“El clima electoral todavía está frío”, rezongan los operadores políticos. Para ellos es un problemón, porque los obliga a quemar más neuronas de las presupuestadas para poner en escena a sus respectivos candidatos en medio de un mayoritario desinterés por las elecciones primarias.
La situación en realidad no es muy diferente a anteriores comicios. Y si alguien puede dar fe de que el largo proceso electoral toma velocidad de a poco, como los motores que en invierno necesitan levantar temperatura para encontrar su punto de marcha, ese alguien son los santafesinos, los más experimentados en esto de elecciones primarias, simultáneas y obligatorias, leading case luego trasladado al resto del país.
Esa razonable experiencia advierte sobre cómo debe leerse el mandato de las urnas. Las primarias son elecciones que nunca producen un resultado unívoco y determinante. Sirven, sí, para proyectar una tendencia, siempre y cuando lo producido por las urnas no se lea de forma lineal, sino entrecruzado, valorando debidamente los escenarios previos y los posteriores.
A siete días de las primarias para concejales y diputados nacionales, estas son las principales incógnitas a revelar.
Frente Progresista
La campaña se desarrolló en un clima casi de camaradería. La lista multipartidaria de la intendenta, encabezada por el ministro de Salud Miguel Ángel Cappiello, compite con otras dos que encabezan funcionarios de la actual administración. Como todos juegan armoniosamente dentro del Frente Progresista, no será un drama para el oficialismo si Mónica Peralta, del GEN, o Martín Rosúa, de un sector de la UCR, consiguen colarse en un lugar expectante. El principal interrogante es si el debut de Boasso como candidato por afuera consigue arrastrar votos más allá de las fronteras del Frente Progresista. Es un dato importante porque revelará si los electores radicales que validaban su condición de frentista renegado están dispuestos a acompañarlo hasta poner en riesgo el triunfo de las lista de concejales.
El ex gobernador Binner tiene camino más libre, aunque la presencia de una lista encabezada por el intendente de Santo Tomé y patrocinada por el vicegobernador es una incomodidad que en el FPCyS nadie disimula a pesar de que no amenaza la hegemonía del ex candidato presidencial.
Atento al derrotero discursivo de Palo Oliver, pareciera que la idea primigenia era buscar favorecerse en las primarias con votos peronistas que pudieron votar en la interna del Frente para limar al favorito Hermes Binner. Sin embargo, las declaraciones de las últimas horas del precandidato parecieran haber registrado que el peronismo (FpV), a pesar de que todas las encuestas lo ubican segundo, necesita consolidar la diferencia sobre el PRO porque a hoy no está en condiciones de entretener votos en internas ajenas.
Frente para la Victoria
En cuando a la elección de concejales, el FpV también tiene los que juegan por adentro y los que van por afuera. Las listas a concejales que encabezan Héctor Cavallero y Fernando Rosúa por el Movimiento Evita protagonizan una competencia de baja intensidad, como lo demuestra la acción de Héctor Cavallero, quien ayer, en un gesto diferenciador y casi exótico para la política vernácula, pasó a saludar por el acto de cierre de campaña de su contendiente. Si bien la decisión del Evita de ir a internas no les cayó bien ni Cavallero ni a Agustín Rossi, prima la idea entre ellos de que la puja interna es con Rosario para la Victoria, la lista que encabeza Sebastián Artola y que se inscribió por fuera del FpV tras el infructuoso intento del jefe de Gabinete, Juan Abal Medina, la misma noche del cierre por insertar al joven militante en el tercer lugar, lo que implicaba rezagar al resto.
Artola revista en la agrupación Martín Fierro, pero en la lista confluyeron Miles, un puñado de sindicatos K y La Cámpora, que gracias a su influyente presencia en el gobierno nacional invierte fuerte para instalar a Artola como “el” candidato de la presidenta en Rosario.
Al igual que el Movimiento Evita lo hizo en Sportivo América, La Cámpora alquiló el cubierto de Newell’s para cerrar la campaña con un típico acto de aparato. Hasta el viernes a la tarde, el perfil de ese encuentro estuvo bajo negociación. La Cámpora ofrendó el acto como clausura de campaña de los candidatos a diputados nacionales del FpV. Sin embargo, la decisión de armar una lista por fuera de la primaria del Frente para la Victoria dejó heridas y muy difícilmente Cavallero, Agustín Rossi y el Movimiento Evita pasen a saludar por Newell’s, aun cuando está todo bien con Obeid y su lista.
