El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) es un organismo público autárquico que trabaja en la generación y transferencia de nuevos conocimientos en la rama industrial, con investigación y desarrollo al servicio del bienestar de la sociedad de manera permanente y sustentable. En sus proyectos, el Inti engloba tanto la pata empresaria como el asesoramiento y la interacción con el Estado, además de contemplar la participación comunitaria.
El licenciado Walter Aquino es director del centro de extensión territorial que el Inti posee en Rosario. Este centro multipropósito, con fuerte aporte en temas relacionados a instrumentos de medición, funciona en un edificio de dos pisos emplazado en la Ciudad Universitaria (conocida como La Siberia). Además de incursionar en la investigación y el desarrollo tecnológico industrial, el Inti orienta su plan estratégico a los ensayos y a la asistencia técnica, a la metrología y a la certificación, sin olvidarse de su rol social y político.
“En los últimos años hay un Inti más preocupado por la industria, pero no sólo la idea de industria como sujeto, sino lo industrial como adjetivo. No solamente trabajamos con y para los industriales, sino que trabajamos en los aspectos de la vida donde la tecnología industrial es determinante”, comentó Aquino en diálogo con El Ciudadano.
En el Inti Rosario trabajan 44 profesionales, la mayoría ingenieros y técnicos. “Tenemos actividades de asistencia mecánica o de tecnología de gestión. Laboratorios con ensayos físico-químicos, microbiológicos y metrológicos. Algunos más vinculados al medioambiente y otros más relacionados a la medición”, indicó Aquino.
“Hacemos dos tipos de trabajos en terreno: uno dentro del campo regulado, como aquellos calificadores, que por ejemplo, van hasta los surtidores de las estaciones de servicio a controlar su funcionamiento. Y otros vinculados a necesidades comunitarias de proyectos medioambientales, socializando tecnologías que intentan responder a un problema común de determinado sector productivo”, agregó el director del Inti Rosario.
En la delegación local del instituto, como se dijo, se desarrolla un trabajo de exploración en instrumentos de medición, como balanzas, alcoholímetros, decibelímetros y cintas métricas. “En el caso de alcoholímetros, salimos a controlar a partir de algunos problemas que se habían generado en la ciudad y en otros municipios de la región, donde mucha gente cuestionaba los procedimientos. Entonces nos dimos cuenta que el 40 por ciento de los alcoholímetros no servían, y menos para generar sanciones. A partir de ahí montamos un laboratorio de alcoholímetros para calibrar y evaluar estos instrumentos”, contó Aquino.
El Inti Rosario, entre otras cosas, presta dos tipos de servicios de laboratorio: uno vinculado al ambiente y alimentos, y otro metrológico, vinculado al estudio de la medición industrial, como pueden ser instrumentos de mano, y la metrología legal, como balanzas, cintas métricas y elementos que hacen a la transparencia en la transacción comercial.
“Hacemos actividades de laboratorio, de campo, de verificación y de proposición de reglamentos. Esto intentamos trasladarlo a otros instrumentos de medición, como medidores del pulso telefónico, medidores de agua, de luz, en los surtidores y en las moliendas”, dijo el titular de la delegación local del Inti.
“Trabajamos con la maquinaria agrícola, con talleres mecánicos, con el tema de la electrónica y con la industria del mueble. Siempre con la idea de que las investigaciones sean tomadas por el conjunto de la industria. Todo lo que generamos es de acceso público, aunque no nos consideramos espías industriales”, aclaró Aquino.
“En maquinaria agrícola trabajamos con treinta empresas. Incursionamos en tecnología de gestión y de organización industrial. En Rosario somos fuertes en tecnologías blandas, que tienen que ver con cuestiones organizativas: desde el costo, la mejora de la eficiencia industrial, del proceso y la distribución de la planta. La dura es la que se refiere al fierro, a la mecánica, al componente electrónico”, detalló.
El uso de la tecnología.
“La tecnología te puede domesticar o vos la podés domesticar, depende cómo se utilice”, evaluó el director del Inti Rosario. “Más que la tecnología, acá hay que ver si hay concentración y cómo es el armado de la cadena de valor. No porque incorpores una máquina vas a tener un obrero afuera, ni tampoco la incorporación de tecnología mejora el tejido social”, razonó Aquino.
“En la relación entre tecnología y sociedad no hay una cuestión de letanía, depende la posición que tenés como país. En definitiva, la cuestión es más política. Qué queremos hacer como sociedad; cuál es la principal preocupación: cumplir con el saldo exportable o que la comunidad coma. A veces no es solo lo que uno quiere y piensa, sino lo que se puede hacer”, completó.