Dos fiscalías con competencia territorial en la zona de los incendios desatados en La Calera, Córdoba, investigan cómo se originaron los focos del 28 de agosto y 5 de septiembre en campos utilizados por el Ejército que se expandieron y arrasaron más de 5 mil hectáreas, y una de las hipótesis está enfocada en posible negligencia durante prácticas de tiro y paracaidismo de esa fuerza militar. El extenso predio donde se prendieron las llamas se conoce como Reserva Natural de la Defensa. Dos bomberos que participaron en la contención del siniestro habían advertido que el uso de municiones y fumígenos –bengalas para marcar posiciones de descenso– eran altamente desaconsejables por su riesgo extremo ante condiciones de sequía y elevadas temperaturas.
Las fiscalías de instrucción Distrito 4 Turno 6, a cargo de Jorgelina Gutiez, y Distrito 4 Turno 2, que encabeza Horacio Vázquez, son lasque llevan adelante las investigaciones. A la par, fuentes del Ejército informaron que «se iniciaron investigaciones internas buscando determinar si la actividad militar fue la causante del inicio de los incendios, lo cual hasta ahora no se pudo concluir».
«Van a hacer una cagada»
De acuerdo a las declaraciones oficiales, el fuego del 28 de agosto se inició en la zona del polígono de tiro “Quebrada de la Cancha”, dentro de la reserva, donde estaba practicando un grupo de las Fuerzas Armadas. Es zona de riesgo: personal de Bomberos y del Ente Metropolitano Córdoba habían realizado allí en abril una “picada corta fuego” de 12 metros de ancho y 665 metros de extensión, además de la apertura de calles de tres metros de ancho para circunscribir eventuales incendios en el marco de los entrenamientos de tiro.
Lo que se busca establecer es si en esos entrenamientos se colocaron blancos del otro lado de la picada corta fuego. Es que algunas de las municiones quedaron fuera del área delimitada y son las que podrían haber iniciado las primeras llamas que rápidamente se propagaron por la vegetación seca combustible, la temperatura y el viento.
Dos días antes de iniciado ese primer incendio, el 26 de agosto, bomberos y especialistas en manejo del fuego habían advertido a las autoridades de la Guarnición Militar Córdoba del Ejército Argentino y de Parques Nacionales sobre el riesgo extremo de incendios en el sector. “Fuimos a evaluar el lugar y les dijimos «Saquen los blancos de acá y tiren en otro lado, porque van a hacer cagada». Fueron negligentes”, contó uno de los bomberos.
Bengalas en La Mezquita
El segundo incendio en la reserva comenzó cerca del mediodía del jueves 5 de septiembre. Los bomberos declararon que la utilización de fumígeno para señalizar con humo el cierre de un entrenamiento de paracaidismo habría originado el fuego que se propagó rápidamente por la zona conocida como «La Mezquita», de acceso exclusivo de militares.
La mañana de ese día, fuentes del Ejército confirmaron que “se realizaron actividades de aero-cooperación (lanzamiento de veinte paracaidistas con equipo) del Comando de la 4ta Brigada Aerotransportada, empleando un avión de la Fuerza Aérea Argentina, en el sector de la zona de lanzamiento de paracaidistas”. Y en relación con la hipótesis de otra negligencia, añadieron: “No podemos confirmar todavía el hecho del encendido por el fumígeno. Su utilización es un procedimiento de señalamiento de la zona de salto, también se usa para observar la dirección del viento o con alguna otra finalidad, pero siempre es señalizar o transmitir alguna coordinación”.
“El personal de las Fuerzas Armadas no colabora en adecuar sus prácticas a las medidas se seguridad por los riesgos ambientales que tenemos. No modifican ningún tipo de conducta. Están jugando a la guerra y estas son las consecuencias”, reprochó uno de los bomberos consultados por el medio Perfil-Córdoba. El profesional destacó que desde hace años el Ejército desoye las recomendaciones que le hacen.
El fuego iniciado en la zona de La Mezquita se extendió en dirección a la autopista Córdoba – Carlos Paz, que estuvo clausurada durante 12 horas. También se evacuó una estación de servicio, el peaje y la Residencia Geriátrica de la Fuerza Aérea ubicada a la vera de la ruta.
El combate del incendio dejó incluso heridos: cuatro bomberos terminaron hospitalizados por quemaduras y lesiones de distinta consideración. Dos de ellos, Daniel Liendo y Matías Luna fueron los más comprometidos.
El 6 de septiembre, debido a al rotación del viento, las llamas avanzaron hacia la zona de countries de la ciudad de La Calera, por lo que personal de Defensa Civil tuvo que evacuar al menos a ocho familias del barrio La Cuesta. El fuego recién pudo controlarse el sábado, pero el domingo reinició la actividad, lo que demandó otros tres días de intensa labor de los bomberos. En los14 días que mediaron desde el primer foco hasta la extinción del segundo, se quemaron casi 5.000 de las 11.377 hectáreas de la reserva que utiliza el Ejército.