La Justicia bonaerense investiga si el suicidio de un playero de la estación de servicio de 44 y 31 está relacionado con una importante estafa contra la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense.
El miércoles último, en un control policial rutinario ubicado en Ruta 36, fue aprehendido un sujeto conduciendo una camioneta de alta gama en cuyo poder encontraron varias tarjetas de débito que pertenecen a la cartera educativa provincial, y son utilizadas para la carga de combustible de los autos de ese organismo, y alrededor de 50 mil pesos en efectivo.
El imputado fue identificado como Walter Cejas, de 29 años, quien trabaja en la misma estación de servicio en la que el jueves un compañero se quitó la vida de un disparo en el baño.
La aprehensión de Cejas se convirtió ayer en detención por pedido del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, quien sospecha que Cejas es una pieza de un engranaje que seguramente llega al corazón de la administración de Educación, ya que las 15 tarjetas de débito que le encontraron en su poder sólo pueden ser usadas para la carga de combustible de los vehículos oficiales de esa dependencia y estaban en manos de una persona ajena.
Según informa el diario El Día, de La Plata, la sospecha es que Cejas utilizaba las tarjetas de débito cada vez que un cliente que cargaba combustible en la estación de servicio le pagaba en efectivo, quedándose con el dinero y el pago de la carga del ocasional automovilista la hacía con alguna de las tarjetas que tenía en su poder.
Según fuentes allegadas a la investigación, Cejas, quien trabajaba como playero y tenía en su poder una camioneta Jeep Grand Cherokee y otro vehículo de alta gama, se quedaba con alrededor del 10% del dinero, y lo que se cree es que se trata de una estafa millonaria contra Educación que viene desde hace mucho tiempo, ya que algunas de las tarjetas secuestradas son del año 2014 y otras están por vencer.
Se solicitó información a la Dirección General de Cultura y Educación para tratar de dar con el o los empleados de esa repartición que le facilitaban a Cejas las tarjetas de débito, que además eran recargadas con una periodicidad que podría ser de entre una y dos semanas.
Cejas, por ahora el único imputado que tiene la causa, quedó detenido por el delito de fraude contra la administración pública por orden de la jueza de Garantías Marcela Garmendia, pese a que el fiscal había solicitado que fuera por malversación de caudales públicos, una figura más grave aún.