diario del país que había investigado la divulgación ilegal de noticias falsas por Whatsapp durante la campaña electoral de 2018.
«Ella quería dar un «furo» para perjudicarme», dijo Bolsonaro este martes a la mañana ante militantes y periodistas frente al Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial. En portugués, furo significa tanto primicia -en la jerga periodística- como agujero.
Se refirió así a la periodista Patricia Campos Melo, del diario Folha de Sao Paulo, acusada por el sector de Bolsonaro de haber mentido en sus investigaciones sobre «fake news» de la campaña del actual mandatario contra sus adversarios en el camino preelectoral en 2018.
La ambigua expresión, que Bolsonaro pronunció entre risas, fue aplaudida por sus simpatizantes y generó una ola de indignación en los ambientes político y periodístico.
El historial de ataques de Bolsonaro contra mujeres y homosexuales quedó disminuido ante el hecho de que el probable insulto de este martes lo emitió en ejercicio de la Presidencia, lo cual puede valerle la apertura de un juicio político por falta de decoro, según advirtió el abogado Miguel Reale Junior, autor del impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff en 2016.
Folha de Sao Paulo, que en sus editoriales defiende el programa económico del gobierno de Bolsonaro pero tiene una actitud crítica hacia el resto de la gestión, afirmó en un comunicado: «El presidente agrede a la reportera Patricia Campos Mello y a todo el periodismo profesional con su actitud. Vilipendia también la dignidad, la honra y el decoro que exige el ejercicio de la presidencia».
Las entidades patronales de prensa, como la Asociación Nacional de Periódicos (ANJ, por sus siglas en portugués), repudiaron la declaración y el titular de la Orden de Abogados de Brasil (OAB), Felipe Santa Cruz, pidió que el Congreso y el Poder Judicial «no se omitan frente al autoritarismo».
Las declaraciones de Bolsonaro fueron difundidas en una transmisión de 40 minutos a través de su cuenta en Facebook, y en ellas también hizo un sorprendente pedido para que haya una investigación independiente de la reciente muerte de Adriano da Nóbrega, jefe de una banda de sicarios parapoliciales de Río de Janeiro vinculado a su familia, porque dijo que desconfía de las policías de los estados.
«¿A quien le interesa que esté muerto? A mi no, por eso estoy pidiendo una pericia independiente», dijo Bolsonaro, quien admitió que puede «federalizar el caso» para que lo investigue la policía federal a cargo del ministro de Justicia, Sérgio Moro.
Nóbrega, ex policía, estaba prófugo por homicidios y comandaba la banda vinculada al asesinato de la concejal Marielle Franco, ocurrido en marzo de 2014, en un crimen del que aún se desconoce quién lo ordenó.
Nóbrega fue galardonado dos veces en la Asamblea de Río de Janeiro por el hoy senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente, quien hasta 2018 tuvo como empleadas a la madre y esposa del jefe de los sicarios parapoliciales de la Oficina del Crimen.
Bolsonaro negó vinculaciones con las mafias parapoliciales y dijo que conocía a Nóbrega apenas como «un héroe de la policía». de Río de Janeiro y por eso recomendó en 2005 condecorarlo en la Asamblea Legislativa.