Los incrementos en las tarifas de los servicios básicos vuelven a estar en debate este invierno y afectan directamente a los clubes de la ciudad. Esta semana varias instituciones con piletas climatizadas mostraron facturas de gas que llegaban hasta casi 400 mil pesos. Se le suman las de agua y luz, que si bien tienen subsidios del gobierno provincial en el contexto de crisis económica se hacen impagables. Otro factor que golpea a los clubes es la morosidad en el pago de las cuotas así como quienes dan de baja la afiliación para reducir gastos. Las bajas en los ingresos económicos alcanzan el 25 por ciento y algunos clubes han decidido no abrir los natatorios en esta temporada. En total, hay alrededor de 30 clubes con piletas climatizadas en Rosario. El próximo jueves a las 19.30 la Asociación Rosarina de Entidades Deportivas Amateurs (Areda) hará una conferencia de prensa en Universitario (avenida del Huerto 1051) para evaluar medidas ante la situación.
La política tarifaria adoptada por el gobierno de Cambiemos desde 2016 quitó todos los subsidios a los servicios de luz, agua y gas y puso en la cuerda floja a cientos de pequeñas y medianas empresas, clubes y otras entidades sin fines de lucro en todo el país.
Distinta fue la postura de la provincia de Santa Fe. Las facturas de luz y agua cuentan con subsidios de hasta el 50 por ciento. Pero no pasa lo mismo con la de gas que depende de la gestión nacional.
Con la temporada de invierno llegaron a los clubes de Rosario las primeras facturas de gas con tarifas impagables. Los que tienen piletas climatizadas son los más afectados. Los que tienen natatorios de 25 metros de largo recibieron facturas de entre 125 mil y 175 mil pesos. Las de 50 metros superaban los 300 mil pesos.
En diálogo con El Ciudadano, el presidente de Areda, Raúl Bianchi, explicó que la situación en el pago de los servicios es similar a la del año pasado, pero se agregan las consecuencias de la crisis económica. “Hemos recibido facturas con aumentos en forma sustanciosa que ponen a los clubes ante una crisis peor que la de 2001. El Sportivo Avellaneda tiene que pagar 325 mil pesos, por ejemplo. Estamos ante una situación crítica”, agregó.
Según Bianchi, no sólo el gas se vuelve impagable. “Los clubes tienen la mayor actividad a la tardecita y noche o a la mañana temprano con las escuelas. En invierno cuesta mucho mantener todos los lugares climatizados. Ni hablar de los que tienen pileta”, explicó y agregó que algunos optaron por no abrir los natatorios, tanto en Rosario como en localidades del cordón industrial.
“Las piletas de los clubes no son sólo de uso deportivo o recreativo. Sirven para hacer rehabilitaciones, para la tercera edad, para personas discapacitadas, terapias de distinto tipo. Y además son una fuente de trabajo. Hoy hay muchos profesores y salvavidas que se ven afectados”, dijo el presidente de Areda, que nuclea a 12 clubes de la ciudad.
El otro factor que se agrega es la caída del consumo por la crisis económica que lleva a socios y socias a reducir gastos. “Aumentó la morosidad en el pago de la cuota y también mucha gente decide desasociarse porque no pueden seguir pagando. En una familia tipo ajustan donde se pueda y el club a veces no es una prioridad”, agregó Bianchi y calculó las bajas en los ingresos económicos llegan al 25 por ciento.
Pasados por agua
Soledad Nieto es presidenta del Club Atalaya (Juan Manuel de Rosas 2555) y contó a este diario que las últimas facturas de gas fueron de 68 mil y 100 mil pesos. “Y sabemos que la que viene va a ser más cara aún, de casi 150 mil pesos. Es muy difícil”, agregó.
En Atalaya en los últimos años creció la cantidad de socios y socias. Pero con la crisis llegó la morosidad. “Este año hay más gente que no puede pagar que el año pasado. Siguen siendo socios pero tienen deudas de meses. Lo que la gente deja de pagar es lo que no es prioritario como el club. Pero no podemos no dejar entrar a los chicos que vienen porque el club es un espacio con el que cuentan y tenemos que bancarlos”, agregó.
El Club Provincial tiene pileta de 50 metros y la factura de gas que llegó es de 370 mil pesos. Para su presidente, Sebastián Franco, la quita de subsidios en las tarifas que hizo el gobierno Nacional afecta directamente a los clubes. El dirigente destacó la gestión provincial en el vínculo con los clubes y pidió que haya continuidad con el cambio de color político.
“La trasferencia de competencia que hace cualquier nivel del Estado a las asociaciones sin fines de lucro es muy injusta. Nosotros no generamos un valor agregado ni vendemos un producto. Muchas veces incluso reemplazamos al Estado en su rol. Y siempre quedamos relegados. Se habla del valor del club, se enaltecen las asociaciones sin fines de lucro, son usadas ante las catástrofes naturales, pero no hay ningún tipo de contención para que podamos seguir adelante”, opinó.
“La familia provincialista está haciendo un esfuerzo enorme por quedarse en la institución. Tenemos gente que se atrasa y pide financiación o grupos familiares que se desarman. Se busca permanecer en el club de alguna manera. Por ahí deja de ir toda la familia y va solo el hijo. También pasa que una familia tiene que trabajar más horas para tener el mismo ingreso. Y esa cantidad de horas no le permite tener horas de ocio”, dijo Cano.
Y agregó: “Las familias hoy se encuentran ante la disyuntiva de achicar gastos, pensar sobre qué ajustar. Pero el club es un factor aglutinante, no es un artículo de lujo, sino de necesidad”.
El paso de Macri
El presidente Mauricio Macri estuvo dos veces en Rosario este año. En las dos oportunidades los clubes fueron parte de su visita, aunque en ninguna anunció políticas que los beneficiaran.
En febrero las autoridades y socios del club Río Negro de Rosario criticaron el aterrizaje del helicóptero presidencial en una de las canchas de la institución, donde el presidente bajó para ir hasta la casa de un emprendedor en el barrio Belgrano. Cuestionaron que fueron avisados de la llegada del presidente sólo diez minutos antes del aterrizaje: «Ni siquiera pudimos contarle por lo que estamos pasando por los contínuos tarifazos».
El 20 de junio estuvo en El Ciclón, en el barrio Tablada. Esta vez, rodeado de niñas, niños y autoridades, cargó contra el sindicalista Hugo Moyano. Y fue muy cuestionado por no hacer ninguna mención al Día de la Bandera.