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Investigan ruinas mocovíes en localidades santafesinas

Por Diego Montilla.- En la ciudad de San Javier hallaron restos de un asentamiento aborigen junto con restos jesuitas.

Un grupo de docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) –junto a investigadores de la capital provincial, San Luis y Río Cuarto– está trabajando en distintas localidades de la provincia con el objetivo de localizar reducciones jesuíticas y aborígenes en el centro-norte de Santa Fe. Según se informó, recientemente hubo un importante hallazgo que tiene como protagonistas a los indios mocovíes en la ribera del río San Javier, lugar donde se habían asentado producto de una de sus numerosas migraciones. Así las cosas, un equipo de especialistas está llevando adelante una minuciosa búsqueda en una zona que abarca aproximadamente una hectárea y media en base a planos que datan de 1795 dejados por los mercedarios, además de dibujos creados por los propios jesuitas.

Además, los investigadores, en conjunto con un grupo de arquitectos que lleva adelante la construcción de nuevas aulas en el colegio San José Nº 1121 de San Javier, están realizando tareas arqueológicas a la par de los profesionales de la construcción que cavan para construir los cimientos. Esta institución está dentro de la hectárea y media rica en material arqueológico. Sobre este punto, la antropóloga y doctora en Ciencias Naturales de la UNR, Silvia Cornero, explicó que “muchos temen que las observaciones arqueológicas demoren la obra pero no es así, este es un ejemplo de que se puede trabajar simultáneamente”, resaltó.

La historia cuenta que –accidentalmente– en 1977 se hallaron estructuras de tapia cuando se realizó una obra de pavimentación en la calle central sobre la plaza San Martín de la localidad ubicada en el centro de la provincia. Las mismas pertenecían a una iglesia, una casa de sacerdote, una escuela y viviendas para las familias de los caciques. Por esa razón, los arqueólogos vienen trabajando en el área de una hectárea y media.

“El proyecto de investigación es de arqueología, se ubica en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, y contempla distintos momentos cronológicos. En ellos se han sucedido procesos sociales que son, para nosotros desde la arqueología, recolectados para poder ir reconstituyendo lo que ha ido aconteciendo en la región. Nosotros estamos trabajando en la localización de las estructuras de la reducción jesuítica-mocoví que se instaló después de varias migraciones en un terreno definitivo en la ribera del río San Javier”, destacó Cornero.

La investigadora contó que “los mocovíes estaban recorriendo lugares porque venían amenazados de distintos puntos y se terminaron estableciendo en torno al asentamiento jesuita”. “Esa estructura es un complejo importante. Fue un establecimiento que consistió en una iglesia, una casa de sacerdotes y viviendas para las familias de los caciques. En el año 77, fortuitamente, ante la pavimentación de una obra pública, de la calle central de la plaza San Martín, se hallaron estructuras de tapias, que son como un barro apisonado. Esas estructuras fueron selladas en esa época por la pavimentación y nosotros ahora estamos trabajando en el lugar junto a un equipo interdisciplinario del que participa la UNR”, añadió.

“En el marco del hallazgo de este establecimiento nosotros vamos sondeando todos los espacios a cielo abierto. Esto significa que con los estudiantes de la facultad vamos trabajando en todos los lugares donde posiblemente pueden encontrarse restos de estas tapias o de las viviendas de los caciques o de las sacristías, entonces vamos trabajando en los patios de los vecinos o estamos atentos a cualquier obra que se haga”, continuó.

Sobre los descubrimientos en el colegio San José, la antropóloga indicó: “Lo que ocurrió es que comenzaron unos trabajos de construcción de aulas. Para eso se hacen cimientos y nosotros trabajamos conjuntamente con el desarrollo de la obra y hallamos en el patio restos del comienzo de la formación de la escuela como tinteros, plumas y en un sector se encontró una tienda de boticarios, como una antigua farmacia. Estamos hablando de cosas del siglo XVII, XVIII y XIX. Y tenemos expectativas de seguir encontrando material”.

“Si excavamos un poco más tenemos expectativa de encontrar huellas de momentos históricos más profundos, de los pueblos originarios que habitaron la zona hace dos mil años: cazadores, pescadores, horticultores, alfareros”, concluyó.

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