“En este texto trato de contar a través de sus protagonistas, las duras condiciones de vida de los sectores de menos recursos, la ausencia de derechos, las diferencias sociales durante la primera mitad del siglo pasado”, expresa Berta Temporelli al presentar su obra «Ipomeas», un libro en el que a partir de la narrativa recuerda y reconstruye su vida y los lugares y momentos históricos que la marcaron. Tras su presentación el pasado viernes 24 de junio, la autora claramente identificada como peronista y de barrio Tablada, señaló las características de su escrito en particular la necesidad de convertirse en nexo entre las generaciones pasadas y las presentes y futuras para contar una historia que ella cree, se está soslayando.
Valores de antes
“Las historias de vida de mis padres y abuelos me ayudaron a conocer los valores, los orígenes de la cultura de nuestro pueblo para poder recuperarla, transmitirla, preservarla, recuperar nuestros sueños”, explica Berta al ubicarse como un puente entre generaciones para rescatar valores de antaño antes de que caigan en el olvido.
Esa es una operación que realiza la autora en su libro, la otra es redescubrir y revalorizar a sus raíces.
“Tablada, un barrio de gente humilde, trabajadora, caracterizada por la cultura de la solidaridad, la participación, que dieron lugar a la creación de clubes, de un lugar emblemático como fue la biblioteca Vigil. En él me crié en una familia con valores, crecí en una pobreza digna. De la escuela del barrio, mis compañeros, pibas y pibes de familias como la mía, guardo recuerdos maravillosos”, señala Temporelli y agrega: “Actualmente es lamentable comprobar el resultado de las políticas impuestas por el liberalismo económico. Los sectores populares en esos barrios, han sido los más afectados, los pibes estigmatizados, víctimas del flagelo de la droga, convertidos en victimarios”.
La piba peronista
“Tenía once años cuando derrocaron el gobierno del General Perón, vi salir a la calle a personas de origen muy humilde a defender a ese gobierno que les había dado una vida digna, mi padre, un obrero ferroviario fue uno de ellos. Luego comprendí que allí había nacido la «resistencia peronista», conocí a sus principales referentes, hombres y mujeres con mucho coraje y entrega. Desde muy joven participé de la vida política como militante peronista, transitando todas las etapas, el «luche y vuelve», el retorno del General Perón al país, los convulsionados años entre el 73 y el 76”, recuerda Berta al posicionarse como una clara protagonista de nuestro pasado.
Desde barrio Tablada, Berta protagonizó una parte importante de nuestra historia, desde la dictadura militar de 1955, cuando era una niña y vio cómo sus vecinos encarnaban la llamada Resistencia peronista, hasta cuando ella misma en su adolescencia se unió a esa lucha al inicio de los 70. Eso le valió el exilio junto a su esposo desde 1976 cuando la última dictadura militar “había impuesto sus planes económicos sembrando el terror, el «no te metas» había reemplazado a la vida participativa”, según su perspectiva.
Legado de mujer
“A pesar de las contingencias he tratado de llevar una vida coherente con mis principios, con mis ideales de aquellos años de mi juventud. Reivindico totalmente mi militancia, pero lo hago desde la autocrítica”, explica Berta en su testimonio escrito porque ese es el legado que ella piensa se debe dejar a las nuevas generaciones. “Sigo creyendo en la validez de la política como herramienta de cambio. Hoy más que nunca sostengo que donde hay una necesidad nace un derecho”, afirma la autora al transmitir un lema que marcó a su vida como a la de tantas y tantos argentinos.