El escritor francés Gabriel Matzneff será investigado por violación de menores tras la flamante publicación de un libro titulado “El consentimiento”, en el que la editora Vanessa Springora, de 47 años, describe cómo fue seducida cuando tenía 14 años por el autor, que nunca ha ocultado su predilección por adolescentes.
El fiscal de París, Rémy Heitz, anunció que se ha abierto una investigación de oficio sobre el escritor, de 83 años, por violaciones de menores.
En su obra “El consentimiento”, lanzada el jueves pasado, la editora Vanessa Springora, de 47 años, describe cómo fue seducida cuando tenía 14 años por Matzneff, que en aquel entonces tenía 50 años, y cuáles son las secuelas con las que le ha tocado vivir desde entonces.
El debate sobre el comportamiento del escritor no es nada nuevo, puesto que el ensayista, premio Renaudot en 2013, nunca se ha privado de relatar con todo detalle, en sus obras, sus experiencias sexuales con adolescentes.
Durante años, Matzneff ha dado cuenta sin tapujos, en programas de televisión y en sus escritos, de su predilección por menores: incluso a mediados de los años 1970 publicó un ensayo llamado “Les moins de seize ans” (“Los menores de 16 años”).
“Más allá de los hechos descritos por Vanessa Springora”, las investigaciones “buscarán identificar a otras posibles víctimas que puedan haber sufrido delitos similares en territorio nacional o en el extranjero”, señaló Heitz.
La editora había anunciado su voluntad de no presentar una denuncia, pero la Fiscalía ha decidido actuar por iniciativa propia, a la luz del testimonio de la escritora en su libro, pese a que los hechos habrían prescrpto, según informa el periódico español El Mundo.
El libro ha salido a la venta en plena era del movimiento #MeToo, que ha dado pie a multitud de testimonios de víctimas de abusos sexuales, tras décadas en las que, a ojos de mucha gente, reinaba una actitud excesivamente permisiva respecto a la explotación sexual.
Pese a que Matzeneff siempre haya alardeado de tener una larga lista de conquistas, Springora es la primera persona en hablar abiertamente sobre sus experiencias con él.
“Como si este periodo de mi vida no me hubiera destrozado bastante, ahora él tiene que documentar, falsear, registrar y grabar para siempre sus fechorías”, señala Springora, recientemente nombrada directora de Éditions Julliard.
“¿Cómo admitir que abusaron de ti cuando no puedes negar que diste tu consentimiento? ¿Cuándo sentiste deseos por este adulto, que se apresuró en aprovecharse de ti? Durante años, también tendré que lidiar con esta noción de la víctima”, afirma.
Por su parte, Matzneff negó haber actuado mal y en una carta enviada al diario francés Le Parisien denunció “unos ataques excesivos e injustos” y defendió la “belleza” de su relación con Springora.
Antes de que se publicara el libro, algunos ministros criticaron la actitud de Matzneff, alegando que su fama literaria no debería protegerlo de asumir las consecuencias de lo que hizo. “El aura literaria [no era] una garantía de impunidad”, recordó el ministro de Cultura, Franck Riester, que manifestó su “apoyo” a “todas las víctimas” del escritor.
La polémica también puso de actualidad unas imágenes de televisión, de 1990, en las que el conocido presentador francés Bernard Pivot, en su programa ‘Apostrophes’, permite que Matzneff hable abiertamente sobre sus experiencias sexuales.
“¿Por qué estás especializado en colegialas y niñitas?”, le pregunta Pivot en un tono animado. “Prefiero tener en mi vida a gente no tan curtida y más amable”, responde Matzneff.
La única que expresa su disconformidad es la escritora canadiense Denise Bombardier que, furiosa, lanza: “Creo que vivo en otro planeta (…) El señor Matzneff me parece patético”.
El alboroto por el comportamiento de Pivot, en la actualidad presidente de la Academia Goncourt, que cada año entrega uno de los galardones literarios más prestigiosos del país, no hizo más que crecer cuando, en un tuit, dijo que no lamentaba lo ocurrido, argumentando que la entrevista se produjo en una época y un contexto distintos.
“En los 1970 y 1980, la literatura estaba antes que la moral. Hoy, la moral está antes que la literatura. Moralmente, es un avance”, dijo.
Al ver la airada reacción de los internautas, Pivot agregó más tarde que lamentaba “no haber tenido las palabras adecuadas” en el programa de 1990.