La investigadora y conservacionista argentina, Micaela Camino, fue distinguida en Londres con un prestigioso premio conocido como Oscar Verde por su trabajo para salvaguardar el bosque del Chaco seco en la Argentina.
El galardón que otorga 40.000 libras (cerca de 50.000 dólares) a cada ganador es uno de los premios de conservación más prestigiosos a nivel internacional que otorga la fundación británica Whitley Fund For Nature (WFN) a líderes conservacionistas de Asia, África y América Latina.
Cada año lo reciben seis conservacionistas considerados «pioneros en soluciones a la crisis de biodiversidad».
Camino tiene 39 años y es investigadora del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas – Universidad Nacional del Nordeste (Conicet-UNNE).
Forma parte de la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) que trabaja para empoderar a comunidades locales en la conservación del pecarí chaqueño y del Chaco argentino.
«Este es un reconocimiento que nos llena de orgullo y alegría porque estamos trabajando desde hace mucho. No soy yo sola, es un grupo de gente con el que trabajamos horizontalmente y se llama Proyecto Quimilero», contó Camino, quien recibió el galardón en una ceremonia en Londres de manos de la princesa Ana, hija de la reina Isabel II.
La especialista sostuvo que con su grupo de trabajo investigan «biología de la conservación aplicada. Trabajamos siempre con la gente con una mirada de la conservación y con las comunidades integradas».
El foco del proyecto es el pecarí quimilero, una especie que solo existe en los bosques del Chaco seco, una región que se extiende por Argentina, Paraguay y Bolivia.
«El pecarí es una especie que representa un camino evolutivo único que está súper amenazado por el avance de la deforestación para producir industrialmente soja o pasturas para ganadería», lo que lleva a que esta especie esté en peligro de extinción grave, explicó.
Enfocarse en esta especie que necesita de los bosques para sobrevivir, sirve también de paraguas para poder trabajar en la conservación de toda la diversidad del bosque.
Camino sostuvo que es necesario cambiar el modo de vida y recordó que «la pandemia, el clima y el mundo van mostrando que la forma en que estamos conviviendo con la naturaleza no es sana y no nos está haciendo bien».
La conservacionista nació y se crió en Buenos Aires, reside desde hace diez años en Chaco y está casada con Sara, con quien comparte la crianza de un hijo de cuatro años. Estudió Biología, realizó un doctorado en la Universidad de Buenos Aires y está iniciando la carrera de investigación del Conicet.