Un croquis de la cárcel de Ezeiza y una tablet fueron hallados en la celda de Mario Segovia, el denominado «Rey de la efedrina», quien cumple una condena de 14 años de prisión por contrabando de esa sustancia, y los investigadores sospechan que planeaba una fuga y continuaba cometiendo delitos desde la cárcel, informaron hoy fuentes judiciales.
El primer hallazgo se produjo la noche del 10 de este mes, cuando un agente penitenciario de la Unidad Residencial 1 de ese complejo revisó las pertenencias de Segovia, ya que iba a ser trasladado al sector Residencial VI del penal.
Según los voceros judiciales, entre las cosas del «Rey de la efedrina» se encontró un trozo de papel con un croquis realizado a mano alzada de un sector del establecimiento penitenciario, oculto dentro de un álbum fotográfico.
Ante la presunción de que se trataba de un dibujo que ilustraba un plan de fuga, el agente que lo halló convocó al jefe de turno de la sección requisa, quien secuestró el manuscrito y dio intervención a la Justicia.
Seis días después, el 16 de este mes, cuando Segovia ya estaba alojado en el sector Residencial VI del complejo, en una nueva requisa realizada en el pabellón A, los agentes encontraron en su celda una tablet y un papel con anotaciones escondidos dentro de la carcasa de un reproductor de DVD portátil, que tenía autorización de tenencia.
Nuevamente, los elementos fueron secuestrados y se le dio intervención a la Justicia para que se determine cómo ingresó la tablet al penal y si Segovia se contactó mediante ésta con personas en el exterior para cometer alguna actividad delictiva.
Las causas por los hallazgos fueron radicadas en la Fiscalía Federal 1, a cargo de Leonel Gómez Barbella, quien requirió diversas diligencias ante las sospechas de que el «Rey de la efedrina» planeaba una fuga y podría haber estado en contacto con gente del exterior para cometer delitos.
Por tal motivo, el representante del Ministerio Público solicitó medidas tendientes a determinar si Segovia fue quien realizó el dibujo a mano alzada, similar a un plano, de un sector del Complejo Penitenciario Federal 1 de Ezeiza, con el objeto de intentar fugarse.
Para ello, sugirió tomar testimonios en el penal, solicitar las videofilmaciones tomadas en el penal entre el 5 y al 10 de noviembre últimos y que se le dé intervención al Departamento de Inteligencia Penitenciaria del Servicio Penitenciario Federal para que establezca a qué sector de esa unidad podría pertenecer el plano.
También requirió que Segovia sea indagado y que se le tome una muestra de escritura con el objeto de ordenar un peritaje comparativo con el dibujo y letras que hay junto a él.
En cuanto al hallazgo de la tablet, Gómez Barbella pidió que sea sometida a un peritaje a fin de determinar su contenido y si tuvo acceso a internet o algún tipo de comunicación telefónica a través de una tarjeta SIM.
Además, requirió que el Departamento de Inteligencia Penitenciaria investigue cómo ingresó ese artefacto al penal, al tiempo que determine qué visitas recibió Segovia en los últimos 30 días.
El «Rey de la efedrina» fue condenado a 14 años de prisión durante un juicio realizado en 2012 por el Tribunal Oral Federal de San Martín, en el que fue considerado coautor del delito de «contrabando agravado por la participación de tras o más personas y por tratarse de sustancias que puedan afectar la salud».
La sentencia fue confirmada en junio del año pasado por la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, que rechazó recursos de casación e inconstitucionalidad interpuestos por las defensas de Segovia y otros condenados en la misma causa, entre ellos a mexicano Jesús Martínez Espinoza.
En esta causa se investigó el tráfico internacional de drogas y de materias primas para producirla, que tuvieron por denominador común la efedrina o pseudoefedrina.
De acuerdo a los investigadores, estas actividades fueron desarrolladas por dos grupos diferentes de personas -uno de ellos fue el que montó el laboratorio de metanfetamina en una quinta de Ingeniero Maschwitz- que en total consumaron 91 hechos por 4.400 kilos de efedrina.
Según la pesquisa, Segovia era quien se encargaba principalmente del transporte aéreo de la efedrina desde Argentina a México, ya que estaba inscripto con un nombre falso para poder comprar precursores químicos bajo la identidad de Héctor Benítez, un preso de Sierra Chica.