Rubén Darío Reyna, tío de los líderes de la banda de Los Monos, acordó en la Justicia federal una condena a cinco años de reclusión por comandar una pequeña organización, sin estructura piramidal, dedicada a la venta de drogas. Esta causa fue un desprendimiento de otros dos grandes expedientes: uno fue el de Los Patrones, que empezó en 2015 y terminó este mes con condenas en el primer juicio por narcotráfico a los integrantes de la banda Los Monos. El segundo fue Corona Millonaria, cuyo liderazgo se atribuyó a Junior, acusado de suministrar, fraccionar, distribuir y vender estupefacientes en distintos barrios de Rosario.
Reyna, de 36 años, admitió el delito de comercio de estupefacientes por el que fue detenido en junio de 2017 y su abogado, Fausto Yrure, acordó con la Fiscalía federal una pena de cinco años de prisión mediante un juicio abreviado.
El juez del Tribunal Oral Federal 2 (TOF2) de Rosario, Otmar Paolucci, firmó ayer la resolución por la que llama “a autos para sentencia”, lo cual quiere decir que tiene un plazo de diez días para dictarla, informaron voceros del caso.
Los Reyna pertenecen a la histórica banda Los Monos, que tenían su base en Las Flores. Eran hijastros de Juan Carlos Fernández, alias Mono Grande, fallecido en confusas circunstancias en 2003. Por parentesco, el nombre se trasladó al clan que se hacía fuerte en La Granada, comandado por su concuñado Ariel Máximo Cantero –padre del asesinado Claudio, a quien llamaban Pájaro–; Ariel, conocido como Guille, y por Ramón “Monchi” Machuca, quien fue condenado por la Justicia provincial a 6 años en abril pasado en la llamada megacausa Monos.
Rubén Reyna es hermanastro de Patricia Celestina Contreras, madre del Guille y del Pájaro. Sus hermanas, Vilma Vanesa, Patricia María del Valle Reyna y su ex pareja Norma Bullón fueron condenadas el pasado 6 de diciembre a 6 años y seis meses de prisión en la causa conocida como Los Patrones. Éste fue el primer juicio por narcotráfico seguido a Los Monos, por el que Ariel “Guille” Cantero recibió una pena de 15 años, y su pareja, Vanesa Barrios, fue sentenciada a 12 años, por considerarlos –junto a Jorge “Ema” Chamorro y su esposa, Jésica Lloan– organizadores de una banda que comercializaba, estiraba y traficaba droga en barrios de las zonas sur y sudoeste de Rosario. En esta causa, Celestina Contreras también fue sentenciada a 8 años y 6 meses de prisión como coautora de tráfico de estupefacientes bajo la modalidad de comercio y tenencia.
A Rubén y Celestina los detuvieron el 30 de junio de 2017 en los 17 allanamientos que dispuso el juez federal Marcelo Bailaque, y fueron solicitados por el entonces fiscal federal Federico Reynares Solari. Estos operativos se realizaron en el marco de dos causas: por un lado para terminar de detener a los sospechados en la pesquisa de Los Patrones y por otro lado, en el marco de la investigación –que fue un desprendimiento de la primera– por el expediente Corona Millonaria, donde la semana anterior, el 23 de junio, habían atrapado a su líder Arnaldo Andrés “Junior” Vivas, jefe de una banda con asiento en la zona oeste. En esos procedimientos, la Policía Federal incautó un millón de pesos, varias camionetas, autos de alta gama y dos kilos y medio de cocaína en panes que llevaban el sello de la cerveza mexicana que dio nombre al procedimiento.
La conexión con Rubén surgió luego de que los investigadores peritaran un celular hallado en la casa de Junior, que tenía un número agendado como “Rubén”, el cual registró conversaciones donde hablaban de pequeños pedidos de droga. Así llegaron hasta el tío de los Cantero, quien quedó acusado de comandar la venta de drogas en la zona sur en una pequeña organización, y por ese delito será condenado en los próximos días a cinco años de prisión en un procedimiento abreviado acordado por su defensa con la Fiscalía federal de Rosario.
En las crónicas policiales
Rubén había estado detenido por una tentativa de homicidio en 2002 y una década más tarde fue procesado por un tiroteo que acabó con un muerto a la salida de un after de Maipú al 800. Gustavo Serra fue asesinado tras una discusión con integrantes de la banda narco de los Gordos, asentada en barrio Tablada. En esa oportunidad, la Justicia le achacó haber contestado a tiros las balas que terminaron matando a Serra, pero luego quedó desvinculado. Como instigador del crimen de Serra fue encausado César Treves, sindicado cocinero de los Gordos y conocido luego por amenazar de muerte –según una escucha telefónica– a quien instruyó la megacausa Monos, el juez Juan Carlos Vienna.