La cuestión es que el cortocircuito excede la elección de concejales. Al fin de cuentas obedece a la disputa de fondo que atraviesa hoy al peronismo santafesino. Es un problema para Jorge Obeid, que le pone huevo a la construcción de la unidad, pero en el mientras tanto la dinámica de la lucha por espacios de poder hace que el resto de los actores alimenten la fisura partidaria.
El ejemplo inmediato es la por ahora irresuelta situación en la Cámara de Diputados de la provincia en torno de quién le corresponde asumir la vacante dejada por la fallecida Silvia de Césaris. Conflicto éste que deberá zanjarse apenas pasen las primarias. Sus protagonistas no son los nombres propios que aspiran a posar sus nalgas en la butaca, sino las fracciones partidarias en torno de las cuales se alinean los diez sub-bloques panjusticialistas; que cuenta como antecedente fundante la cruenta disputa por la presidencia de esa cámara; y que requerirá mucho oficio político para desactivarlo ya que ambas partes se posicionaron de antemano en el campo de batalla.
Los desvelos del PRO
Miguel del Sel no tiene competencia, pero sus colaboradores lo cuidan y tabican como si los tuviera. La mayor amenaza a la candidatura de Miguel del Sel todavía sigue siendo él mismo.
En cambio, hay expectativas en la primaria para concejales, donde compiten por un lado la particular sociedad entre los actuales ediles Diego Giuliano y Laura Weskamp, y por el otro la conductora de televisión Anita Martínez. La esbelta muchacha que está haciendo su primera experiencia en política electoral tiene el respaldo político de sectores del macrismo a los que no les agrada la idea que la construcción que consiguió buenos resultados en las últimas elecciones sea copada por un emigrado justicialista, que además representa una cultura política afín al peronismo tradicional, mientras que referentes como el concejal Roy López Molina o el diputado provincial Federico Angelini prefieren profundizar el perfil que domina a la gestión porteña.
Giuliano, que por conocimiento y trayectoria pareciera asegurarse el primer puesto, regula el tránsito hacia la primaria. En la vereda de enfrente, el sector que banca a Anita Martínez puso toda la carne al asador. Huele que a partir del 12 de agosto esos mismos van a desensillar y “delegarán” en Giuliano y compañía el esfuerzo y la presión por conseguir un buen resultado.
Un cosa más. Como el FPCyS, también el PRO estará mirando la performance de Jorge Boasso, ya que su sinceramiento en cuanto a que aborrece el FPCyS lo instaló como competidor directo con el mercado electoral del PRO.
Boasso 24 años
Boasso lleva 20 años de concejal y va por 24. Es una enormidad y ya se podría concluir que es su techo político. Aun así, es el radical con más votos propios de la ciudad. Tiene como particularidad que construye distinto al resto del espectro político: lo demuestra que después de tanto tiempo su capital (electoral) sigue siendo él y nada más que él. Es poco, pero para la situación que vive el radicalismo le alcanza y sobra. Justicialistas, socialistas, el resto de los radicales y el PRO parecen ansiosos por comprobar cuál es su capacidad de daño.
Por el piso
Un amplio espectro de candidatos se juega otra patriada, que es la de cubrir el piso de votos necesarios en primarias para clasificar a las generales. Si no lo consiguen, no estarán en la boleta única del 27 de octubre. La principal amenaza para ellos es que sus potenciales electores se tienten de ir a poner el voto en alguna interna para favorecer a tal o cual candidato y mengüen sus chances.
La ley electoral de Santa Fe es más benévola que la nacional en cuanto a cómo se cubre el piso de votos para pasar a las generales. Aun así no es fácil asomar la cabeza. Mucho menos tras el acuerdo político que llevó a la prohibición de hacer publicidad electoral en radio y TV. Esos precandidatos son los que nunca sabrán de los electores qué ven cuando los ven.