La justicia federal de Campana investiga como un presunto narcocrimen el homicidio de Vittorio Piva, el italiano que apareció asesinado a balazos y calcinado en la localidad bonaerense de Zárate, a partir de un llamado anónimo a la Policía Federal Argentina, indicaron fuentes judiciales.
La jueza de Garantías 1º de Zárate-Campana, Graciela Cione, decidió hoy declinar la competencia, luego de que el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, le solicitara a ella y al fiscal de Zárate que estaba a cargo de la investigación, Alberto Gutiérres, que le remitan el expediente.
Según esta especie, el juez González Charvay mencionó en su pedido un llamado «anónimo» recibido el viernes pasado en la «sede de Operaciones Federales de la Policía Federal Argentina», que refería que «Piva tenía relación con una organización narcocriminal» de la que podría ser «cómplice».
Otras fuentes judiciales indicaron que el mismo juez federal también pidió copias del expediente que en paralelo tramitaba en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 35°, de Osvaldo Rappa, y la fiscalía de instrucción 9°, subrogada por la fiscal Mónica Cuñarro, por la denuncia por el paradero de Piva.
La fiscal Cuñarro aseguró a la agencia Télam que más allá del pedido de la Justicia federal ella continuará investigando «las circunstancias que rodearon la desaparición de Piva».
«Nosotros no nos manejamos con llamados anónimos, sino con prueba. La fiscalía y el juzgado que investigamos la desaparición de Piva ordenamos 14 medidas de prueba que están en proceso», dijo la funcionaria.
Una de las medidas ya realizadas por la fiscal fue un allanamiento efectuado el viernes por detectives de la División Homicidios de la PFA en el departamento que Piva alquilaba en el 2°. G de la calle Lavalleja 122 del barrio porteño de Villa Crespo.
Pese a que el abogado Diego Storto, quien representó a Piva en una vieja causa por drogas, había dicho que ese departamento iba a ser encontrado «revuelto», fuentes de la investigación señalaron que allí no se detectó un gran desorden, que no había armas, drogas, ni dinero y que si alguien entró a llevarse algo, recogió algo puntual.
Piva (46), quien era ingeniero mecánico y además decía dedicarse al comercio agropecuario de la soja, desapareció el 12 de este mes cuando tenía que ir a una reunión de negocios en Zárate.
Su esposa, una mujer brasileña que vive en Bolivia, hizo la denuncia por el paradero a través de su sobrina, quien también colaboraba con las tareas domésticas en el departamento de Piva.
La mujer de Piva le hizo llegar a los investigadores los mensajes y audios que intercambió con los hombres con los que su marido debía juntarse en Zárate, que ahora están en la mira y aún no fueron localizados.
En esos mensajes, la mujer lloraba desesperada preguntándole a esos hombres dónde estaba su marido y si le habían hecho algo, mientras que los sospechosos reconocieron haber tenido una reunión con él, aunque luego se retiró para verse con otra persona.
El 18 de este mes –mismo día en que se hizo la denuncia por el paradero–, un cadáver calcinado fue hallado por un trabajador rural en un campo de trigo situado en el kilómetro 10 de la ruta 193.
El cuerpo apareció carbonizado casi por completo, boca arriba, aún humeante entre el trigo y rodeado de restos de pallets de madera que usaron para facilitar la combustión.
Recién el miércoles pasado, peritos lograron regenerar las huellas de los únicos tres dedos del cadáver que no quedaron deteriorados por las llamas e identificaron al NN como Piva.
En la autopsia, los forenses establecieron que fue asesinado de cuatro tiros por la espalda entre 24 y 36 horas antes del hallazgo del cadáver.
Los forenses recuperaron tres proyectiles que aparentan ser de calibre 9 milímetros y además establecieron que fue calcinado postmortem, por lo que se cree que lo asesinaron en otro sitio y que el campo es una escena del crimen secundaria.
La hipótesis de un crimen narco o de tipo mafioso es analizada por los investigadores sobre la base de una detención por drogas que en 2016 tuvo la víctima, por las características del hallazgo y por los constantes viajes que le detectaron a Piva hacia España, Bolivia, Brasil, Uruguay y Paraguay.
El 25 de febrero de 2016 Piva fue detenido en el barrio porteño de Constitución por efectivos de la División Robos y Hurtos de la PFA que interceptaron a unos sospechosos que bajaban de un taxi con la caja de un televisor en la que en su interior había dos panes de cocaína, pero el procedimiento fue nulo y el italiano fue liberado y sobreseído.