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Intento de homicidio para los padres de niña maltratada

Los imputarán hoy por el deplorable estado de su hija, quien se encuentra internada en grave estado en el Vilela.

En el corazón de la villa Copello, en una de las últimas manzanas de la zona oeste de Capitán Bermúdez y en medio de árboles descuidados, baldíos con maleza y calles irregulares, se levanta la casa del horror: una casilla con techos de chapa y paredes de material precario en la que vivía el matrimonio que por reiterados y excesivos maltratos dejó a su hija Ludmila, de 2 años y medio, al borde la muerte. La niña continuaba ayer en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital de Niños Víctor J. Vilela. Un sobrino de 8 años que estaba al cuidado de la pareja y que también sufrió sometimientos físicos, se encuentra internado con un cuadro grave de desnutrición y lesiones en el policlínico Eva Perón, de Granadero Baigorria. Tras ser detenidos ayer a pedido de la Fiscalía de Flagrancia de los Tribunales Provinciales de Rosario, los padres de la nena fueron acusados de “intento de homicidio” y escucharán hoy la imputación en la audiencia con el juez.

La noticia causó conmoción en la comunidad de Capitán Bermúdez, como también en otras localidades vecinas debido a la gravedad de las lesiones irrecuperables que sufrió Ludmila. Pero para quienes viven en las inmediaciones de Bahía Blanca y 27 de Febrero, en villa Copello –uno de los asentamientos de emergencia con mayor marginalidad de esa ciudad–, las historias de torturas y horror que pasaban puertas adentro de la casilla eran moneda corriente. Sabían de la situación pero dudan de que el Estado “haya tomado cartas alguna vez en el asunto”.

Además, según contó una vecina, “el matrimonio era famoso en el barrio por su grave adicción a las drogas”. También es conocida la villa en la que vivían por estar “minada de búnkers de drogas, uno al lado del otro”, por lo que desde hace tiempo se volvió una zona inhóspita e impenetrable, “incluso hasta para la propia Policía”, tal como explicó ayer la fiscal que entiende en la causa, Marisol Fabbro.

Culpas compartidas

La situación de abusos y violencia sobre los cuatro menores que vivían en la casita de villa Copello fue denunciada días atrás en la Fiscalía de San Lorenzo por la abuela paterna de los niños. Sin embargo, la fiscal dijo que “en su declaración la mujer manifestó que eran frecuentes los maltratos y trató de desligar a su hijo echándole la culpa a la madre, pero evidentemente el hombre estaba al tanto de la situación ya que vivía con ellos”.

Para los habitantes de Capitán Bermúdez los hechos que salieron a la luz el jueves tras la internación de Ludmila en el Vilela no es un caso de violencia familiar más. “Esto es más grave que eso, ni a un perro se le hace”, dijeron algunos vecinos que ayer no salían del asombro.

La actuación de la Justicia

Ludmila, la pequeña de 2 años y cuatro meses que fue víctima de maltratos agravados de larga data por parte de sus padres, ingresó el miércoles pasado a la mañana en el Vilela, tras ser derivada del policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria. Antes, había estado unas horas internada en el hospital Reynaldo Barrionuevo de Capitán Bermúdez, desde donde ordenaron su traslado ya que su estado de salud era muy grave.

Según relató la fiscal Fabbro, el mismo día que la niña ingresó al centro de atención de Rosario, la representante legal del hospital de Niños se comunicó telefónicamente con la Fiscalía de turno “para manifestar su preocupación” por delicada situación de la pequeña, “quien presentaba múltiples lesiones en todo el cuerpo: desde la cabeza a los pies”.

Al ser notificada de la situación, la fiscal ordenó esperar a que se le practicaran a la pequeña los estudios correspondientes “y que la estabilizaran, ya que había ingresado en estado de shock y convulsiones, probablemente provocadas por golpes”. Así, los médicos presentaron ante la Justicia, a primera hora del jueves, la historia clínica completa de la chiquita para que el Instituto Médico Legal corroborara la situación.

“El estado catastrófico de la criatura dejó consternados a todos los médicos del Vilela y hasta a la doctora Cavallini, del Instituto Médico Legal, quien me dijo que nunca había visto algo así”, dijo Fabbro.

Entre las lesiones que presentaba Ludmila la fiscal detalló que había hematomas múltiples –en la mandíbula, en el labio y hasta en la lengua–, le faltaban pedazos de cuero cabelludo y tenía dos úlceras grandes de entre cinco y seis centímetros –una en la rodilla y otra en el hombro, que llegan al hueso– lo que provocó su grave estado de salud, ya que la infección se le propagó por todo el cuerpo y debió ser intervenida quirúrgicamente ayer.

Al tomar conocimiento de que había tres criaturas más a cargo del matrimonio, la Fiscalía ordenó la intervención de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la provincia y así el bebé de 9 meses y un hermanito de 4 años fueron entregados provisoriamente al cuidado de su abuela paterna. Si bien los chiquitos no tenían signos de violencia física, sí mostraban un notorio estado de desidia y abandono. En tanto, el sobrino de los padres de Ludmila, de 8 años, continúa internado en el policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria.

El matrimonio abusador asistirá hoy a la audiencia imputativa por intento de homicidio. “Obviamente, también se le pedirá la prisión preventiva”, finalizó la fiscal Fabbro.

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