El mundo celebró ayer el acuerdo alcanzado entre las principales potencias e Irán, que limita su programa nuclear y normaliza las relaciones diplomáticas de Teherán, en lo que aparece como el inicio de una nueva era internacional.
Con la excepción de Israel, algunas monarquías árabes como Arabia Saudita y la oposición republicana en Estados Unidos, la comunidad internacional recibió con alegría y alivio un acuerdo que costó dos años de duras negociaciones tras 13 años de abierto conflicto.
“Tras dos décadas de negociaciones, Estados Unidos, junto con nuestros aliados internacionales, logró algo que años de hostilidad no consiguieron: un acuerdo integral a largo plazo con Irán que evitará que consiga un arma nuclear”, dijo el presidente norteamericano Barack Obama en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca.
“Hay un incentivo muy claro para que Irán cumpla y hay consecuencias muy reales en caso de violación”, aseveró el presidente estadounidense y advirtió que “si Irán viola el acuerdo” nuclear alcanzado en Viena “todas las sanciones serán reanudadas y habrá serias consecuencias”.
El presidente estadounidense adelantó también que el Congreso de su país, controlado por una oposición republicana reacias a con las negociaciones con Irán, “tendrá ahora una oportunidad de revisar los detalles” del acuerdo.
No obstante, aseguró que vetará cualquier proyecto de ley que llegue a su mesa y que busque impedir la implementación del acuerdo nuclear con Teherán.
“No tener un acuerdo significa una mayor probabilidad de que haya más guerras en Oriente Medio”, alertó Obama a los legisladores.
Por su parte, el presidente de Irán, Hasan Rohaní, afirmó en una comparecencia en directo por la televisión pública iraní que este pacto está basado en la premisa de que “todos ganen” y abre “una nueva relación” de la República Islámica con el mundo y el fin para “las crueldades y acusaciones erróneas y aberrantes hacia el gran pueblo de Irán”.
“Hoy no es el día del final, hoy es el día del comienzo, de un comienzo para un nuevo movimiento, un nuevo regocijo, una nueva esperanza, un futuro mejor para los jóvenes, un movimiento más acelerado para el crecimiento y desarrollo de nuestro país”, aseguró Rohani, un clérigo chiíta de tendencia moderada que asumió el poder en agosto de 2013 con la promesa de lograr una solución a la cuestión nuclear de su país.
En cambio, la noticia desató fuertes críticas del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien calificó ayer como un “gran error de proporciones históricas” el acuerdo nuclear y aseguró que hará todo lo que esté a su alcance para impedir que ese país obtenga armas atómicas.
“El acuerdo con Irán es un gran error de proporciones históricas”, dijo el premier en declaraciones formuladas durante un breve encuentro con la prensa y citadas por la agencia de noticias EFE.
Según un comunicado de su oficina, Netanyahu consideró que “Irán verá el camino libre para desarrollar armas nucleares y muchas de las restricciones que se lo impedían van a ser levantadas”, antes de añadir que “éste es el resultado cuando se desea un acuerdo a todo costo”.
“Se hicieron grandes concesiones en todos los temas que debían impedir que Irán alcance las armas nucleares. Adicionalmente, Irán recibirá miles de millones de dólares con los que alimentar su maquinaria terrorista y su agresividad y expansión por Oriente Medio”, subraya en el comunicado.
Por su parte, el ex ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, tildó la jornada de ayer como un “día negro para todo el mundo libre”, mientras que el titular de Ciencia y Tecnología, Dani Danón, consideró que el pacto alcanzado “es como darle un fósforo a un pirómano”.
La postura israelí es compartida por Arabia Saudita y los países del Golfo Pérsico, para los que el acuerdo legitima el programa nuclear iraní.
En tanto, desde Roma, el papa Francisco celebró y calificó como “positivo” el acuerdo, remarcó la importancia de las negociaciones y advirtió sobre la necesidad de “continuar con el esfuerzo y el compromiso de todos para que (el acuerdo) dé sus frutos”, según informó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi.
Por su parte, la responsable de la política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, destacó al anunciar “un acuerdo histórico” en Viena que “con valor, voluntad política, respeto mutuo y liderazgo, entregamos lo que el mundo estaba esperando, con el compromiso compartido para la paz y uniendo manos para hacer nuestro mundo más seguro”.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, fue uno de los primeros en mostrar su satisfacción ante un acuerdo que va a permitir al mundo “respirar con gran alivio” porque ayudará a “fortalecer la seguridad internacional y regional”, según la cadena RT.
Para el presidente francés, François Hollande, este pacto “es muy importante” porque, más allá de que Teherán se compromete a reducir sus capacidades, habrá verificaciones internacionales y si no cumple se restablecerán las sanciones y consideró que ese compromiso, tras años de negociaciones, significa que “el mundo avanza”.
En la misma línea, el secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, ensalzó el “histórico acuerdo”, que consideró “una prueba del valor del diálogo”.
También Alemania y Reino Unido manifestaron su satisfacción por un pacto que elimina la amenaza de que Irán se haga con armamento nuclear, además de promover una mejor relación en la comunidad internacional.
“Después de una persistente diplomacia y duras sanciones, la comunidad internacional consiguió un acuerdo que garantiza nuestro objetivo fundamental de evitar que Irán desarrolle un arma nuclear y que contribuirá a hacer del mundo un lugar más seguro”, afirmó el primer ministro británico, David Cameron.
Es “un día histórico”, un “momento extraordinario”, porque el acuerdo “aporta más seguridad al mundo, a la región y especialmente a los vecinos de Irán”, dijo el canciller alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Su homólogo italiano, Paolo Gentiloni, se mostró “convencido” de que el pacto, “esperado desde hace mucho tiempo”, conllevará “efectos positivos a nivel global y en la región, ya sea para la evolución de los diferentes escenarios de crisis o para afrontar la amenaza representada por el extremismo violento y el terrorismo”.
También el presidente sirio, Bashar al Assad, celebró el pacto, que será “un gran punto de inflexión” en la historia de la República Islámica, la región y el mundo.
Al Assad calificó el pacto como “gran victoria y logro histórico” de Teherán y opinó que supone “un reconocimiento inequívoco de los países del mundo al pacifismo del programa nuclear de Irán, que garantiza la conservación de sus derechos nacionales”.
Timerman contra el FMI
Dan Restrepo, ex asesor de Barack Obama, sostuvo ayer que el canciller Héctor Timerman le advirtió que la Argentina se pondría del lado de Irán en lo referido a su programa nuclear si no obtenía respaldo de la administración norteamericana en una disputa contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2012, cuando el país era cuestionado por el Indec.
La letra del pacto final
Las discusiones entre Irán y el grupo 5+1 (los países miembro del Consejo de Seguridad de la ONU –Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido– y Alemania) fueron prolongadas en varias ocasiones por las divergencias solventadas in extremis. El pacto final da contenido real a los grandes principios acordados en Lausana en abril: Teherán se compromete a reducir su capacidad nuclear (disminuirá dos tercios las centrifugadoras de uranio en 10 años y sus reservas de uranio enriquecido) durante varios años y a permitir que los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (Aiea) realicen inspecciones en profundidad de sus instalaciones. El objetivo es hacer imposible que Irán pueda fabricar la bomba atómica, permitiendo al mismo tiempo a Teherán desarrollar una industria civil.