Invisibles, ópera prima de la comunicadora y realizadora rafaelina Ana Paula Rosillo, que estrena este viernes, a las 20.30, en El Cairo, que pronto estará en plataformas y ya disponible en algunos cines del país como el Gaumont, gira en torno al veganismo y al problema del consumo animal desde diferentes dimensiones con una historia que plantea un debate social.
«La idea se fue dando, fue un proceso largo que tuvo que ver con mi gran descubrimiento de los personajes. Yo ya estaba en causas con los animales, pero en pandemia, y a través de las redes, los pude descubrir mucho más», dijo la directora a la agencia de noticias Télam acerca de esta producción que contó con el apoyo del Plan de Fomento del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe.
La película cuenta con los microrrelatos de Malena Blanco (creadora de @voicot), Ariel Kraselnik (médico cardiólogo), Rocío Hernández (nutricionista) y María Angélica Miotti, y con la participación de Santiago Magariños, actor y activista.
«Me pareció súper importante la información científica y académica sobre las enfermedades mortales a nivel mundial que trae el comer carne y cómo cambiar hacia una alimentación basada en plantas», explicó Rosillo.
«El rodaje fue maravilloso –recordó la realizadora–. Viajamos tanto a Rosario como a Buenos Aires. Fuimos planeando escenas y momentos con la idea de ficcionalizar escenas para darle contexto a los personajes, rescatando la pureza y el modo de vida de los personajes de la película».
A través de las vivencias de los entrevistados, Rosillo lleva adelante un documental militante que pone en primer foco el uso de animales y el consumo de sus carnes y derivados tanto en la alimentación como en la indumentaria u otras áreas de la economía.
«Se generó un diálogo para materializar conceptos. Y al mismo tiempo, problematizar acerca del modo de vida actual y el vínculo que tenemos con los animales y la naturaleza. Fue una linda experiencia», detalló Rosillo. Y amplió: «La posibilidad de que los sueños se pueden hacer realidad fue uno de los cambios que se activaron en mí luego de hacer la película».
Sin embargo, la directora es escéptica respecto de cómo la sociedad se para ante estos cambios: «Veo a la sociedad bastante reticente a estos cambios. Yo también estuve en un lugar en el que no veía el especismo en el que vivimos. En nuestra sociedad, los animales son utilizados para un sinfín de entretenimientos o para la vestimenta y la experimentación de productos».
De todas formas, también rescató el optimismo y la fuerza que expresan los entrevistados, con su militancia y sus impulsos para llevar adelante el debate en un país que lidera el consumo de productos animales y que, además, los tiene como uno de sus principales sectores de la economía.